CLARIDAD
Con cinco años de trabajo como taller multiuso, artístico, comunitario y agrícola, el colectivo Paseo 13 se enfrenta al desalojo del espacio que ocupa, por unos supuestos dueños.
Integrado por los jóvenes Pablo Varona Borges, Manuel Santini Durán, Sandra Cruz García, Rocío Cáliz Padilla y Mayte Reyes, el colectivo ocupa el edificio número 13 del Paseo De Diego, en el casco de Río Piedras. En entrevista con CLARIDAD comparten sobre el trabajo que realizan y reclaman su derecho a permanecer en el edificio. “Paseo 13 comienza hace cinco años siendo un espacio de taller multiuso y se conoce como una organización que atiende o dialoga con lo que está ocurriendo en el casco riopedrense”.
El grupo de jóvenes, todos con una preparación artística, y el colaborador Martín Cobián, del proyecto Apoyo Mutuo Agrícola, han desarrollado distintos proyectos durante este tiempo, como el Festival Arte Basura, el cual se celebra en el mes de febrero, un mercado agrícola cada segundo sábado de mes, al cual acuden cerca de 20 agricultores de pueblos y sectores aledaños. Son los creadores de una de las esculturas gigantes —una cucaracha— en el Paseo de Diego, la cual se confeccionó con metal que sobró de la construcción del Río Piedras Village. Además, han ofrecido talleres y actividades artísticas, han colaborado con actividades adornando el Paseo e incluso fueron los que montaron la tarima del antiguo Teatro Paradise. En el huracán Fiona ofrecieron su espacio como centro de acopio a la comunidad y mantienen una relación estrecha con el Fideicomiso de Río Piedras.
“Todo lo que es en esencia reusar el casco riopedrense en beneficioso de las personas que viven aquí. Ya sea preservando sus imágenes su cultura o postulando una propuesta distinta, eso ha sido en esencia lo que Paseo 13 ha sido. Primero que nada, ha sido restauración. Hemos estado enlazados con las comunidades y hemos trabajado desde el aspecto cultural. Esto son cinco años de trabajo en pocas palabras”, describió Varona Borge. Además, desde el comienzo han estado diseñando lo que sería un centro de acopio que pudiera responder de manera inmediata en casos de emergencia.
Un asunto que señalaron es que ya están viendo en Río Piedras el mismo desplazamiento que se está dando en otras áreas dentro de San Juan. Es bajo esa misma amenaza que se encuentra el proyecto de. De acuerdo con la narración De Varona, entre septiembre y octubre del 202, se presentaron los licenciados Nicole Stowell y Francisco Villarrubia, quienes le comunicaron a un miembro del grupo que estaba presente en el edificio que la propiedad había sido donada a MangoTree Properties LLC (MTP) y que Paseo 13 tenía que irse del lugar.
“En este espacio no se rompieron candados, nunca se entró a la fuerza. Entramos con el derecho de la persona que actuaba como administrador”, indicó Varona Borges. El grupo contó que hicieron un contrato por el que pagaban una mensualidad de $125, en la confianza y pleno entendimiento de que, del espacio, la cabeza más cercana a los dueños era esa persona. Añadieron que esta información fue colaborada con otra abogada que le dio luz verde al contrato; pero ambos abogados murieron. Ante esta situación, se quedaron con las llaves esperando a que los dueños aparecieran mientras seguían honrando el pago de la renta. Esta renta era a cambio de unas inversiones que el colectivo estaba a haciendo en el edificio. Según estiman, en materiales y tiempo han invertido cerca de $30 mil dólares.
“Los dueños estaban desaparecidos, sus direcciones llegaban a espacios baldíos o eran buzones. En un momento llegamos contactar unas direcciones que ya no estaban”. Afirman que durante todo el tiempo que han estado ocupando el edificio, más allá de los administradores, no se presentó nadie reclamando ser los dueños. Lo que sí sabían era que los herederos de la propiedad vivían en California.
La intención del colectivo siempre ha sido adquirir la propiedad. Incluso, enviaron una oferta con distintas posibilidades; pero la contestación no solo fue que no querían negociar con ellos, sino que les contestaron que sus opciones son “irse o irse”. Así las cosas, el nuevo dueño Mango Tree radicó una demanda de desalojo, la cual se dio el pasado 9 de abril ante el juez Rafael A. Candelario López, del Tribunal de Primera Instancia de San Juan, quien decidió a favor de Mango Tree.
