La Segunda Enmienda Betances y Wanda Vázquez

Rafa Acevedo / En Rojo

La gobernadora Wanda Vázquez, firmó hace una semana la Ley 168-2019, que crea la “Ley de Armas de Puerto Rico de 2020”. La firma, rodeada de hombres blancos, funcionarios de un sistema corrupto y entusiastas de las armas, fue celebrada por la prensa corporativa. La propia gobernadora, hasta hace unos meses funcionaria fiel a la administración del joven Rosselló, afirmo que: “Entre los puntos más importantes está el que ahora se consolida en una sola licencia la autorización para poseer y portar armas de fuego, incluyendo licencia de tiro al blanco; además, se abaratan los costos que conlleva obtener dicha licencia. De igual forma, elimina el requisito de solicitar, a través del tribunal, la licencia de portación de armas de fuego”.
Las reacciones a la firma han sido variadas y algunas francamente delirantes. Algunos legisladores y lunáticos de la estadidad han argumentado que esta ley “atempera” nuestro marco jurídico a la constitución norteamericana. Se refieren a que está “más cerca” de la llamada Segunda Enmienda. Otros, en un delirio melancólico, han recordado los Diez mandamientos de los hombres libres de Betances.
Hay que hacer algunas precisiones. La “Segunda Enmienda” dice: “Una milicia bien regulada es necesaria para la seguridad de los Estados libres, el derecho de las personas de tener y portar armas, no debe ser violado”. A diez años de la declaración de independencia, apenas unos años de terminada la guerra la guerra de independencia -se firmó “la paz” el 3 de septiembre de 1783-, dicha enmienda se refiere a un contexto histórico en el que milicias, formadas por campesinos y comerciantes estaban dispuestos a movilizarse en un minuto para pelear contra los ingleses.
Por supuesto, cuando se redacta la constitución de ese país, los milicianos son, en la práctica, un ejército regulado a quienes se les garantiza poseer y portar armas. Pero han pasado dos siglos y medio. Existen las fuerzas armadas estadounidenses: ejército, aviación, marina de guerra, marines que cada pueblo latinoamericano conoce porque las invasiones fueron orden del día. Esto convierte a la Segunda Enmienda en una anacronía.  Hoy, es la ultraderecha, y las milicias de terroristas que se hacen llamar a veces “minuteman” porque están dispuestos al terror en un minuto (una triste parodia de aquellos milicianos del siglo XVIII).
Entonces, ¿a qué viene “atemperarnos” a esa enmienda del siglo XVIII? ¿Acaso somos un estado que ha enfrentado a las fuerzas inglesas en pos de la independencia?
¿Qué pensar entonces de aquellos que aceptan esta nueva ley firmada por la gobernadora -por sucesión constitucional de la colonia- porque nos acerca a uno de los derechos exigidos por Ramón Emeterio Betances en sus “Diez mandamientos de los hombres libres? Veamos el texto completo:

Puertorriqueños
El gobierno de Da. Isabel II lanza sobre nosotros una terrible acusación:
Dice que somos malos españoles.
El gobierno nos calumnia.
Nosotros no queremos la separación; nosotros queremos la paz, la unión con España; mas es justo que pongamos nosotros también condiciones en el contrato.
Son muy sencillas.
Helas aquí:
• Abolición de la esclavitud
• Derecho a votar todas las imposiciones
• Libertad de culto
• Libertad de la palabra
• Libertad de imprenta
• Libertad de comercio
• Derecho de reunión
• Derecho de poseer armas
• Inviolabilidad del ciudadano
• Derecho de elegir nuestras autoridades
Esos son los diez mandamientos de los hombres libres.
Si España se siente capaz de darnos y nos da esos derechos y esas libertades, podrá entonces mandarnos un Capitán general, un gobernador… de paja, que quemaremos en los días de Carnestolendas, en conmemoración de todos los Judas que hasta hoy nos han vendido.
Y seremos españoles.
Si no No.
Si no Puertorriqueños -¡PACIENCIA!- os juro que seréis libres.
Esta proclama es de noviembre de 1867. Existe en la isla la esclavitud. Se exige la abolición de la misma y el derecho a elegir nuestras autoridades. La libertad de comercio. En el contexto de la JCF parecería que la proclama de Betances tiene vigencia. Pero, ¿acaso la firma de esa nueva ley de armas se hace en el espíritu de Betances? ¿Wanda Vázquez acaba de legalizar la tenencia de armas para iniciar la revolución? ¿Ahora podemos conseguir licencias para proclamar nuestro derecho a elegir a nuestras autoridades y acabar con la esclavitud de $7.25 la hora? No. Es obvio que no.
La nueva ley para “atemperarnos” permite, entre otras cosas, investigar, revisar, corroborar el uso de municiones cuando una personas compre más de $20,000 al año en municiones o $10,000 o más en armas. ¿Esa cantidad de municiones para cazar, ir a hacer tiro al blanco, defender tu hogar, tu carro, tu estacionamiento? ¿Cómo la policía de Puerto Rico corroborará el uso de municiones?
Por otro lado, la ley permite un proceso expedito para otorgar una Licencia de Armas Especial a las víctimas de violencia doméstica o acecho que el tribunal le haya expedido una orden de protección y así lo soliciten. Tiene una duración de un periodo de 90 días; deberá someter la solicitud de licencia regular durante este periodo, de lo contrario debe devolver las armas y municiones que posee una vez finalice. Esa parece ser la única respuesta -indirecta- a la petición de numerosas organizaciones a que se declare un estado de emergencia dada la situación de violencia generalizada y sistemática contra las mujeres en Puerto Rico.
En resumen, los Diez mandamientos de los hombres libres de Betances no tienen que ver nada, absolutamente nada, con las leyes de armas norteamericanas. La Segunda Enmienda de la constitución norteamericana no tiene que ver nada con la sociedad norteamericana de 2019. No te están concediendo el derecho a tener armas para ser libre. Te están concediendo la oportunidad de ser un clon criollo del NRA. En un país en el que la policía es corrupta y viola sistemáticamente los derechos humanos -según las propias instituciones de la metrópoli-; en un país en el que la clase política goza de impunidad y se ha demostrado que algunos tienen vínculos con el narcotráfico; en un país en el que se ha perseguido y asesinado a personas por razones ideológicas; en un país donde se asesinan mujeres cada semana, ¿de qué manera aligerar permisos para poseer y llevar armas es beneficioso? ¿A quién beneficia que se permita comprar hasta $20,000 de municiones, o $10,000 en armas al año ? Creo que debemos discutir eso. Creo que los asuntos ideológicos tras esa firma también son pertinentes.

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