“Estamos preparados para todos los escenarios posibles”

El secretario general y candidato a la gobernación por el PIP se muestra confiado en el potencial de victoria de la Alianza. Foto: Alina Luciano/CLARIDAD

Entrevista a Juan Dalmau

CLARIDAD

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Entrando en lo que puede considerarse la recta final que transcurre de enero a noviembre de este año electoral, el candidato a la gobernación de la alianza conformada por el Movimiento Victoria Ciudadana y el Partido Independentista Puertorriqueño, el licenciado Juan Dalmau Ramírez, admite que ya se ha estado disfrutando las caras de los portavoces del bipartidismo, que “están entre el desvelo y el temblequeo”.

Desde que en el pasado mes de noviembre ambas colectividades anunciaran de manera oficial que habían llegado a acuerdos políticos de una alianza para estas elecciones generales del 2024, los ataques por parte de voceros de los dos partidos que se han turnado en el poder por casi 70 años no han parado. Los ataques van desde restarles posibilidades, fraguar inventos y la competencia desleal.

El secretario general y candidato a la gobernación por el PIP se muestra confiado en el potencial de victoria de la Alianza.

Quiénes iniciaron el acercamiento para la Alianza y cómo se da esa conversación es todavía para muchos una interrogante a responder para despejar conjeturas.

Puedo decir que se dio de una forma muy orgánica. Luego de las pasadas elecciones, del resultado histórico de Victoria Ciudadana, de obtener la licenciada Lúgaro un 14 % y yo un 14 %, de ver el resultado de que la suma de ambas fuerzas era el 28 % y que el gobernador fuera electo con el 32 %, las circunstancias fueron llevando primero a colaboraciones desde el punto de vista legislativo y luego desde el punto de vista de la calle.

“De la calle” se refiere a que miembros de ambas colectividades coincidían en protestas, ya fuesen contra la privatizadora LUMA, en contra de los abusos sobre la Universidad de Puerto Rico o por la protección de los recursos naturales y ambientales.

Así que llega el momento en que uno se acerca a esas mismas trincheras y dice: “Deberíamos conversar a ver qué cosas se pueden hacer en conjunto”. Ya una vez se acerca el periodo electoral, “¿Y qué podemos hacer en términos electorales?” El Lic. Manuel Natal y yo tuvimos varias reuniones y encuentros informales de una forma muy casual, hasta que fue formalizándose.

Dalmau admitió que al principio pensaba que podría ser un entendido entre Manuel Natal y él. Sin embargo, de nuevo las circunstancias les llevaron a considerar que podría ser un entendido mucho más amplio, por lo que se dio la actitud de desprendimiento de ambas colectividades. Asimismo, confirmó que los diálogos comenzaron encabezados por Natal y él, por lo que en el imaginario de la gente prevalecía la idea de que eran ellos los que iban a apoyarse entre sí. El candidato a la gobernación expresó sentirse muy orgulloso tanto de la militancia del MVC como del PIP por tener ese nivel del sentido del momento histórico para poder ofrecer al país una opción distinta.

Aun cuando la Alianza ya está confirmada y reconocida, el exsenador del PIP dijo que todavía no hay un entendido formal de lo que serían los asuntos de consenso en el programa de gobierno. Indicó que el MVC va a tener su Agenda Urgente y el PIP va a tener su programa de gobierno Patria Nueva, pero que va a haber consenso sobre unos puntos básicos.

Todavía sobre eso no ha habido un entendido final. Yo creo que pronto podremos finiquitarlo y no creo que vaya a haber diferencias enormes; creo que tenemos coincidencias enormes. Ese proceso orgánico en esas coincidencias —el tema de la privatización, de los servicios esenciales, lo que tiene que ver con educación, salud, descolonización— son temas que nos unen. Lo que hay es que afinar el lenguaje para que no haya malentendidos. No hay entre las dos organizaciones un entendido formal de lo que serían los asuntos de consenso a abordar en sus programas de gobierno.

El primer obstáculo para la Alianza fue la Ley Electoral. Ahora hay unas voces que están argumentando que las llamadas candidaturas de agua son falsas y hay amenazas de solicitar descalificaciones. ¿Adelantaron ustedes que esa posibilidad podría presentarse?

Nosotros adelantamos todo. Partimos de la premisa de la mala fe del bipartidismo al darse cuenta de que había un nivel de desprendimiento para darle una opción distinta al país. Las candidaturas que hemos radicado —en el caso del MVC, apoyándome a mí en la gobernación— son un ejemplo. Pero la ley exige un candidato a gobernador; en el caso del PIP, un comisionado residente. Aunque apoyamos a Ana Irma Rivera Lassén, la ley ha presentado un nuevo escenario. Hemos anticipado todos esos escenarios y estamos preparados para lo que el bipartidismo vaya a lanzar.

Entre esas preparaciones, la Alianza también ha pactado darse apoyo mutuo para velar por el proceso electoral. Por parte del PIP, el candidato a la gobernación indicó que ya su comisionado electoral, el licenciado Roberto Iván Aponte, ha estado muy activo en términos del reclutamiento de funcionarios de colegios y de coordinadores de unidades electorales.

