Los 40 de ARECMA, algo digno de celebrar

 

Especial para CLARIDAD

Que una organización comunitaria llegue a 40 años de existencia fortalecida, solidaria, amorosa y comprometida con nuestra nación es algo digno de celebrar. Y si esa organización ha enseñado con el ejemplo a generaciones sobre lo importante que es mostrar amor profundo a la gente, al ambiente y  a nuestra cultura, mejor.  Pero si además capacita sobre valores de libertad, de dignidad  e  internacionalismo, nos reanima la confianza y energiza la esperanza de poder construir un país distinto. Eso es ARECMA.

ARECMA, la Asociación Recreativa y Educativa Comunal del Barrio Mariana de Humacao, merece que celebremos con ella su aniversario 40, dándonos cita en el 37 Festival de la Pana, en la Loma de la Niña Mariana, donde tiene su sede y un espacio abierto con la Naturaleza. El Festival de la Pana es un encuentro cultural, culinario, artístico, de camaradería y celebración por haber cumplido la meta de rendir cuentas sobre la victoria  de ARECMA en contra de la normalización de las caóticas condiciones de existencia, la desigualdad, la pobreza y el encerramiento que se agravaron,  primero, con los huracanes Irma y María, los temblores y, finalmente, la Pandemia del COVID-19.  Y si ello fuera poco, de la corrupción y desmoronamiento rampante del gobierno colonial. Porque Humacao también enfrentó la desilusión de un alcalde que cedió a los intereses privados. Frente a ese panorama nacional, ARECMA no se dejó vencer y continuó con su labor comunitaria. El Festival se retoma como en los viejos tiempos. Comienza el viernes 2 de septiembre desde el atardecer y se clausura dos días después al anochecer del domingo 4 de septiembre del 2022. En esta edición hará un reconocimiento al profesor Félix Báez Neris por una fecunda vida de aportaciones al país en diferentes espacios socioculturales.

La labor de Félix Báez Neris

Félix  Báez Neris, a quien se le dedica el Festival de la Pana, es un profesor jubilado del Recinto Universitario de Humacao. Fue Director de su Biblioteca  y Miembro de Junta Consultiva del Centro de Documentación Obrera Santiago Iglesias Pantín e hizo una gran aportación en a edición del libro 100 años del Sindicalismo. También ocupó puestos en el Senado Académico del Recinto y ha sido participante de varios espacios ocupacionales. Ha publicado y editado varios libros, a la par que columnista en periódicos regionales y locutor de radio en programas locales. Goza de mucha simpatía en su pueblo por su labor con grupos de la sociedad civil en su gestión ciudadana, la cual incluye la revitalización del Centro Cultural Águedo Mojica Marrero.

¿Y qué ha hecho ARECMA para regocijarnos por sus 40 años de existencia?

Primeramente, mostrarnos un mundo diferente. Dar un ejemplo de patriotismo, esfuerzo comunitario y vocación de nación por más de cuatro décadas, porque a la verdad, su génesis señala una existencia más larga, previa a la incorporación formal.  Aunque se incorporó en 1982, hace 40 años, sus fundadores y fundadoras dan cuenta de que el proyecto comenzó a fraguarse desde antes, que nació de la conciencia de que otro mundo es posible, así como lo es mover la voluntad de una comunidad para levantarse por su propio esfuerzo y amor al trabajo, donde ha sido clave la unidad y el nosotros(as). Dicho por la propia ARECMA, “aspira a ser una entidad que integre y movilice a residentes y otros colaboradores en los esfuerzos para tener una comunidad que desarrolle al máximo su potencial humano y socio-cultural, conservando y protegiendo un entorno saludable y sustentable”. Dirigen sus esfuerzos con las comunidades del distrito oriental: el Barrio Tejas, Jagüeyes, Candelero Arriba, Buena Vista y Cataño, entre otros. Cuando es necesario, coordinan campañas con toda la región: Maunabo, Yabucoa, Naguabo y Ceiba. O con todo el  archipiélago boricua, como aconteció con la campaña Agua para el Pueblo, la desmilitarización de Vieques y Culebra y con la Alianza contra las Antenas en Añasco y en otros municipios.

