La violencia nos eligió. ¡Vamos pa encima!
Fueron las palabras de Pedro para culminar la reunión del grupo dirigente.
Miércoles.
Río Grande.
Una casa de seguridad.
¿La agenda? Próximos pasos tras las dos ejecuciones iniciales.
Dialogaron, entre otros temas, sobre las reacciones del gobierno. También, sobre cómo se había tratado el asunto mediáticamente.
Sin sorpresas. Lo previsible.
Más importante es escuchar al pueblo, se dijo y concordaron. Atender las reacciones que surjan en la calle. Que esas sean nuestra guía.
Los dos ajusticiamientos causaron escándalo. Sobre todo, el último. Mucha especulación sobre la forma en que murió el celador gringo.
Positivo que ciertos sectores poblacionales se los tomaron con simpatía. Excelente señal para el comando.
Decidieron, pues, emitir un nuevo comunicado a la prensa. Y proseguir con el plan trazado.
Comunicar y atacar. Para que sientan el calentón. El verdadero.
Apenas unos cambios ligeros al texto circulado en la reunión. Matices. Y aprobado.
“Gobernador:
Van dos y serán más. Saquen los celadores que trajeron de afuera. Su terquedad cuesta vidas. No pararemos. Compromiso solemne. Atentamente, Comando Megavatio.»
Salió el viernes. Causó revuelo, inmediatamente.