Estas elecciones, viendo lo que ocurrió en las elecciones pasadas, es una lección de que no solo vas el día de las elecciones a ser funcionario de colegio; hay unos procesos previos, y uno de ellos es el voto encamado y el voto a domicilio y, por lo tanto, tenemos una preparación continua.

Dalmau Ramírez, recalcó que el PIP y MVC quieren garantizar que no se use algún subterfugio jurídico para sacarlos de la papeleta, ya que ha habido la impresión equivocada de que lo que están buscando es quedar inscritos. Estos están cumpliendo con todos los requisitos de la Ley Electoral respecto a la presentación de los candidatos a la gobernación, a la comisaría residente y al 50 % de las alcaldías. En el caso del PIP, uno de los entendidos de la Alianza es que habrá unas posiciones en las alcaldías en las que no habrá competencia.

¿Qué impresión le produce la cantidad de candidaturas independientes, cuarenta y pico, para todos los puestos, entre ellas tres a la gobernación?

 Creo que tiene varias explicaciones. No me puedo meter en los intereses de cada persona; pero, políticamente hablando, diría dos cosas: uno, el hecho estadístico de que los partidos políticos gobernantes han reducido enormemente sus votos institucionales con el voto íntegro, lo que ha provocado que haya habido un aumento en los votos por candidatura y los votos mixtos. Eso genera que las personas también ya no se sientan tan obligadas a participar bajo la insignia de un partido político, sino que adoptan ser candidatas independientes.

Lo segundo es la insatisfacción con los partidos que han gobernado. La gente dice: “Este es mi momento porque yo quiero estar ahí, quiero de alguna manera aportar en el proceso”. Yo creo que ese es el análisis político. Puede haber elementos personales de alguna gente que aspira por razones propias, pero yo creo que cuando uno ve el escenario, que es algo que no se mide típicamente, se da cuenta de que eso comenzó hace mucho tiempo.

Contra la Alianza, en particular voces del PNP, han sacado los viejos argumentos del miedo de la Guerra Fría. ¿Cómo recibe esos comentarios?

 A mí me resulta interesante ver cómo candidatos del PPD y el PNP han desempolvado el viejo manual de la Guerra Fría para atacar lo que es una propuesta de una alianza democrática entre el MVC y el PIP. No me sorprende, porque se acostumbraron a que el miedo sea un instrumento político para lograr unos resultados electorales.

Para Dalmau Ramírez, que participa de su tercera campaña a la gobernación, las personas que adoptan ese discurso han hecho una lectura equivocada. Desde que pasaron las elecciones ha estado visitando todos los pueblos de Puerto Rico, las escuelas superiores y las universidades. Su experiencia ha sido descubrir que la actitud de las personas es absolutamente distinta. A su juicio, ese discurso lo que subraya, más bien, es la distancia de ese liderato del PPD y PNP con la realidad que vive el puertorriqueño y la puertorriqueña y su actitud con respecto al proceso electoral.

 En esa línea, ¿cómo anticipa que puedan ser los debates entre los candidatos?

Es muy temprano para anticipar, pero creo que van a estar buenísimos. Estoy loco por treparme en el ring para los debates. Anticipo que esa va a ser una línea con la que van a tratar de despertar miedos ancestrales, pero que no tienen resonancia. Pero ese es el libreto que ya tienen no importa la emisora de radio que tú escuches. Es el tesón del bipartidismo de mantenerse en el poder por el poder mismo. Su liderato no se distingue.

¿Hay algo en particular de su interés que no esté en el programa de gobierno que no sea lo obvio que, de llegar a la cargo de gobernador, atendería?

Sí, tiene que ver con salud, pero es un tema muy particular por una experiencia muy propia. Creo que el Hospital Pediátrico Universitario de Centro Médico, donde se atendió mi hijo, necesita independencia presupuestaria del Departamento de Salud y adscribirse más a lo que había sido en otros tiempos, con más recursos para poder atender asuntos esenciales.

Narró que en ocasiones a su hijo había que hacerle un examen de la espina dorsal y ni siquiera tenían la crema de anestesia local que se requiere.

Las enfermeras y las doctoras oncólogas —todo el mundo— hicieron y hacen de tripas corazones, no solamente con mi hijo; lo hacen también con los otros niños. Y, a veces, los padres que podíamos pagar esos medicamentos los dejábamos allí para que otros padres los pudieran usar; pero no debería ser así. Creo que, en términos generales, Centro Médico es una joya de la corona que ha sido olvidada y, aunque es un tema de salud, es un tema muy particular porque fue una vivencia muy particular.

Finalizó diciendo que, cuando fue senador, una de las cosas que le “volaron la cabeza” fue saber que las aseguradoras privadas le debían a ese hospital $11 millones, los cuales habían cobrado, pero no pagado al hospital.

Cuando tú ves ese nivel de lucro versus los servicios y las necesidades, te das cuenta de que hay algo muy retorcido en el proceso. Y cuando pienso en esa experiencia —porque una sociedad se mide también en cómo atiende a los más necesitados, sus adultos mayores, su gente pobre marginada, a sus niños y niñas— ves que ha sido algo que se ha ido desmantelando, y tengo el temor de que en algún momento vaya camino a la privatización. Como hemos visto en el pasado, eso es el camino de menos servicios a la ciudadanía, porque va a depender del dinero que tú tengas. Y no debe ser así.

 

 

 

 

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