EN Rojo
El libro “MÁSCARAS: Confesiones de un tallador secreto” comenzó como una presentación “power point” de fotos mías de las máscaras que yo había tallado de maderas duras desde más o menos 2005. Varias máscaras de uva playera, caoba y mangó – principalmente cosechada de árboles caídos después de huracanes en el patio de mi casa en Vieques – aparecieron en exposiciones colectivas del grupo Máscaras de Puerto Rico en Ponce, Manatí y Vieques entre 2015 y 2019, pero la mayoría quedaba guardada en las paredes de mi casa. El “power point” me permitía viajar con mis máscaras y mostrarlas “secretamente” a amigos y familiares del Caribe, España y Estados Unidos.
Por más de dos décadas yo había trabajado al lado del extraordinario fotógrafo profesional Herminio Rodríguez en las Fiestas de Santiago Apóstol en Loíza. En ese tiempo, él también participó con sus fotos en exposiciones y publicaciones que yo dirigía y escribía sobre las Fiestas. Sin embargo, no recuerdo precisamente cuando Herminio vio por primera vez mis máscaras de madera. No obstante, afirmó inmediatamente que quería fotografiarlas para una publicación en papel.
En ese momento dos vertientes se juntaron: aunque varias personas habían querido comprarlas, yo no tenía mucho interés en vender mis máscaras. Pero llegó el punto en que ya no había espacio para colgar tantas. Por eso, decidí publicar el libro con las brillantes fotos de Herminio (más otros materiales sobre máscaras) como un catálogo y montar una exposición. Entonces dos otros amigos se integraron en el proyecto: José Luis Figueroa de Librería Isla y la editorial Tiempo Nuevo y el diseñador, artista gráfico y poeta Iván Figueroa. Más tarde Annette Guevárez se uniría como la editora del texto escrito. Ya el libro estaba en marcha.
Yo concebía la exposición como una itinerante de tres paradas o estaciones. Por la fuerte inspiración de los Vejigantes de coco y los Viejos de cartón, comenzaría en Loíza durante las mismas Fiestas de Santiago Apóstol con una amplia representación de máscaras locales: Vejigantes de Raúl Ayala, Pedro La Viera, Carlos Ayala Calcaño, Orlando Tomasini, Teddy Vásquez y Awilda Cruz y Viejos de Daniel Lind Ramos, entre otros. Sin embargo, fue imposible llevar a cabo ese primer eslabón por los múltiples e irremediables problemas técnicos de infraestructura que se nos presentaron. La exposición en Colobó tenía la intención de repagar parte de mi deuda intelectual y cultural al pueblo de Loíza por las tres décadas en que he podido documentar y escribir sobre sus Fiestas y artistas. Ese proyecto espera otro momento.
Gracias a Neisha Ramos, directora cultural, y el personal del Fuerte del Conde de Mirasol, tuvimos otra suerte con la segunda parada en Vieques. Para enfrentar unas restricciones temporeras del Instituto de Cultura Puertorriqueña, hubo una apertura-desayuno el 9 de agosto. Pero casi inmediatamente el Fortín regresó a su horario normal hasta que hubo el cierre-desmontaje con un taller demostrativo de tallar el primero de octubre en que el público ayudó a bajar las máscaras y empaquetarlas para su viaje a Río Piedras.
Cualquier decepción de no poder exhibir las máscaras en Loíza se sanó por la amplitud del espacio visual y la entusiasta recepción del montaje en Vieques. La sección sobre Loíza quedó reducida, aunque todavía significante, con Vejigantes de Carlos Ayala Calcaño, Teddy Vázquez y Wilda Cruz y fotos de Viejos.
La última parada está programada para le galería Guatibiri de Rubén Malavé en la calle González en Río Piedras del jueves 7 de noviembre al miércoles 20 de noviembre. La galería abre ese día a las 6:00 pm, pero el acto inaugural será una comparsa de máscaras y personajes enmascarados de las 7:00 a las 7:30 antes de una charla sobre la exposición de 29 máscaras de este servidor, fotos de Herminio Rodríguez, varias otras máscaras y el libro “MÁSCARAS: Confesiones de un tallador secreto”.
Listxs para GUATIBIRI, la comparsa y la exposición de máscaras talladas de maderas duras puertorriqueñas.