Mal preludio para las “elecciones” de 2020:El bipartidismo PPD-PNP: incapaz de celebrar sus propias primarias

 

 

Por Ángel Israel Rivera/Especial para CLARIDAD

angelisrael.riveraortiz@gmail.com

Lo ocurrido este domingo pasado con las primarias de los partidos del bipartidismo tradicional no debiera sorprender a nadie. Esto ha sido como la crónica de una muerte anunciada. Hace ya un tiempo que los partidos tradicionales han destruido poco a poco la estructura democrática en este país. Desgraciadamente, muchos puertorriqueños están en negación y de ahí el sentirse muchos tan absurdamente sorprendidos por lo sucedido. A pesar de que se nos ha dicho hasta la saciedad que no podemos esperar milagros si votamos a favor de los mismos que nos llevaron a la crisis de la deuda, de los mismos que cometen corrupción egoísta y de los mismos que abandonan el bien común del País por sus bolsillos personales y partidistas, muchos puertorriqueños tuvieron que enfrentar ayer el querer votar y ver su derecho conculcado por sus propias colectividades del bipartidismo. Nadie se llame a engaño. La CEE falló pero la CEE son los partidos. Los que le fallaron a su propio Pueblo fueron los propios partidos del bipartidismo PPD-PNP. ¿Por qué?

En primer lugar, lo más importante es el contrasentido de que en una supuesta democracia no haya oposición efectiva a los caprichos del partido de gobierno. Y esto se demuestra  por el hecho de que el PPD, principal partido de la supuesta oposición, aceptara dócilmente, con sólo protestas mínimas, una ley de reforma electoral hecha a la medida para que el PNP pueda cargar con la victoria, a como dé lugar, en las supuestas elecciones de 2020, si es que se llegan a poder celebrar. En otros tiempos los partidos con dignidad hubieran ido al retraimiento como presión deslegitimadora de una ley electoral claramente abusiva, impuesta sin consenso interpartidista, impuesta esta vez por el PNP.

En segundo lugar, da qué pensar que el PPD haya colaborado con el desastre del PNP.  Da qué pensar que el Presidente del PPD haya consultado solo a Bhatia y no con los demás candidatos. Da qué pensar que Aníbal José Torres haya sabido que las papeletas estaban listas pero los camiones que las debían transportar estaban paralizados. Y, no menos importante, da qué pensar que ciudadanos hayan atestiguado cómo camiones que debían transportar papeletas a los colegios de votación de algunos municipios permanecían alineados en la carretera o en el estacionamiento de la CEE sin salir a cumplir con su obligación.  Es increíble que en Guaynabo llegaran papeletas para la primaria PNP, pero no para la del PPD, por ejemplo.

En tercer lugar, se concentró demasiado poder y responsabilidad en la figura del Presidente de la  CEE quien ha resultado ser un juez sin mucha experiencia electoral ni administrativa. Aunque sabemos que es iluso votar por los mismos que han traicionado la confianza pública en Puerto Rico, quienes salieron a votar ayer son ciudadanos con un derecho que ha sido violado por la CEE y por ambos partidos tradicionales. No hay derecho a convocar a las personas a una elección —en medio de una pandemia peligrosa— y hacerlos aglomerar en filas interminables porque las papeletas no habían llegado. Por supuesto, los más inteligentes o menos dóciles y pacientes, se regresaron a sus casas. Pero muchos otros, de edad avanzada, permanecían en las filas esperando lo que nunca llegó. Todo el mundo sabe que entre los de mayor edad el riesgo de salud es mayor en una pandemia como la que enfrenta el Planeta. Por lo tanto, es claramente imperdonable lo que ha ocurrido.

Imperdonable, pero esperable. No se puede pretender que quienes hace tiempo abandonaron el compromiso con el bien común actúen a favor de éste.   No se puede confiar en que quienes hace tiempo vienen exhibiendo la ineptitud, sean aptos a última hora para celebrar una primaria inmaculada. Lo que muchos puertorriqueños deberían preguntarse es por qué hubo papeletas y primarias estadounidenses en Puerto Rico a pesar de que nuestro país no vota en las elecciones presidenciales.Es evidente que para el PNP, los “papitos americanos”, son más importantes que los propios puertorriqueños.  De gente tan entregada al coloniaje, no se debería esperar nada bueno. Ya se ha dicho hasta la saciedad que el PNP es tan colonialista como el PPD porque su agite de la estadidad no tiene posibilidades reales en el Congreso estadounidense.  Por lo tanto, el reclamar la estadidad, que es una falsa quimera, NO es para nada seña y signo de una postura descolonizadora. Justamente por eso, no convence que Victoria Ciudadana haya optado por aliarse con los estadistas. Lo dijo Alexandra Lúgaro misma: ¡que necesita de los estadistas para hacer buenas políticas públicas! ¡Justamente de quienes en Puerto Rico se han distinguido por hacer las políticas públicas más corruptas!

Todo esto debiera llevar a dudar de si las elecciones de 2020 serán viables.  De si habrá dinero y decencia pública como para celebrarlas con pulcritud. O si por el contrario habrán de ser una trampa más, quizá esta vez para que la gobernación esté en manos del PNP y el comisionado residente sea del PPD, con lo cual ambos partidos del bipartidismo cerrado y antidemocrático ganarían un respiro artificial en su condición moribunda. Es muy difícil, que después de lo sucedido este domingo pasado con las primarias de esos partidos, haya confianza en unas elecciones limpias de fraude para 2020 en Puerto Rico. Por otra parte, desgraciadamente, el País no ha estado a la altura de sus necesidades. Lo que realmente se necesita es una coalición o alianza amplia descolonizadora y pro buen gobierno de todos los indignados con la situación calamitosa a la que nos han llevado los líderes del PNP y del PPD. Dicha alianza tomará tiempo en cuajar para que sea un movimiento bien organizado en cada uno de los municipios, con toda la gente más comprometida con el país. Sobre todo en esta situación de pandemia en que nos encontramos.  Sin embargo, tenemos acceso a las tecnologías electrónicas y mucho de eso podría hacerse a distancia en vez de usar la Internet para tanta tontería y para hacer chistes de mal gusto sobre todo lo que acontece en el país.

Es hora de que los adultos del país dejen de comportarse como niños, sepan juntarse con buena voluntad de cambio, y formen una nueva alianza pro buen gobierno en nuestro país. Fue con unión de voluntades para un nuevo tipo de lucha que los puertorriqueños logramos la salida de la Marina de Vieques. Fue también con una alianza de voluntades, aunque lamentablemente sin miras de futuro, que muchos puertorriqueños forzaron la renuncia de un gobernador en el verano de 2019.  Cito solamente esos dos ejemplos recientes como evidencia de la capacidad de nuestro Pueblo para una nueva movilización de masas. Así es que la democracia herida de muerte hoy por el bipartidismo egoísta puede volver a construirse. Lo mejor de este país no ha muerto aún. Los que están moribundos son los partidos que abandonaron hace tiempo el bien común y el bienestar de su propia gente.

 

 

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