Seguirá en aumento la tarifa de la luz

 

CLARIDAD

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Al igual que lo hizo con el Plan de Ajuste de Deuda (PAD) del Gobierno de Puerto Rico, la Junta de Control Fiscal se dispone pagar deuda ilegal en la reestructuración de la deuda de $8.26 mil millones de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). El acuerdo representa un aumento de cerca del 50 % en la factura de la luz para todos los consumidores por los próximos 40 años.

Estas y otras circunstancias sobre la deuda de la AEE fueron vertidas por varios exponentes en vistas públicas de la Comisión de Proyectos Estratégicos y Energía del Senado, que se supone que lleva a cabo una investigación para identificar mecanismos para el repago de la deuda de la AEE.

Uno de estos exponentes fue la Comisión Ciudadana para la Auditoría de la Deuda Integral para la Auditoría Integral del Crédito Público, (CCAD). El presidente de la Comisión Ciudadana, el CPA, doctor José González Taboada, hizo saber de plano que rechazaban el acuerdo alcanzado por la JCF, que le impone  un cargo adicional en el servicio de energía a los abonados de la AEE.  El cargo de 2.768 centavos por Kwh  incrementará hasta llegar a 4.552 por los próximos 47 años,  con lo cual los puertorriqueños estaríamos pagando sobre $23 mil millones, una cantidad casi tres veces mayor que la deuda original de bonos de la AEE.

González Taboada afirmó que era de interés, tanto para la Comisión como para el bienestar del pueblo de Puerto Rico, que antes de que se identificasen nuevos mecanismos de repago de la deuda de la AEE, que la Asamblea Legislativa tome conocimiento de las investigaciones y cuestionamientos legales que se han hecho sobre las emisiones de la corporación pública.

A esos efectos, trajo a la atención que el Contrato de Fideicomiso (Trust Agreement), que  es el instrumento rector de los bonos de la AEE,  contiene disposiciones detalladas que rigen la emisión, el pago de los bonos de la AEE, garantías y colaterales, el recibo de los ingresos por parte de la AEE y la aplicación de esos ingresos para el servicio de la deuda. El Contrato de Fideicomiso solo ofrece garantía de repago, después de que la AEE cumpla con sus gastos corrientes. Es decir, en términos de prioridad de pago, los bonos de la AEE, a diferencia de otros tipos de bonos del gobierno, están a un nivel inferior que otras obligaciones de la corporación pública. En otras palabras, los bonos de la AEE no tienen garantía de pago.

Esto quedó establecido también por la propia JCF en  los escritos radicados en el Tribunal de Quiebras. Sin  embargo, apuntó González Taboada, en el acuerdo alcanzado entre la JCF, la AEE y los  bonistas  se le pide  a la Asamblea Legislativa que les reconozca nuevos derechos a estos acreedores en perjuicio del pueblo de Puerto Rico, haciendo en la práctica que a una deuda no asegurada y de la que los bonistas conocían el riesgo que asumían, le den un  rango de prioridad y de asegurada.

Por si no fuera poco, la deuda de la AEE tampoco ha sido auditada, como no lo fue la del Gobierno central. Sobre el particular, el CPA recordó que los informes Pre-Auditoría de la Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público, creada por la Ley 97 del 2015, así como el informe sobre COFINA de la Comisión Ciudadana  del 2019, levantaron serios cuestionamientos sobre la legalidad y constitucionalidad de la deuda pública y de la deuda de la AEE.

González Taboada  añadió que un Informe pre auditoría publicado por la ex Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público evaluó que muchas de las emisiones de bonos de la AEE pudieron ser realizadas en violación al “Trust Agreement” que incluía una cláusula que limitaba cuánto dinero dicha entidad podía tomar prestado. Es decir; un tribunal podría  declarar  anulables dichas emisiones.

Explicó que para tomar prestado, la AEE  infló de manera artificial sus recaudos proyectados para poder “cumplir” con las disposiciones del Trust Agreement con sus acreedores, a los efectos de tener recaudos netos que fueran por lo menos 120 % superior a los pagos por su deuda (interés más principal). Cuando se excluyen los ingresos no recaudados, entre ellos, las deudas de electricidad de entes gubernamentales y municipios, la Autoridad cumple con este porcentaje en solo 1 de los 10 años entre 2009 y 2018. Esto lo hacían, sostuvo González Taboada, con el fin de poder seguir emitiendo bonos aunque no tenía la autoridad legal ni los ingresos necesarios para cumplir con esas obligaciones.

