La paz de Colombia pasa (otra vez) por Cuba

Corresponsal CLARIDAD

 

La Habana, Cuba-Con una declaración contundente en contra de la calificación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo por parte de Estados Unidos iniciaron en La Habana las primeras gestiones de lo que se espera sea un proceso largo pero efectivo de diálogos de paz entre el nuevo gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

A menos de una semana de haber llegado a la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro envió a la capital cubana una delegación oficial, con el propósito de cumplir dos puntos importantes en la agenda de trabajo: primero, reunirse con la jefatura del ELN que se encuentra en la isla; y, segundo –pero no menos importante–, dejar en claro que la nueva administración reconoce y confía en la labor de Cuba como país sede y garante de los venideros diálogos.

En una conferencia de prensa el pasado 12 de agosto en La Habana con medios nacionales e internacionales, la delegación, encabezada por el ministro de Exteriores, Álvaro Leyva, agradeció el papel de la isla como garante del proceso de paz y ratificó el deseo de su gobierno de que sea Cuba la sede –otra vez– de los diálogos.

“Colombia rechaza la calificación de patrocinadora de terrorismo con la que se ha pretendido desconocer su compromiso con la paz de Colombia y el mundo. Estamos acá precisamente por todo lo contrario, aspiramos a reanudar los diálogos con el ELN en esta tierra de paz, a fin de iniciar el camino propuesto por el presidente Petro de alcanzar la paz total”.

 Lo dicho no es poca cosa. En un acto que muchos han visto como una traición a la isla, en 2019, el entonces presidente Iván Duque acusó a Cuba de brindar refugio a “terroristas”, luego que las negociaciones de entonces entre el gobierno colombiano y el ELN quedaran paralizadas. La posición de Bogotá sirvió luego como excusa para que Estados Unidos incluyera a la mayor de las Antillas en su unilateral lista de países patrocinadores del terrorismo, lo que supuso una ampliación de las sanciones económicas que asfixian al pueblo cubano. Con ellas llegaron también más de 240 medidas de reforzamiento del bloqueo económico, financiero y comercial.

 Las palabras del canciller colombiano son mucho más que un gesto político, son además un reconocimiento a los más de 40 años en que “Cuba ha acogido en su territorio a delegados de los gobiernos colombianos que han pretendido alcanzar la paz nacional con grupos alzados en armas”.

 Junto a Leyva, acompañaron a la delegación colombiana Iván Danilo Rueda, Alto Comisionado para la Paz, Carlos Ruiz Massieu, representante especial del Secretario General de la ONU en Colombia, Jon Otto Brodholt, enviado especial del gobierno de Noruega (país garante de los diálogos), y el Monseñor Héctor Fabio Henao, delegado de la Iglesia Católica.

Por su parte, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, aprovechó las declaraciones de su homólogo para “ratificar el compromiso invariable de Cuba con la paz” y resaltó que “Colombia puede contar con la voluntad de Cuba de continuar contribuyendo al logro de la paz ansiada”.

Que la mesa de conversaciones entre el gobierno de Colombia y el ELN vuelva a tener como país anfitrión a Cuba reviste cierta importancia. En primer lugar, es un mensaje a Washington, que desde la administración del expresidente Donald Trump ha intentado aislar a la isla, atacando su legitimidad y su compromiso con la paz y los derechos humanos en la región. Por otro lado, se trata de que las partes involucradas regresen a un ambiente conocido y en el que ya en el pasado se han obtenido resultados probados –los acuerdos de Paz de 2016 con las FARC-EP se firmaron en La Habana– que bien sirven de ejemplo a seguir.

Importante también han sido los pasos concretados desde ya por el gobierno de Petro para asegurar que los diálogos del ELN cuenten con las garantías constitucionales que un proceso de esta índole requiere. En una declaración aparte con la prensa, el Alto Comisionado para la Paz, Iván Danilo Rueda, reconoció a la guerrilla como un ente formal con el que emprender los diálogos de paz.

“Este gobierno anuncia oficialmente que reconoce la legitimidad de la delegación de diálogos del ELN, en la búsqueda de la paz. En consecuencia, el gobierno adoptará todas las medidas políticas y jurídicas en el marco del derecho interno y el derecho internacional, para garantizar las condiciones que permitan el reinicio de las conversaciones”, sostuvo Danilo Rueda.

Tras el anuncio resta esperar por el inicio formal de las negociaciones de paz. Se trata de un proceso largo, que pudiera tomar años en concretarse, pero el hecho de que ambas partes hayan mostrado desde ya la voluntad de alcanzar un consenso es, sin dudas, un paso primordial para todo el país. Por lo demás, vale esperar de los involucrados el respeto a aquellos acuerdos que se vayan concretando en el transcurso como garantía indiscutible de avance.

En palabras del Alto Comisionado para la Paz: “la búsqueda de la paz total parte de respetar los acuerdos”.

 

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