En Rojo
Termino mi lista de libros leídos en 2024. Espero que hayan visto las dos notas anteriores. Allí explico criterios de selección. Aclaro, otra vez, que no sé si son los más leídos. No es ese uno de los criterios.
Terminé el año 2024 leyendo Las aventuras de la pirata Mota (EDP), de Yolanda Arroyo Pizarro. Mi admiración por esta escritora nace de su literatura y de su trabajo como educadora y mentora. No se puede separar su obra de sus pasiones.
Este es un libro entretenido para la niñez, la adolescencia y para quien ame la lectura y la historia no importa su edad. Está bellamente ilustrado por Rubén Pérez. Según la propia autora cuenta, un conferenciante de la Sociedad Puertorriqueña de Genealogía le habló por vez primera sobre la Pirata María Isabel de la Mota junto a un grupo de investigadores y escritores de la Cátedra de Mujeres Negras Ancestrales. Eso la motivó a realizar su investigación. El relato, entonces, está basado en los registros históricos que sitúan a María Isabel de la Mota entre Fajardo y Vieques para los años 1819 a 1823. Como recurso de ficción muy efectivo tenemos al pirata Cofresí. Por supuesto, no les voy a contar la historia.
Por otro lado, en contradicción con mis propios criterios, comento un libro de 2015 porque me lo regalaron en 2024. Espiritismo, transformación y compromiso social (Gaviota). Es una historia rigurosa de medio siglo de la Escuela Magnético Espiritual de la Comuna Universal en Puerto Rico (1930-1950), que nos lleva dede el inicio de la trayectoria del espiritismo en el Caribe Hispano, la posición de la mujer dentro del movimiento, relaciones con la iglesia Católica, y otros temas de interés. La centralidad de la historia oral le da dinamismo al texto.
Quisiera resumir. Es imperativo celebrar y apoyar a las editoriales independientes de nuestro país. Son las que se atreven a publicar obras de autores emergentes y de géneros que las grandes editoriales ignoran de manera sistemática. Sin las presiones comerciales de las grandes editoriales, las independientes pueden arriesgarse con proyectos más experimentales y poco convencionales, lo que puede llevar a la creación de obras únicas y valiosas. Y, sobre todo, poesía. Esto enriquece el panorama literario al ofrecer una variedad de perspectivas, temas y estilos. Además, se centran en autores y temas nacionales, promoviendo la literatura que refleja las identidades y las preocupaciones nuestras. Este es el modo de ayudar a preservar lo que hay que apreciar de nuestra cultura y a dinamizarla. En cierto modo, representan una forma de resistencia a la homogeneización cultural, preservando la pluralidad de narrativas.
Por último, estas editoriales están más conectadas con comunidades locales, colaborando con autores, artistas y otros creadores -pintores, teatreros, diseñadores, músicos, coreógrafos- lo que fortalece la escena cultural en su conjunto.
Dicho esto, Feliz Año 2025 a gestores de libros, escritoras y escritores, lectoras y lectores.