¿Portugal o Chile?

Por Jaime Lluch/Especial para CLARIDAD

Si el curso trazado por la omnipotente Junta de Control Fiscal no cambia, Puerto Rico va en camino de seguir los pasos de Chile que lleva más de 30 años en un curso de neoliberalismo extremo. Empezó durante la dictadura de Pinochet que impuso un modelo inspirado en el pensamiento económico libertario de Milton Friedman. Se implementaron políticas que resultaron en un pobre acceso a la educación, trabajo, y salud para más de la mitad de la ciudadanía. Finalmente, se ha visto el estallido social de este año en Chile. Necesitamos crear un partido político que nos aleje de la vía chilena.

Afortunadamente, existe la vía de Portugal, una alternativa a la vía chilena. Portugal hoy en día es el mejor modelo disponible que representa una alternativa al dogma libertario de la austeridad. Portugal fue una de los estados más maltratados por la crisis económica pos-2008. Necesitó un rescate financiero por una troika, incluyendo al Fondo Monetario Internacional (FMI). Después de este rescate, sus acreedores demandaron medidas extremas de austeridad, incluyendo la privatización de servicios públicos, subir el IVA, más impuestos sobre ingresos, cortar las pensiones y bajar salarios públicos, y extender el día laborable. En dos años, el gasto en educación bajó 23%. El sistema de salud y la seguridad social también sufrieron un golpe: las consecuencias humanas fueron funestas. El desempleo subió al 17.5% en 2013, y en 2012 los casos de bancarrota de compañías subió 41%, y se extendió la pobreza. Todo en nombre de una nueva deidad: la austeridad (Jones 2017).

Esta situación cambió radicalmente cuando a finales del 2015, se formó un nuevo gobierno social-demócrata (con algunos apoyos de partidos de izquierdas) del primer ministro António Costa. El nuevo gobierno de Costa en 2015 afirmaba que la teología de la austeridad había suprimido la demanda, y para recuperarse había que reactivar la demanda. El nuevo gobierno procedió a subir el salario mínimo, a cancelar los aumentos en impuestos regresivos, y a reinstituir los salarios públicos y las pensiones a sus niveles pre-2008, y reestableció cuatro días feriados. La derecha y el “establishment” financiero pronosticaban un desastre, pero en vez, para finales del 2016 había crecimiento económico sostenido en Portugal, y un incremento del 13% en la inversión corporativa, a pesar de la oposición de acreedores como Alemania y el FMI.

Ya en el 2017 el gobierno de Costa también había logrado reducir el déficit portugués a la mitad: a 2.1%, y 2017 fue la primera vez que Portugal pudo cumplir con los reglamentos fiscales de la eurozona (Jones 2017). Para compensar por restaurar las pensiones, etc., hizo recortes en gastos de infraestructura, etc. y en el 2018 el déficit anual estaba en menos del 1% del PIB (Alderman 2018). Dijo António Costa: “Lo que ocurrió en Portugal demuestra que demasiada austeridad empeora la recesión, y crea un círculo vicioso. Nosotros creamos una alternativa a la austeridad, enfocándonos en aumentar el crecimiento, y más y mejores trabajos.” Costa revalidó y acaba de ganar sus segundas elecciones, la del pasado 6 de octubre, ganando 22 escaños más que en 2015.

Puerto Rico urgentemente necesita un partido social demócrata como el de Costa que implemente la vía portuguesa en Puerto Rico.

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El autor es profesor en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.

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