Lo decolonial contraataca: testimonio

 

 

 

Especial para En Rojo

Hace unos años, en Boston, participé en un gran congreso académico. Se alquilaron dos hoteles para el evento y decenas de presentaciones se hicieron de manera simultánea. Los pasillos del hotel me hacían pensar en que estaba en un aeropuerto con la gente corriendo de terminal en terminal.

Cuando fui a hacer mi presentación me encontré en una sala con otras dos personas, una de Ecuador y otra de España. No había moderador ni nadie más presente. Mis compañeros de mesa incluso se tomaron fotos (selfies) como prueba de que habían estado en la conferencia. Yo no lo hice porque no tenía a quién mostrárselo. Durante un tiempo, los tres nos sentamos en sillas frente a una audiencia imaginaria y comenzamos a hablar, hasta que finalmente decidimos hacer nuestro deber: turnarnos para ir a la mesa a hacer nuestras presentaciones, teniendo a los otros dos presentes en el público.

Personalmente, el mejor momento de esa conferencia fue cuando me encontré con unos colegas de la Universidad de Puerto Rico con los que salí a tomar unas cervezas y comer algo. Pasamos un buen rato. Esa conferencia tuvo lugar en mayo de 2019 y fue la primera a la que asistí sobre el tema de mi tesis doctoral, en la que trabajé durante dos años sin saber que la pandemia me encerraría en casa meses después.

Hace poco más de dos semanas, me sucedió casi lo opuesto. Participé en una conferencia en Lisboa sobre un tema que comencé a estudiar durante la escritura de mi tesis, pero que no tuve el tiempo necesario (ni el marco disciplinario adecuado) para profundizar. Mi sorpresa fue que, a diferencia de la experiencia que mencioné anteriormente, esta vez al final de la conferencia, tres personas se acercaron a pedirme que les enviara mi presentación. Lo más curioso para mí es que lo que presenté no fue en gran medida una investigación con trabajo de campo en curso que presentara datos frescos. Nada de eso.

Lo que quise hacer fue una forma de homenaje y rescate de su legado para un grupo de investigadores militantes que comenzaron su camino en la década de 1960 y que en los últimos años han vuelto a despertar interés no solo en América Latina sino también en Europa. Una de las personas que vino a hablar conmigo al final me dijo que no estaba acostumbrada a escuchar a alguien hablar sobre teóricos brasileños y su producción intelectual para hablar sobre algo que concierne no solo a América Latina, sino también a la aplicación de algunos principios que pueden ser universalizables a esta parte de Europa, en un proceso inverso a lo que comúnmente ocurre. No sé si esto me volverá a suceder, pero solo por esto, por sentir que estoy hablando con alguien que apreció lo que intenté transmitir, ya valió la pena estar en Lisboa en esos días.

 

El autor es  analista político y profesor de Estudios Hispánicos y portugués. Residió casi una década en Puerto Rico estudiando y militando. Actualmente trabaja en España.

 

 

 

 

 

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