La extensión de la carretera 10

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El proyecto de extensión de la carretera 10 que transitaría de Utuado a Adjuntas requiere una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), “una DIA, al día”, no una Evaluación Ambiental (EA) advirtió el científico Neftalí García, en entrevista.

Tan reciente como en diciembre, la representante Mariana Nogales Molinelli solicitó información al Departamento de Vivienda respecto a en qué etapa se encuentra el proceso de la adopción de una DIA para la extensión de la carretera 10, luego de haber anunciado la solicitud de comentarios en junio del 2023. Los comentarios solicitados por el DV fueron sobre la DIA original del proyecto, que data del 1979. El 10 de enero, el director del Programa de Recuperación de Desastres, Juan Carlos Pérez Bofill, del DV, le informó a la representante por el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) que se hará una EA para actualizar la DIA original.

Para el veterano científico y miembro del equipo de la representante Nogales Molinelli, quien se ha dado a la tarea de examinar y traer a la palestra pública los peligros de esta construcción y quiénes son los interesados en dicha carretera, el hecho de que se haga una EA y no una DIA ya es de por sí un proceso extraño. En primer lugar, se supone que la validez de una DIA es de 10 años, y la DIA original del citado proyecto es del 1979, por lo que caducó en el 1989. Además sostuvo que esa DIA no fue un documento completo y rechazó el argumento del DV de que como se han seguido haciendo estudios, han puesto al “día la DIA”.

García desglosó en qué elementos la DIA original no está actualizada. Primero, el estudio de flora y fauna original se hizo para una ruta distinta a la actual; por lo tanto, hay que volver a hacer ese tipo de estudio para la nueva ruta. La mayor parte de esta nueva ruta pasa por el lado oeste del Río Grande de Arecibo. Esa área oeste es una que tiene mucha más vegetación y muchísimo menos gente que la ruta original.

Segundo, la nueva ruta incluye unos cortes de las montañas de un declive más pronunciado y de mayor altura. Las consecuencias de esto es que esas montañas van a ser más inestables, va a haber más erosión y más sedimentación, lo que afectaría el Río Grande de Arecibo y el embalse Dos Bocas. Advirtió que el embalse Dos Boca, desde antes del huracán María, tiene una pérdida del 56% de su capacidad de almacenaje de agua. Eso significa que cada vez que hay intensas lluvias, el embalse se sigue sedimentando. En la actualidad, dijo, ese embalse debe de tener menos de 40 % de capacidad de almacenaje de agua con respecto a su origen. La operación del embalse comenzó en el 1942.

Otro aspecto es que, dado el caso que la ruta nueva tiene más porciones por el oeste, que tiene más vegetación, esto sería un factor que aumente la erosión, por lo que habría que hacer unos estudios de suelo y subsuelo para esa nueva ruta. “No he escuchado que lo hayan hecho. No se puede construir una carretera, hacer cortes, no se puede evaluar la estabilidad de carreteras y puentes, si no se tiene ese estudio”, puntualizó.

Las consecuencias de no tener ese conocimiento es que puede haber muchos más derrumbes si no se sabe qué tipo de suelo se tiene, por lo que hay que hacer los estudios hasta donde se vayan a hacer los cortes. “De la superficie al lugar que vaya ser el sostén de la carretera, que yo sepa, eso no se ha hecho para la nueva ruta”. Puso en duda alegaciones DV de que contratará la porción que va de Utuado hacia Adjuntas y que de Adjuntas a Utuado ya los estudios están hechos.

El doctor García señaló que hay que cuestionar, dada la variación de la ruta, si los estudios de suelo y subsuelo que se hicieron para la primera porción cerca de Utuado y la segunda cerca de Adjuntas estn al día. “Porque si se varía la ruta y no se hizo el estudio de suelo y subsuelo de esa otra ruta es probable que lo que hiciste para esos dos extremos no sea válido”.

Otro aspecto que trajo a a la atención fue el señalamineto del ingeniero Edwin Irizarry, quien fue la persona que hizo los mapas de ruta de la carretera original en el 1967, de que una carretera no se puede construir si no se ha estudiado la totalidad de la ruta, porque no se sabe lo que se va a encontrar en el medio. García, expresó que la impresión que tiene es que en la nueva ruta va a sobrar mucho relleno, por lo que cuestiona dónde lo van a depositar para evitar que genere un problema de contaminación por sedimento al Río Grande de Arecibo. Ese aspecto, indicó, es algo que se tendría que incluir en una nueva DIA.

Todos estos aspectos señalados, recalcó el científico, “lo que indican es que la DIA de 1979, que caducó en el 1989 y que ha sido modificada en diversas ocasiones, no tiene validez, no representa lo real de este proyecto. La preparación de una DIA bien hecha para un proyecto como este se tomaría probablemente tres años”.

Claridad confirmó con un experto en Derecho Ambiental que desde el 2016 según la Regla 138 del Reglamento para el Proceso de Evaluación Ambiental (del DRNA/JCA),  todo documento de evaluación ambiental, incluyendo la DIA caduca a los cinco años

Todavía llamó la atención a que el ambiente tiene componentes tanto naturales y componentes sociales, por lo que hay que tomar en consideración a cuánta gente en realidad le hace falta esa carretera. Según los indicadores, la población de Utuado y Adjuntas se ha reducido de manera significativa en las últimas décadas. Más aun, según está diseñada la carretera, los vecinos de Utuado tendrían que viajar hacia el norte para montarse a la utopista y los de Adjuntas tendrían que viajar hacia el sur, cuando que la carretera actual les sirve muy bien.

García reiteró que quienes sí se van a beneficiar de esta nueva extensión serían el transporte pesado de gasolina, materiales de construcción y otros, y eventualmente, los interesados en la explotación minera.

 

 

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