Hay amores y amores

 

 ¿Qué se puede hacer en una universidad donde hace falta regirse por la armonía preestablecida? Nunca me ha hecho falta llegar hasta el fondo y aclarar si fueron Kant o Leibniz quienes  se ocuparon de proponer un accidente de carrera como lo más que puede esperar o desear un estudiante idealista, como destino de amor. El estudiante Anselmo, personaje de Hoffman, se da una matada empezando su carrera de estudiante porque le echa a perder un negocio de quincallera a su madre biológica nada más llega a la presencia de su maestro de caligrafía. La madre lo obliga a casarse con la hija del profesor. Y si he de confesarlo, no quise seguir leyendo el cuento. Me imagino que acaba como el rosario de la aurora.

Claro, la historia de otro idealista, Primer Amor de Samuel Beckett, me animé a terminarla. También es la historia de los amores de un estudiante y la hija de alguien bien conectado con la Universidad. No obstante, el marxismo ha venido en auxilio de ese que parece ser el eterno problema de los muchachos buenos que van a estudiar. Que a alguien como Anselmo le presenten cuando vaya una mujer que se llame como la hija del calígrafo, sin ser exactamente ella, con la vaga promesa de engancharla en una clínica de la vecindad. Confieso que yo fui uno de esos estudiantes. Sin embargo, no me agradó la idea de comprometer de esa manera a quien se me aseguró era la hija de alguien como el calígrafo Pauhlman. Como problema que estudia el materialismo dialéctico, todavía da tela de dónde cortar.

He encontrado una metáfora en el mundo industrial que explica mejor el viejo asunto de los estudiantes idealistas, mejor intencionada que cualquier pesado mamotreto de doctrina religiosa, aunque no tan ardiente como un libro de Grijalbo. Los impresores Brother tienen dos series de cartuchos intercambiables, tanto en la emisión de los tres colores primarios, amarillo, rojo y azul, como en la emisión del cartucho de tinta negra. Quien quiera explicarle a un estudiante lo que es la mónada, que es la expresión completa de las tres destrezas del pensamiento, razón, juicio y argumentación, puede explicarle primero cómo se combinan los tres colores primarios para dar el largo de onda completo. Eso en cuanto a lo que es la mónada o lo que lo que los americanos llaman enfoque holístico. Es la experiencia del pensar a cabalidad, con todas las destrezas mentales funcionando perfectamente bien. Es estar bien de la cabeza.

Los impresores Brother se venden con el llamado enfoque holístico en un paquete con los tres colores primarios, y el cartucho de tinta negra a parte, que supongo debe ser el rasgo menos feliz o funerario del producto. Además, sacan una serie LC201 y LC203 de los dos paquetes. Creo que eso es lo que la fábrica Brother tiene que decir de la Reforma o el Materialismo Histórico. Es banal y excesivamente esquemático, como el Arte Pop, pero expresa muy bien lo que es la Gestalt de los alemanes. No es menos caliente, para buen entendedor. Hay amores y amores. 

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