El trabajo de este baluarte comunitario está comprometido con el desarrollo de una conciencia ciudadana, un desarrollo sustentable, un fuerte espíritu comunitario “articulado en las dimensiones políticas, cultural, educativa, social”,  según se alude en la investigación Mariana: Una Historia entre Panas, de Juliá Canals y  Varela (2013, p. 13), sostenido por un liderato autóctono y por la democracia participativa. Ese desarrollo da cuenta también de una certera política de alianzas y de búsqueda de recursos externos y del propio entorno comunitario local y regional. Sabemos que miembros de la comunidad han desarrollado campañas internacionalistas como fue la recolección de biberones para Nicaragua en los tiempos de la Guerra de baja intensidad del Presidente Ronald Reagan contra la Patria de Sandino,  la construcción de una Escuela en Haití luego de los terremotos, el reclamo  de que cese el bloqueo contra Cuba y, en nuestra nación, la excarcelación de los presos políticos. Es que en su conciencia colectiva, han internalizado que la lucha sociocultural y ambiental converge con las luchas político-económicas.

ARECMA en el espacio  Sociocultural 

En la proclama de celebración de sus 40 años, ARECMA rinde cuentas al país. Su patrimonio incluye la celebración de 34 Festivales de la pana, campamentos de verano, el rescate y reactivación del Centro Cultural de Humacao, presionar al Municipio para el recogido de la basura, la celebración muchas ferias de salud y de mercados agrícolas, charlas educativas, actividades de acondicionamiento físico, formación de banda comunitaria, comedores sociales,  brigadas de reconstrucción  ante los desastres naturales…

Hay dos logros importantes para la sostenibilidad del proyecto: la adquisición de 16 cuerdas de terreno que permite el espacio a la cocina comunitaria, un esplendoroso parque infantil, una amplia tarima, un mirador y un centro recreativo. ¡Y no acabo!

El Rescate de la Escuela Juan de Dios López

A esta titánica labor, se añade el rescate de la Escuela Juan de Dios López para el desarrollo del Centro de Transformación Comunitaria (CTC), donde unen en el quehacer cotidiano diferentes disciplinas y proyectos organizados con y para la comunidad, y donde se encuentran la clínica comunitaria, una biblioteca solidaria, la lavandería solar, dormitorios para actividades grupales y la formación de incubadoras de microempresas de autogestión y el programa de voluntariado. Hace unos meses supe de la formación de un proyecto de vida de personas de edad avanzada, que ha creado un espacio de confraternización y crecimiento, con múltiples actividades para  mantener y disfrutar su capacidad funcional. Hay que darse una vuelta por allí para contagiarse con la energía de este grupo que no pide perdón a los años ni a la vida.

La memoria histórica: Componente de una práctica liberadora

La trabajadora social comunitaria y profesora, Luz Vega Rodríguez, una de las fundadoras de ARECMA, nos resume en un capítulo del libro Trabajo Comunitario y Descolonización (pp.199-208), memorias y referentes de este trabajo comunitario. Reconoce las aportaciones de la División de Educación a la Comunidad (DIVEDCO), el amor a la cultura y las artes, la visión de colaboración y ayuda mutua, el ecumenismo comprometido con la justicia social y la identidad cultural, la concienciación política a través de círculos de estudios, la solidaridad sindical, la defensa del ambiente y el patrimonio nacional. Estas acciones formaron los pilares que dieron amplitud, profundidad y diversidad al trabajo de ARECMA: identidad propia, sentido de pertenencia, integridad social, y la participación plena que hemos estado reseñando en esta crónica.

Aportaciones a la Formación Profesional y Alianzas Académicas

Nos queda por reconocer las aportaciones de ARECMA a procesos de formación profesional de estudiantes de Trabajo Social e Investigación Acción Participativa, del Recinto UPR de Humacao; de Maestría en la Escuela Graduada de Trabajo Social; coordinaciones con el  Recinto de Ciencias Médicas, así como  programas  enfermería de la UPR Humacao y EDP University de esa región. Se añaden las decenas de visitas de estudiantes y organizaciones programadas con el CTS para conocer su metodología y las comparecencias a las aulas donde se da un valioso intercambio de saberes. Vemos muy poco reconocimiento de la academia y de las agencias gobierno de esta valiosa  labor recíproca.

En estas cuatro décadas, no podemos pasar por alto la calidad y perseverancia del liderato de la Junta Comunitaria de ARECMA y de decenas de residentes de Mariana, «los  maestros y maestras comunitarias», como les apalabra la colega Luisa Seijo, coordinadora del Instituto para el Desarrollo de las Comunidades del Recinto Universitario de Mayagüez, del cual podemos ampliar otro día.

Recuerden darse la vuelta del 2 al 4 de septiembre por La  Loma de la Niña Mariana, conocerán  su himno y su bandera y podrán llevarse el Recetario de la Pana, creado por ARECMA.

 

 

 

 

 

 

 

 

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