Otro año académico sin soluciones para la educación pública 

 

Nuevamente abren las escuelas públicas del País tras el receso de verano, con perspectivas muy poco alentadoras para la buena marcha de la educación en Puerto Rico. Los más recientes sucesos relacionados al tema educativo no dejan espacio para el optimismo. Veamos: 10,000 estudiantes fracasados que tendrán que repetir sus grados. Un liderazgo del Departamento de Educación (DE) cuestionado, tras cinco secretarios consecutivos nombrados durante este cuatrienio. El único confirmado por el Senado renunció el mes pasado en circunstancias no aclaradas, y la actual Secretaria no ha sido confirmada aún. Faltan 650 maestros para materias de importancia crítica. El personal de Comedores Escolares está en la calle exigiendo justicia salarial y mejores condiciones de trabajo. Y además, el DE lleva varios años bajo la lupa fiscal permanente del gobierno federal, y ahora también confronta una investigación del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), según lo admitió públicamente en días recientes la secretaria de la Gobernación, Noelia García, en un programa televisivo.

El consenso general en Puerto Rico es que nuestro sistema de educación pública no funciona. Que el monstruo burocrático y politizado en que los dos partidos que se han turnado el gobierno colonial -PNP y PPD- han convertido al DE es un escollo a las buenas prácticas educativas y un freno al aprendizaje de nuestros estudiantes.

La era de la ex convicta secretaria del DE, Julia Keleher, ahora reclutada como heroína por entidades educativas del estado de Delaware, fue nefasta para la educación pública en Puerto Rico porque profundizó su deterioro hasta hacerlo irreversible. Desde el 2017 hacia acá, cuando se desmanteló el sistema a través del cierre indiscriminado y la venta de escuelas, se abrió  la puerta a esta ultima etapa de crisis profunda que ha incrementado la presión de intereses  privados  por  acceder a los fondos públicos destinados a la educación. Estos pretenden que se les financie con dichos fondos públicos el establecimiento de negocios como las  escuelas charter, o las compañías de tutorías, o empresas creadas especialmente para venderle al DE libros de texto y materiales, o compañías de servicios de mantenimiento y reparación de escuelas, entre  muchos otros renglones privados que se benefician de los fondos del DE, algunos con privilegios «especiales» y sin tener que rendir demasiadas cuentas.

Ahora los vientos cambian, y el nuevo mantra es la llamada «descentralización» del sistema de educación, un término impreciso del cual no se han dado detalles sobre cómo será implantado, para que no se repita en unidades más pequeñas el mismo patrón de burocracia y corrupción que existe ahora en grande.

Es imperativo exigir al Gobernador y al DE que expliquen clara y detalladamente en qué consiste y cómo se implantará este nuevo modelo educativo descentralizado.

Es indispensable también que en ese proceso participen los maestros y maestras del salón de clases quienes, junto a.los estudiantes, son la raíz y la zapata del sistema de educación. El consenso entre las y los educadores serios de Puerto Rico es que la.verdadera descentralización presupone trasladar el foco de atención, los mayores recursos y el poder decisional sobre asuntos lectivos al salón de clases, que es donde comienza y se construye el aprendizaje.

Nuestro pueblo ya está cansado del drama que representa el inicio de cada año escolar, donde se repiten los mismos problemas e insuficiencias que evidencian la falta de voluntad y liderazgo en el DE para cumplir con su deber de proveer una educación de calidad y excelencia, que sea un reto y a la vez una gran oportunidad para la.comunidad escolar.

Con el esfuerzo de nuestro pueblo concentrado en una meta, ya una vez Puerto Rico logró vencer el desafío de la pobreza y el aislamiento para motivar su gente y movilizarse para erradicar el analfabetismo y abrir las puertas de una educación de calidad y amplitud a las grandes masas de puertorriqueños y puertorriqueñas. Lo que ha pasado durante las últimas décadas y años con la educación pública en nuestro país es un crimen y una afrenta contra el presente y el futuro de nuestros niños,  niñas y jóvenes. La creatividad de la educación es infinita y las soluciones existen. Solo basta mirar a nuestro alrededor, más allá de Estados Unidos, para encontrar sistemas educativos con estrategias ejemplares que pueden ser adaptadas a nuestra realidad. Pero para ello, nuestro País necesita un liderazgo educativo genuino, competente y capacitado, y no las.cepas de politiqueros que se han apropiado del DE para su propio beneficio y  de  sus ahijados políticos y personales.

Nuestro pueblo no debe volver a  permitir que pase un año académico más sin exigirle al DE que presente soluciones efectivas para la educación pública en Puerto Rico.

 

 

 

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