Por su parte, los bonistas e intermediarios que  compraron la deuda  sabían o debían saber que la AEE no estaba en la mejor posición financiera, y asumieron el riesgo.

El presidente de la Comisión Ciudadana hizo la advertencia al cuerpo legislativo de no seguir cometiendo los mismos errores del pasado, legislando para apoyar el pago de una deuda insostenible y sin evaluar el impacto real en el pueblo. Menos cuando la actual realidad económica de nuestra isla mandata que dicha deuda sea cancelada “porque no contamos con los recursos económicos ni financieros para cumplirla. No es momento para tomar decisiones a la ligera, el país los está viendo y nunca olvidará lo que aquí se decida”.

Cuestionan  los mecanismo de reestructuración de la Junta

En tanto, la gerente del Programa de Energía de la organización Cambio, Cathy Kunkel, también advirtió a la Comisión del Senado de que los clientes de la AEE terminaremos pagando más de lo adeudado (cerca de 24 mil millones)  con el  “cargo de transición”, el cual también pagarán las personas que tengan instalaciones de energía solar.

Según explicó quien fue analista de energía  del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA, siglas en inglés), este cargo de transición inicial, como se establece en el acuerdo de reestructuración (RSA, siglas en inglés) de la JCF representa un aumento en la tarifa de 11 %; pero en realidad el aumento será aún más alto porque se va a ajustar para incluir costos de financiamiento en curso y ciertos pagos a la aseguradora de bonos Assured Guaranty. El RSA también menciona que el pueblo de Puerto Rico tendría que pagar honorarios por adelantado y honorarios profesionales incurridos por parte de los bonistas y las aseguradoras.

Kunkel hizo la anotación de que aunque no se enumera ninguno de estos pagos adicionales, estima basado en el RSA previo de 2016 y otros análisis de honorarios, que estos costos muy probablemente  vayan a sobrepasar los $3 mil millones durante los 47 años de la RSA. Otro aspecto que objetó del RSA es que se creara una nueva entidad con el propósito especial de manejar los nuevos bonos, es decir, pagar con el dinero del cargo de transición, que tendrá prioridad sobre el mantenimiento necesario del sistema eléctrico. El acuerdo tampoco garantiza ninguna aportación al sistema de retiro de la AEE.

La analista incluso llevó a la atención de la Comisión los conflictos de intereses de asesores de la JCF en la deuda de la AEE, rechazó alegaciones de la Junta sobre la necesidad de privatización, a la vez que puso como ejemplo el contrato de LUMA. Además alertó de que no ha habido  ningún análisis de costos y beneficios de esta privatización y que, por otra parte, el contrato no ha resultado en ahorros.

“Al igual que en el contrato de LUMA, los operadores privados del sistema de generación no van a tener que invertir sus propios fondos en el sistema, lo que implica que los clientes van a tener que pagar tanto el mantenimiento de las plantas como las ganancias de los operadores privados. Esto, bajo términos de contratos los cuales, similar a LUMA, probablemente carecerán de fiscalización adecuada. No hay razón para pensar que la privatización bajará los costos, y definitivamente no los bajará lo suficiente como para compensar los costos impuestos por la RSA”.

En cuanto a los conflictos de intereses, señaló que muchos de los asesores externos de la JCF en el RSA participaron en las emisiones originales de los bonos. Ese es el caso de Citigroup. Sobre el particular, detalló que Citigroup fue uno de los asesores financieros de la Junta que tomó un rol significativo en la negociación del RSA. Además, tiene un contrato con la Junta que le otorga  un incentivo financiero por concretar acuerdos de reestructuración. El monto está basado en la cantidad de bonos emitidos. Es decir, el bono de Citi aumenta según la cantidad de bonos reestructurados emitidos hasta un máximo de $10 millones por su participación en la reestructuración de la deuda de Puerto Rico y sus corporaciones públicas. Además de este evidente conflicto de interés, Citi fungió como suscriptor (underwriter)  de $1,300 millones de los bonos más recientes de la AEE.

“No ha de sorprender que Citi no haya urgido a la Junta de Supervisión Fiscal a investigar la posibilidad de negligencia por parte de los suscriptores de bonos”.

La deposición de González Taboada ante la Comisión del Senado fue el 24 de enero y la de Kunkel, el 25 de enero. En ambas ocasiones solo estuvieron presentes el presidente de la Comisión, el senador Javier Aponte Dalmau (PPD), y el senador por el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), Rafael Bernabe.

 

 

 

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