Wanda Vázquez y el teflón

 

Por Manuel de J. González/Especial para CLARIDAD

A Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos entre 1981 y 1989, le decían “el presidente de teflón”. El mote llegó porque, aunque su presidencia estuvo cargada de escándalos, estos no lo afectaban en cuanto al apoyo de sus votantes, obteniendo sin problemas la reelección y manteniendo altos índices de aprobación en las encuestas. Entre él y la corrupción existía una capa protectora que, como el teflón de los sartenes, lo separaba de la mugre. El más conocido de sus escándalos fue el de la venta ilegal de armas al gobierno iraní, oficialmente enemigo, para luego canalizar el dinero por medio de la mafia hacia los llamados “Contras” que operaban en Nicaragua. 

Wanda Vázquez, la gobernadora en funciones y precandidata al cargo, a todas luces quiere andar tras los pasos de Reagan, buscando que los escándalos de su administración, que es la misma de Ricardo Rosselló, quede protegida por algún teflón milagroso. En el caso de Reagan, la mugre marcó a figuras de su gobierno, como Oliver North, quien luego se consagraría como una de las minifiguras de la ultraderecha estadounidense. Vázquez, por su parte, apunta su mugre hacia distintos personajes o la esconde en “investigaciones” que le abren camino al olvido. 

Cuando llegó al cargo de gobernadora se encontró con la inevitable investigación sobre el chat que, de ser rigurosa, podía llegar hasta el Departamento de Justicia que ella había dirigido, protegiendo en muchas ocasiones a la ganga chatera. Por eso, en lugar de nombrar un comité independiente para que investigara, a la carrera refirió el asunto a su nueva “sastre jurídica”, Dennise Longo, para que alargara y diluyera el asunto. Ya el chat es historia antigua y ni siquiera la salpicará.    

Cuando llegó a Fortaleza dejó en su gobierno a todos los cuadros de Rosselló, para ir sacándolos poco a poco en el momento apropiado. A Anthony Maceira, uno de los machos del chat, lo dejó en la Autoridad de Puertos hasta que explotó la noticia de la privatización de los muelles de San Juan, que ella conocía y que siguió activa antes y después de la salida de Maceira. Así, éste sería una de las múltiples capas de teflón que la protege. Algo similar ocurrió con Ricardo Llerandi y los escándalos sobre la utilización del aparato gubernamental para recaudaciones políticas. 

Ente uno y otro caso apareció el caso de la Secretaria de Recursos Naturales, su colega Tania Vázquez, supuestamente investigada por el FBI junto a su compañero de fechorías, quien era un protegido de Thomas Rivera Schatz en el Senado. Esta otra Vázquez sería la nueva capa de teflón y con su despido terminó todo, sin asomo de alguna investigación sobre las denuncias. El socio de Tommy, claro está, sigue disfrutando de sus cargos y prebendas. 

Luego apareció lo que algunos llaman “el escándalo del almacén de suministros”, pero que en realidad es el de la respuesta negligente de todo el gobierno de Vázquez Garced a la tragedia de los terremotos en el área sur. La crisis creada, que dejo en la calle a miles de puertorriqueños, se agravó tanto por el mal manejo como por la utilización de los recursos disponibles para propósitos burdamente politiqueros asociados a la campaña de Vázquez para la gobernación.  Para eliminar o, al menos, reducir el costo político, actuaron como teflón tres miembros del gobierno ubicados en las oficinas de Manejo de Emergencias, Familia y Vivienda. Estos dos últimos tenían pocos señalamientos en su expediente y aparentaban ser las “estrellas” del gabinete de Rosselló, pero se sabía que no apoyaban los esfuerzos electorales de Vázquez y por eso aprovechó para sacarlos, convirtiéndolos en chivos que ayudan a expiar pecados. De paso, dejó descabezado una agencia clave en los esfuerzos de reconstrucción tras el huracán del ya remoto 2017, como es Vivienda. 

En cuanto a los almacenes llenos de suministros, que el pueblo descubrió en medio de la escasez, ordenó una investigación fugaz, que de inmediato refirió a Justicia para que allí la escondieran.  Con el referido se escondía tanto el mal manejo como la chapucería investigativa. La responsable por mantener el informe secreto sería entonces la secretaria, no quien lo ordenó y lo guardó. Luego aparecería Vázquez “solicitando” que el informe se hiciera público, y finalmente la secretaria así lo hizo “porque la gobernadora se lo solicitó” y no porque tenía ante sí tres sentencias judiciales ordenándolo. 

Así llegamos ante la actual crisis, la del Covid-19, que tiene a Vázquez en la cresta de la ola porque sólo ella trata con la prensa, mientras todos sus posibles contrincantes están en obligada cuarentena. Desde la crisis sanitaria que provocó el huracán María, se sabía que el Secretario de Salud Rafael Rodríguez Mercado y todo su equipo mostraban una pasmosa incompetencia. Cuando empezó la nueva crisis, con el virus rondando el planeta, ese grupo, del que Vázquez era la jefa, demostró una dejadez criminal, cuyas consecuencias todavía se desconocen. Cuando ya la epidemia galopaba se apresuró a sacarlos y ahora quiere proyectarse como la campeona de una batalla que hasta ayer menospreció. 

En este caso, el teflón lo componen de forma involuntaria los médicos y salubristas que, enfrentados a la política oficial decretada por el Departamento de Salud, actuaron por su cuenta. También sirve como teflón la ciudadanía que, informada de lo que pasa en el mundo, comenzó a tomar medidas por su cuenta. Y, tal vez a ellos se una el nuevo equipo de profesionales de la salud que el Gobierno se vio forzado a crear, luego de que se perdieran dos semanas que pudieron haber sido cruciales. 

El teflón está otra vez activo y lo vemos todas las noches en las conferencias de prensa, mientras los demás opositores políticos de Vázquez están bajo el toque de queda. 

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