Por una, cien, mil esquinitas de libros: el espacio de encuentros de Luis Negrón

El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma. Lo ha dicho y lo sabe mucha gente. Eso a pesar de que se le atribuye a Marcel Prévost. Igual pudo haberlo dicho cualquiera en cualquier sitio, pero usted sabe que si lo dicen los franceses tiene un peso específico mayor. A fin de cuentas fueron un imperio y tienen su Ilustración, Revolución, guillotina y chalecos amarillos.

Sin embargo, me inclino a pensar que el hallazgo de un buen libro surte el mismo efecto si lo encuentra alguien en Copenhagen o en Topeka, Kansas. En todos lados, decía Valery, los libros tienen los mismos enemigos que el hombre: “el fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido”. En todos lados los libros tienen los mismos amigos: gente que los atesora y los cuida. Cubren los libros con sus cuerpos, los llevan consigo, los aman, los salvan de los animales domésticos, admiran sus páginas señaladas por el tiempo, recuerdan sus contenidos. Aquel verso, aquello que dice allá.

Conozco muchos amigos del libro. Conocí a algunos en las librerías de Río Piedras. Uno de esos es Luis Negrón. La forma de hablar de los libros, el modo en el que con cariño y entusiasmo te traía un libro para recomendártelo, sin demasiados aspavientos, como si estuviera hablándote de un amigo que quiere presentarte, así, Luis puso varios libros en mis manos. Al día de hoy, ese amor crece y se transforma.

Se transforma la bibliofilia en librería. Resulta que los enemigos de todo la han emprendido contra todo, pero los amantes de libros se resisten a dejar de querer. Luis Negrón está en una esquinita de Santurce haciendo lo que quiere. Librería la Esquinita.

Hablo con él sobre el proyecto. Antes de inaugurarlo ya lo han visitado decenas de escritores, editores independientes, amigos libreros. Y allí se siente eso, un afán desmedido por abrir un espacio en el que la amistas libresca se convierta en un espacio de intercambio.

Dos bibliófilos están con Luis en la Esquinita. Adaris García y Gegman Lee Ríos. Negrón es librero hace muchos años. Aclaro que empezó muy jovencito. El sabe del negocio. Pero el asunto es que hay un interés más allá de ese intercambio que se da en una caja registradora. Ese interés mayor también lo tienen Adaris y Gegman Lee. Adaris García diseña libros hermosamente. Tan bien lo hace que varias editoriales independientes le confían a su arte y buenos oficios sus títulos. La secta de los Perros, Distopía, Agua Dulce, son algunas de esas editoriales que son parte del ofrecimiento de la Esquinita.

Gegman Lee Ríos es poeta y dirige la editorial Alayubia, que tiene en Adaris otro apoyo.

Muchos amigos han colaborado para que este deseo de abrir un espacio para los libros se cumpla. Yaris Cruz, estudiosa de Schopenhauer y comerciante independiente, fue una de esas amistades. En todos está claro que se trata de un rincón para compartir.

Luis me lo dice con el regusto de siempre: “Tú sabes que la cosa está mal desde María y desde antes. Compartir espacios ayuda a compartir el golpe. Y uno con los libros establece intercambios necesarios. Y hasta nos vamos por encima del intercambio económico usual. Más aquí en Santurce. La carne frita, los tostones y las medallas son las monedas. A veces usamos esos trueques” me dice, riendo, contando de esos modos en los que los amantes de libros sortean lo caminos del capitalismo salvaje.

“Aquí hay una selección grande de autores y editoriales han traído libros. Fueron convocados por ese deseo de ocupar espacios pequeños en los que pueda florecer un negocio tan importante. Mi esperanza es que sea el inicio de unos puntos de libros. No hay que esperar un mejor momento porque este es un buen momento. Es el momento de varias editoriales independientes y de escritores que le prestan atención al modo de hacer los libros, el modo de escribirlos y convertirlos en objeto apreciado”, continúa diciéndome con entusiasmo. “Esta librería no es testimonio de mejores tiempos, ni de posibilidades, ni de una economía que se levanta. El país sigue negando posibilidades de vivir dignamente.

Este es un proyecto creado con la ayuda de amistades, construido con la colaboración de gente que lo único que desea es ver una librería nueva y ayudar a su gente y a su comunidad”.

Desde que lo conozco, en las librerías en las que ha estado, Luis ha sido el eje de un buen lugar. Sabe de libros, de temas, de buena literatura. “Aquí vamos a hacer lo de siempre. Servicio amable, entusiasta. Aquí en la Esquinita vendemos felicidad, el ratito de compartir”.

Luis, Adaris y Gegman afirman que en Puerto Rico se lee. Es falso eso que se repite por ahí. Coincido. Estoy seguro de que la Librería la Esquinita va a ser un punto de encuentro que confirmará el aserto: “¡En Puerto Rico se lee, puñeta!” como puede leerse en un bolso a la venta.

‘Ya estamos aquí hace unas semanas aunque la inauguración oficial es el 2 de febrero. Nos encuentran en Santurce Pop en la avenida Ponce de León 1116, en Santurce, claro está. Nuestro horario es de 10 a 6 de lunes a sábados. Y tú sabes que no voy a poner la poesía en la parte de atrás. Aquí se lee mucha poesía y me encargo donde esté de que la gente tenga acceso a ella. La promociono. Le busco libros a la gente. Les digo, “léete este poema”, y los entusiasmo. Los lectores más jóvenes aprecian la poesía y los cuentos. Aún cuando se repite que la poesía es el género más solicitado, puedo decir que muchos lectores jóvenes buscan la poesía más que esas grandes narraciones. Siempre recomiendo tu Elegía Franca”. Doy fe de ello. Luis Negrón es amigo de la poesía frente a todos sus enemigos.

“Amo Santurce, por eso estar aquí me llena de mucha alegría. Y ver pasar a la gente y detenerse a mirar libros. El otro día una familia dominicana se detuvo a mirar porque vieron Rainbou, de Pedro Cabiya. La hija de la pareja reconoció el título por la película. Pensaban que Cabiya era dominicano lo cual a mí me parece genial. Y además vive allí hace muchos años. Hablamos un rato, miraron lo que tenemos en las mesas, y terminaron llevándose un libro de Frank Báez, el poeta dominicano”. Conozco a Frank Báez. Conozco el trabajo de Luis Negrón. Con Adaris García y Gegman Lee Ríos conforman un equipo de ensueño. Gana el libro, gana Santurce y espero que se multipliquen en el país, una, cien, mil esquinitas de amistad entre libros.

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