Especial para CLARIDAD
El clima de la politiquería vocinglera y de mal gusto en nuestro país es una constante que se mezcla con las acusaciones y juicios por actos de corrupción de personajes que están en puestos electivos o que aspiran a ocuparlos. La competencia entre cuál es el proceso judicial más jugoso para ocupar las primeras planas de los medios está muy reñida entre gente del Partido Popular Democrático (PPD) y del Partido Nuevo Progresista (PNP). También hay disputa sobre cuál es el foro más efectivo y noticioso, el de la jurisdicción de Puerto Rico o el de Estados Unidos en la Calle Chardón. De paso se lleva el conteo de los pocos éxitos y muchos fracasos de la Oficina del Fiscal Especial Independiente (FEI). Los resultados de las novelas judiciales de los alcaldes de Ponce y Mayagüez pueden ser decisivos en las apuestas. Se sumarán a los casos de la ex representante Charbonier y de los que fueron alcaldes de Cataño y Guaynabo, entre tantos otros.
En año de elecciones se recrudece el desagradable ambiente que satura los medios de comunicación, especialmente en la radio y la televisión, que además están sobrepasados de algunos periodistas con cuestionables conductas éticas y muchos analistas que lucen como portavoces de los partidos políticos. De lo que ocurre en las redes sociales no puedo comentar, porque desde que llegaron y comenzó el fervor por ellas, les hice la cruz y la raya en defensa de mi privacidad y tranquilidad espiritual, aunque reconozco los muchos beneficios que pueden tener.
A siete meses de las elecciones, con una parada para las primarias del PNP y el PPD en junio, el ambiente está altamente enrarecido, lo que se manifiesta en el discurso y las actuaciones de dirigentes de partidos y de aspirantes a puestos políticos. La descertificación de las principales candidaturas del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) promovida por los dos partidos de mayoría, mantiene en vilo a las muchas personas que las apoyan como parte de la alianza formada por esa entidad con el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). La violencia verbal en contra de lo que puede ser una alternativa real al bipartidismo, que no le brinda esperanza alguna al País, se ha desbordado en diferentes frentes. Uno de ellos son las recusaciones injustificadas en áreas en las cuales el MVC hizo una gran demostración en las pasadas elecciones. La lucha se escenifica también en la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), cuya oficialidad ha perdido la confianza de importantes sectores de la población. Así lo demuestran las denuncias que se han hecho con relación al Voto Adelantado y el manejo de los registros electorales. Las irregularidades ocurridas en las elecciones del 2020, abonan a la mala imagen de la Comisión. La Ley Electoral está hecha a la medida del bipartidismo y promueve la exclusión de otras alternativas.
La violencia política escala todos los días. En uno de los eventos más recientes, el senador y portavoz del PNP en el Senado, Thomas Rivera Schatz, conocido por su agresividad verbal, conducta amenazante, machista y partidista a ultranza, publicó información confidencial, como dirección y número electoral, que solo pudo obtener en los registros de la CEE, de periodistas que investigaron y dieron a conocer actuaciones del representante José “Memo” González, candidato del PNP a alcalde de Arecibo, sobre sus informes financieros, las cuales deben ser investigadas por constituir violaciones de ley. La violencia y amenazas de todo un ex presidente del Senado motivó la denuncia de los principales gremios de periodistas del país ante la presidenta de la Comisión. El Nuevo Día, para quien trabajan los periodistas, también protestó por lo ocurrido y lo tomó como un intento de silenciar al medio y detener la investigación que llevan a cabo sobre posibles actuaciones ilegales de legisladores.
El gobernador de Puerto Rico quien como parte de la campaña primarista en contra de la comisionada residente, Jenniffer González, anda desaforado colocando primeras piedras para “la obra”, que según él “se ve” y declarándose fervoroso cristiano cuyo destino electoral está en manos de Dios pues éste le ha dado las destrezas y habilidades para dirigir al país, validó las actuaciones de Rivera Schatz, porque “es su derecho a la libertad de expresión.” No debe extrañarnos esa postura porque, como dice el refrán, “de tal palo, tal astilla”, aunque con tales sujetos, todavía no está claro quién es el palo y cuál es la astilla.
La violencia política es también violencia de género cuando se dirige hacia las mujeres que se proponen derribar el muro de la exclusión y compiten para ocupar puestos electivos, a pesar de que los procesos están hechos para desalentarlas. Este es el caso de la Lcda. Rosa Seguí Cordero, abogada laboral y activista feminista, candidata al Senado por el MVC. Aún no había terminado el mes de marzo, durante el cual conmemoramos el Día Internacional de la Mujer (Véase la columna anterior), cuando el Súper Pac “Democracia es Prosperidad”, creado por representantes de patronos y grandes empresas, dirigido por Manuel Reyes, presidente de MIDA (Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos), utilizó las redes sociales para colocar un retrato de la Lcda. Seguí con el símbolo de tachado y el texto “No te dejes confundir. La libertad económica es lo único que crea prosperidad. # Vélala”. Este anuncio con connotaciones violentas e invitación al acecho contra una candidata porque defiende los derechos de las mujeres y de la clase trabajadora, es claramente repudiable. El Super Pac que muy pocas cuentas tienen que rendir por la naturaleza de su reglamentación, tuvo que retirar la publicación por las denuncias de la perjudicada y de amplios sectores. Sin embargo, no hubo disculpas y prevaleció la impunidad.
Otra muestra de cómo la violencia política puede ser dirigida contra las mujeres ocurrió en el reciente llamado “debate” entre los candidatos a la gobernación por el PPD, que fue transmitido por WAPA TV. Ante las cámaras el evento no arrojó nada nuevo respecto a lo que les hemos oído decir en sus presentaciones públicas y, como suele ocurrir en estos eventos, faltaron contestaciones puntuales a preguntas formuladas, especialmente en lo que a los derechos y situaciones de las mujeres se refiere. Sin embargo, la conducta del periodista Rubén Sánchez fue muy discordante, lo que no es extraño en su caso, pero es más notable en televisión. Intentó ser el protagonista del programa, lo que no le correspondía, para lo que recurrió a la agresividad y formas destempladas. Fuera de las cámaras arremetió en contra la Sra. Idalia Seijo, lo que se convirtió en la noticia, más que el debate. Como directora de campaña del senador Juan Zaragoza, la Sra. Colón Rondón es parte del proceso electoral y, sin duda, recibió violencia política del Sr. Sánchez. Según ella señaló, Sánchez le profirió insultos, palabras soeces y usó un tono destemplado. Como es de esperarse por su historial, Sánchez no se disculpó, sino que continuó con la diatriba en su programa radial del día siguiente. Digo esto por información recibida ya que hace años, dejé de escucharlo y mucho menos de aceptar invitaciones para participar. WAPA se distanció de la acciones del periodista en un editorial que se leyó en todas las ediciones de los noticiarios.
Las mujeres tenemos que estar preparadas para identificar, enfrentar y denunciar la violencia de género que tiene tantas vertientes. La política es una de ellas y cumple el propósito de desalentar la participación femenina en un campo que la sociedad patriarcal identifica como propio de los hombres. Nos corresponde manifestar nuestro repudio, aun cuando se dirija contra candidatas que no estemos respaldando. Por otro lado, las mujeres que se lanzan a puestos electivos no deben reproducir estilos machistas y violentos en sus campañas. Lo importante es demostrar capacidad, honestidad, independencia de criterio, compromiso con la equidad de género, transparencia y compromiso con el bienestar del Pueblo.