La sierra de Garvin

 

En Rojo

0.Con la boquita de comer uno dice cosas como que el arte es una de las formas de la conciencia social. ¿Eso qué significa? Digamos, conciencia de pertenencia. El arte que refleja el territorio, que reproduce los rituales de la tribu, que señala las aspiraciones de una nación, que reconoce y lucha contra un imperio, el autoritarismo, el patriarcado, pues ese es, decíamos el arte que no puede escapar a una cierta conciencia social.

  1. “La producción capitalista, escribía Marx, es enemiga de algunas ramas de la producción espiritual, tales como el arte y la poesía”. Por eso, pienso, en un país como el nuestro, un territorio colonial en el que se trama una nación bajo el capitalismo, el arte se desarrolla de una forma u otra, entrando continuamente en contradicción con las clases dominantes y las instituciones que garantizan el sostenimiento de esas clases.
  2. En realidad yo solo quiero decir que me parece que Garvin Sierra es un artista excepcional y que su arte es poderoso, político, eficaz. Joven aún, recuerdo sus primeras exposiciones en el siglo pasado (1997) en la galería Francisco Oller de la Universidad de Puerto Rico donde estudio escultura y artes gráficas. Desde entonces su trayectoria ha sido consistente. Si bien comencé mis comentarios con grises alusiones a la teoría marxista y a un aparente regusto por el realismo, quisiera señalar que Garvin Sierra produce artefactos culturales complejos. Así, en su evolución artística salto al 2014 y rememoro la genial exposición “Y líbranos del Malamén”, consistente mayormente de instalaciones en las que señala, reproduce y refleja hechos y protagonistas de nuestra política. Los acercamientos de Sierra, entonces, eran fuertemente intervenidos por la sátira y el sarcasmo. Eso no es tan sencillo como parece. En un momento en el que el juicio crítico se desvanece en busca de aceptación rápida, la sátira de Garvin Sierra es clásica: militante de la analogía y las dobleces, de la ironía que muestra lo caricaturesco que es realmente lo honorable en países subordinados. La burla al poder, la exageración de los vicios que son el modo de dramatizar que no son exageraciones. Clásico en el sentido de que el artista toma responsabilidad de su acto. Porque se trata de un juicio político armado de inteligencia, afán estético, espíritu lú Un artista libre.

Lo hizo también hace apenas unos meses con una exposición en la Liga de Arte que llevaba el nombre “Vive a lo boricua”, que es, de suyo, un guiño irónico a la “marca Puerto Rico” con la que se publicita la isla como destino turístico y paraíso del desplazamiento colonial. Allí sus piezas vuelven a entablar un diálogo duro y jugando en serio con nuestra realidad política.

Foto por Alina Luciano/CLARIDAD
  1. Garvin Sierra regresa en el marco de la celebración del trigésimo aniversario del Museo de las Américas en el Viejo San Juan. Hay un centenar de piezas. Algunas las hemos visto en las redes porque el artista las usa también como espacio de exposición casi cotidianamente. Si verlas en nuestros celulares y laptops nos causa emoción estética y reflexiones de conciencia social, verlo en formato de cartel es realmente impactante. Como muy bien ha dicho el maestro Antonio Martorell: “nunca un artista tan fiel a su apellido. Porque Garvin le serrucha las patas del trono a cuanto aspirante al poder osa posar en él su trasero, acomodarse y desde allí pretender gobernar, juzgar, dictar y lucrarse a costa nuestra”. Lo que me sorprende del artista es que la contundencia de su trabajo lo logra con minimalismo, es austero con los medios. Quizás, precisamente por eso es tan poderoso. Sin duda, en el marco de la muestra que está ahora en el museo, uno puede reconocer a algún maestro. Homar por ejemplo. A fin de cuentas, la aportación de nuestros y nuestras artistas al arte del cartel es reconocida en el mundo. Garvin, como nadie, aprovecha lo efímero y la inmediatez de los medios electrónicos al uso para difundir su arte y luego, con la formidable curadoría, se exponen estos carteles inmensos, sólidos, casi permanentes como un tatuaje en nuestra conciencia.

No digo más, porque estas son solo unas notas para invitarles a ver el trabajo de uno de mis artistas favoritos de todos los tiempos. La exposición estará par de meses. Pero ¿por qué esperar?

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