MALENTENDIDO: terrorismo y equivocación en Miami

Por Alicia Rojas

Un hombre de 27 años fue arrestado en Miami Beach luego de disparar 17 veces contra un vehículo en el que viajaban dos turistas israelíes. Así comienza el parte noticioso. La primera reacción en los medios y en las redes es que se trata de un crimen de odio contra dos ciudadano judíos.

Horas después el relato cambia. Se entra en el género del absurdo. Se refrasea: en la ciudad de Miami Beach, estado de Florida, un hombre enfrenta dos cargos de intento de asesinato en segundo grado por disparar 17 balazos contra un automóvil. El hombre, identificado como Mordechai Brafman, confesó a la policía que atacó el coche porque pensó que sus pasajeros eran palestinos. Sonríe en la foto. Pensó que los había matado.

Aquí viene el giro argumental: los hombres que recibieron disparos eran dos israelíes, padre e hijo, que estaban de visita en Miami. Ellos estaban seguros de que el ataque estaba motivado por cuestión de odio. Convencidos de que era algún terrorista árabe.

Hay una cita de Pedro Albizu Campos que es digna de repetir:  “el odio embrutece”. Sin duda.   Friedrich Nietzsche han explorado el odio como una manifestación de debilidad o resentimiento, es decir, el odio puede surgir de la incapacidad de afirmar la vida y la voluntad de poder.  No sé si Albizu fue lector de Nietzsche. Sin embargo, ¿este pistolero cegado por el odio no es, precisamente, un débil sujeto resentido incapaz de encontrar sentido a su vida y la estructura con algo tan obtuso como el odio?

No es que intente hacer una reflexión filosófica de la tragedia en la interpretación de análisis del atacante y sus víctimas, todos inmersos en una interpretación de la realidad signada por la ceguera ideológica. Mas, Hannah Arendt ha analizado cómo el odio puede ser una respuesta a la deshumanización y la opresión. Argumenta que el odio puede llevar a la violencia y la injusticia, destacando la importancia de la responsabilidad moral en el contexto del odio. ¿A dónde apunta la  brújula moral es esta que tienen los implicados en este suceso?

Para mí está claro que hoy no existe ningún filtro con relación a cuestiones sobre la libertad de expresión y los límites del discurso de odio, planteando preguntas sobre la responsabilidad ética y el impacto social de las palabras. Es decir, el odio alcanza categoría de libertad de expresión y es utilizado en la retórica oficial del estado. El norteamericano y el de Israel. El atentado de Brafman en Miami es un ataque terrorista. Sin embargo, blanco como es, ningún medio lo ha clasificado como tal.

En el derecho internacional, el terrorismo no tiene una definición única y universalmente aceptada, lo que ha llevado a diversas interpretaciones y enfoques en distintos contextos. En el contexto de una sociedad en la que el supremacismo blanco y la ideología anti árabe son dominantes este acto será interpretado, imagino, como un evento solitario de un desajustado mental. Pero el perpetrador  a cofesado sin problemas estar motivado por razones políticas, ideológicas y religiosas. Sus objetivos  civiles o no combatientes -simples turistas-, con la intención de causar daño, muerte o destrucción. Se buscaba. Sin duda, causar un impacto psicológico que trascienda el daño físico, afectando un grupo particular -en este caso los palestinos, que aún al deia de hoy son masacrados en su lugar de origen.

Existen tratados y resoluciones de la ONU que abordan el terrorismo, como la Resolución 1373 del Consejo de Seguridad, que establece medidas para combatir el terrorismo. Además, algunos documentos internacionales y nacionales pueden proporcionar definiciones más específicas, pero la falta de consenso sobre una definición única sigue siendo un desafío en el ámbito del derecho internacional. En el ámbito de los EEUU, el asunto es llamativo. Así, por ejemplo, los ataques basante comunes en los que un hombre blanco ataca a un grupo de personas por cuestiones raciales siempre termina con un análisis psicológico del atacante. Nunca se trata de un ataque terrorista.

Por supuesto, los medios de comunicación desempeñan un papel crucial en la percepción del terrorismo, influenciando la opinión pública y la respuesta del gobierno y el sistema judicial. . La forma en que se presentan los eventos puede moldear la narrativa en torno al terrorismo, destacando ciertos aspectos y omitiendo otros, lo que afecta la comprensión del público sobre las causas y consecuencias.

La representación de grupos específicos puede llevar a la estigmatización de comunidades enteras, creando divisiones y tensiones sociales. Aún recuerdo el brutal ataque de Timothy McVeigh a un edificio federal, causando  decenas de muertes -principalmente niños- y cómo la narrativa nunca toco el asunto del “terrorismo”. En este caso particular, este incidente va a desaparecer en el maremagnum de noticias que día a día llenan las avenidas de información. Sobre este odio tan visceral contra los árabes no se volverá a hablar. El genocidio es política pública. Probablemente, como piensa el joven blanco, sionista, Brafman todo será un malentendido. Como fue un malentendido la apreciación de las víctimas, que estaban muy seguros de haber sido atacados por ser israelíes y judíos.

Son peligrosos los malentendidos. Habría que hacer un esfuerzo por entender.

 

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