Poemas de Francisco Félix

 

 

 

Poema para un viejo amigo

Ahora la luz se cuela más temprano
por las ventanas que decido dejar abiertas
y pájaros gritan inconsecuentemente que otro día sobrevivió.
La temperatura asfixia mis deseos de salir al mar;
respirar es un acto de consciencia acosadora.
No me queda más que este tiempo para escribir y leer,
esperando las horas para integrarme a otro desperdicio.

Ahora abrazo el recuerdo de las mañanas bendecidas
con tu primer cigarrillo y mi único café;
las moñas trituradas despotrican
contra las circunstancias de nuestra desidia.
Nos compartimos el gallo como un trueque
de estos minutos que sabemos pronto no compartiremos
porque subieron la renta el mes pasado.

Una mañana en julio

A las siete de la mañana
desayuno medio cigarro y un café,
igual que papá.

La claridad.

El silencio de una montaña en Moca.
Una abeja busca el azúcar en el café.

Este problema no lo debe tener papá que toma su café puya.
La muerte implica un silencio, un descanso eterno.
Pero, ¿cómo es un descanso que nunca termina?
¿Y qué es el tiempo sino una mirada sorpresa
frente al espejo sucio del baño?

Las intermitencias de la soledad:
fumar un cigarro pensando en mi papá,
beber el café puya para ahuyentar la memoria.

Máquinas florecen 

Los servicios básicos escasean,
pero hay carriles exclusivos.

Las nubes serán aliadas hasta que todo se venda
y el verde deje de estar.

Máquinas florecen.
Solo quedará el cemento y el karso en pedazos
y este resentimiento hacia las cosas.

Francisco Félix (Río Piedras, 1990) Estudió Sociología y Estudios Hispánicos en la Universidad de Puerto Rico, Rio Piedras. Ha publicado los poemarios Esta Isla (Alayubia, 2019) y Sobre los domingos (La Impresora, 2019). Sus poemas han sido traducidos al inglés y al portugués.

 

 

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