Crisis de salud: “Esto no ha mejorado nada”

 

 

CLARIDAD

 En un sistema de salud que mayormente depende de fondos recurrentes del Gobierno federal, el panorama del sistema médico en Puerto Rico pareciera ir en picada. Con gran parte de los hospitales operando desde el déficit, una falta de especialistas en aumento y cierres de centros de atención necesarios, “no hay forma de dar mejores servicios’, de acuerdo con el doctor Carlos Díaz Vélez.

Para el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico (CMCPR), el Gobierno entrante enfrentará una plétora de retos por la desventaja que supone la condición política del país. Puerto Rico, que recibe menos pareo de fondos federales que otras jurisdicciones, está supeditado a las mismas regulaciones hospitalarias que los demás estados de Estados Unidos (EE UU). Con una segunda administración Trump enfocada en el ahorro y eficiencia gubernamental, agregó Díaz Vélez, el empeoramiento del sistema es casi seguro.

“Esto no ha mejorado nada. No ha habido un cambio (a nivel federal) que pueda ayudarnos. No le veo grandes esperanzas a mejorías en el sistema en la parte financiera. Y van a haber hospitales que van a seguir cerrando, van a haber hospitales que van seguir transformando su filosofía a otros tipos de servicios, como vimos con Pavía, que ahora va a ofrecer servicios de salud mental”, explicó el cardiólogo.

Díaz Vélez precisó que para contrarrestar el deterioro del sistema de salud,  el Gobierno local debe abordar diálogos que reformulen la manera en que se atiende la salud. En una clara alusión a las aseguradoras médicas, el líder gremial denunció que “hay unas estructuras que nadie quiere tocar”.

“Si seguimos haciendo lo que estamos haciendo hasta ahora y el Gobierno que entra no cambia o rediseña la manera en que se distribuye el dinero en Salud, esto va a seguir igual. Va a seguir peor cada día. Amerita que nos sentemos todos los componentes de la salud: aseguradoras, gobierno, privados, hospitales, todos los proveedores, farmacias, laboratorios médicos. Tenemos que sentarnos y actuar ahora. No podemos esperar más”, aseveró el presidente del CMCPR, organización que agrupa aproximadamente 9,400 profesionales de la salud.

Además, el cardiólogo postuló que los médicos, como servicios profesionales, operan como una microempresa, que implica una red de empleos, equipos, rentas y apoyos. En ese sentido, Díaz Vélez exhortó a que el Estado afiance, más allá de las plazas disponibles, la entrega de licencias, la otorgación de contratos e incentivos contributivos para retener a la clase médica.

“Ellos (los médicos) se van a ir para Estados Unidos porque allá hay una escasez de médicos también y, sobre todo, de médicos latinos. La población latina necesita atención, y Puerto Rico tiene unos médicos bien entrenados con las mismas credenciales y preparaciones de Estados Unidos, pero hablan español. Se llevan a los muchachos con tremendos incentivos”, adujo Díaz Vélez.

Por esa razón, Díaz Vélez plantea que no basta con que se conceda una licencia provisional a las dos semanas de obtener el título médico, sino que las aseguradoras médicas deben contratar, en menos de un mes, a los médicos recién graduados. “Están obligadas, punto. Aquí hay una crisis”. Según el experto, el tiempo promedio que tarda una aseguradora en contratar a un médico es de seis meses.

“También (los médicos) necesitan un incentivo contributivo, por lo menos, por los primeros cinco años. Después de que un médico está establecido, no se va… no es un regalo que se está dando, es que ellos inyectan dinero a la economía. Así que podemos hablar de plazas y residencias nuevas, pero la ecuación no está completa sin estos pasos”, reparó el presidente del CMCPR que, desde hace más de un año, perdió la obligatoriedad de la colegiación.

En otros asuntos, Díaz Vélez subrayó que, indistintamente de quien dirija el Departamento de Salud, cualquier secretario de la agencia debe llegar “con una agenda clara” para escuchar y enlazar todos los componentes del Estado en pro del sistema de salud. Las discusiones partidistas, a juicio del doctor, son el mayor escollo para recorrer ese camino.

“La salud de la gente se va a ver seriamente afectada si no se actúa pronto”, concluyó el médico.

Un país sin salas de emergencia

Era una noche arroyana tan plácida como fresca, los muchachos jugaban fútbol bajo una luna que menguaba y daba paso al vendaval nocturno. René, seudónimo de quien contó esta historia a CLARIDAD, se estrenaba en un nuevo equipo con la esperanza de aunar experiencia a su trayectoria de atleta. La meta era clara: llevarse el balón; pero un mal salto desembocó en una fractura de largas consecuencias. Mientras descendía del brinco, René esquivó la patada de su homólogo contrario y, con el impacto, se desprendió el codo como la palanca de una maquinilla.

Varios minutos después, una ambulancia privada transportó a René al Hospital Menonita en Guayama, el centro de salud más cercano. Daban las diez y, luego de la evaluación inicial, el deportista aguardó hasta el filo de la medianoche. Cuando el dolor se disipó, el joven incorporó su cuerpo abatido, caminó hasta la recepcionista y comentó: “Mira, yo me voy. No soy del área y es peligroso que me quede hasta más tarde”.

Lo dejaron irse. Cuando finalmente consiguió ayuda y diagnóstico en el Hospital Metropolitano, el futbolista local fue enterado de que su brazo derecho, roto y desprendido, debía ser intervenido quirúrgicamente el próximo miércoles. “No había doctores, te lo juro. No había nadie en esa sala”.

Mientras, la United Auto Workers (UAW) en Puerto Rico denunció que el Hospital Pavía de Hato Rey planteara cerrar su sala de emergencia, departamentos de radiología, sala de operaciones, laboratorios médicos y terapias respiratorias. De acuerdo con Desireé López Ramírez, presidenta de la unión, esta determinación impactaría a las comunidades aledañas, como Floral Park, la Comunidad Mita, la Égida Sunrise y, por supuesto, a los trabajadores del hospital.

“Este cierre es un duro golpe para estas comunidades y acrecienta la crisis de salud que vive el país con la falta de médicos y servicios directos a los pacientes”, expresó la líder sindical.

A su vez, el director ejecutivo del hospital, Carlos Santiago, defendió la decisión del conglomerado de salud por “el alza en los casos de suicidio y otros diagnósticos de salud mental”. Habiendo consultado la movida con Salud, el hospital ubicado en la avenida Juan Ponce de León ahora ofrecerá servicios de psiquiatría, psicología, trabajo social, evaluación médica, nutrición y enfermería. Al cierre de esta edición, Santiago no respondió a la solicitud de entrevista enviada por CLARIDAD.

 

 

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