“Tenemos la sospecha de que entre los abogados y los dueños de la propiedad todos se conocen. La donación se hizo por medio millón, sin haber hecho una cotización. Lo fundamental es que se hizo ese trámite sin atender la situación que había en el edificio”, denunció el grupo Paseo 13.
Además, pudieron saber que antes de llegar a Paseo 13, en octubre del 2023, el Mango Tree acudió al CRIM para que le perdonaran una deuda por $40 mil. El CRIM les dio un plazo de 10 años, a $4 mil por año, para pagar la deuda. “Levanta suspicacia saber que esa propiedad pasa a una corporación del mismo señor que se la dona para luego hacer ese pago en el CRIM. El contrato, en una de las cláusulas, dice que el edificio no puede estar abandonado”, cuestionó el grupo.
El proyecto Paseo 13 tiene cartas de endoso de diferentes organizaciones sin fines de lucro, ha recibido una beca del National Endowment for the Arts, en un proyecto en conjunto con las también organizaciones Urbe Apie, La Maraña y el Municipio de San Juan.
Estos denunciaron y lamentaron la acción del MSJ, dado a que el Municipio sabía de su proyecto y habían adelantado varias colaboraciones con la vicealcaldía. Resultó una doble sorpresa saber que en algún momento el lote se pudo haber cedido a una organización que estuviera trabajando para beneficio de Río Piedras y que la cesión del edificio a Mango Tree ocurrió por las mismas personas que supuestamente estaban dándole apoyo al colectivo Paseo 13.
En la vista en el tribunal, los jóvenes tuvieron ocasión de ver de frente al presidente de Mango Tree, un tal Drew McManaus, a quien el abogado de ellos le preguntó de manera directa si estaba de acuerdo en sentarse a negociar con Paseo 13, una organización que está haciendo trabajo comunitario. De forma categórica este contestó que no. Esto les resulta contradictorio ya que esta persona preside una organización en Estados Unidos que se llama Community Connect Labs, que colabora con organizaciones comunitarias.
“Ahora mismo estamos dando inicio a una campaña para demostrarle a este señor McManaus y a Villarrubia y Stowell, que son parte de Mango Tree, que aquí hay un pueblo que no se va a dejar desplazar. Necesitamos el apoyo de la comunidad riopedrense, de la comunidad de San Juan, del pueblo puertorriqueño; que estamos ya hasta las narices de estar viendo este tipo de movimiento especulativo, de desplazadores. Aquí estamos con toda la intención de llegar algún tipo de acuerdo razonable con este señor y esperamos que el Municipio de San Juan se ponga pa su número y medie en el asunto”.
Para el colectivo Paseo 13 no tiene sentido la mala fe que Mango Tree está presentado a la hora de pedirle que se siente a negociar. Este no es el único edificio que tiene el Mango Tree, la cual es una sucesión de $4 millones con 11 propiedades todas en Río Piedras, algunas de las cuales el MSJ le ha cedido en usufructo.
Expresan su apoyo
Por su parte, la organización VAMOS, Concertación Ciudadana, Inc., expresó su solidaridad con Paseo 13. En comunicado de prensa, declaró:
Nos oponemos al esfuerzo de matar el emprendimiento democrático que ha aportado a darle vida al Paseo de Diego con muy pocos recursos. Nos oponemos al oportunismo que pretende continuar su acaparamiento de bienes raíces especulativas a costa de los adelantos y las inversiones que se han logrado con mucho sudor, lágrimas y esfuerzo individual y colectivo.
Reclamamos la entrega de la titularidad a quienes por los pasados cinco años han utilizado de forma solidaria el edificio #13 del Paseo José de Diego de Río Piedras y han aportado a la vibrante comunidad de pequeños empresarios, artistas y agricultores que hacen de esa área desatendida el centro de su supervivencia. Río Piedras, como el país, es de quienes lo sudan. El Paseo 13 es de los agricultores, artistas, residentes y defensores de la democracia, en fin, del emprendimiento que le ha vuelto a dar vida.