De Puerto Rico al planeta: la obra poética de Magaly Quiñones

 

Carlos Esteban Cana
Especial para En Rojo

 

El momento en que uno de los funcionarios de la Academia anuncié a los periodistas y al mundo entero que la poeta Magaly Quiñones ha recibido el Premio Nobel de Literatura por una obra literaria excelsa muchos incrédulos se transformarán en devotos. No es secreto para nadie en el Archipiélago Boricua la consecuente labor que Magaly Quiñones ha desplegado a la hora de ofrecer la poesía  a manos llenas a niños, jóvenes y envejecientes; la fe inquebrantable de la poeta en el poder transformador del verso y la metáfora es prueba fehaciente de la base que sostiene su servicio a la patria que le vio nacer. Reconocido lo anterior, lo que hace trascendente la obra de la escritora es, sobre todo, su excelencia. En más de una ocasión he utilizado una palabra para describir lo que Quiñones ha desplegado en sus veinte libros y esa palabra es monumental. Página tras página, desde 1969, su poesía ha alcanzado nuevos niveles y dimensiones. Este servidor que lleva 35 años inmerso en el panorama literario como lector reconoce que así como Luis Palés Matos, Julia de Burgos o René Marqués fueron gigantes embajadores literarios en su época, del mismo modo hoy se puede decir lo mismo de la escritora Magaly Quiñones.

No es la primera vez que un movimiento de respaldo a la candidatura al Premio Nobel de Literatura se da en Puerto Rico. En los 80 y 90 vimos este tipo de gestión en Puerto Rico con dos escritores de prolífica y valiosa producción: Francisco Matos Paoli y Enrique Laguerre. Hoy es el turno de Magaly Quiñones. Desde Chile y Argentina hasta España y Canadá las expresiones de respaldo a nivel internacional se han dejado sentir.

Asociaciones educativas, escritores, lectores y académicos se han unido a este movimiento que ha ido creciendo a través del tiempo. En esa dirección, la expresión de respaldo más reciente se dio durante XV Encuentro Internacional de Mujeres Escritoras en Arica, Chile en octubre del 2023. Como parte del evento la periodista venezolana Alessandra Hernández,  vía Zoom desde Buenos Aires, ofreció la conferencia “Un claro batir de alas: Mujer/Caribe. Identidad y género en la obra de Magaly Quiñones”.

Regresando a Puerto Rico es notable destacar que este movimiento de respaldo a la candidatura de Magaly Quiñones al Premio Nobel de Literatura se ha expresado a través de voces diversas. Lectores de distintas profesiones, educadores y artistas han formado una polifonía solidaria que sigue floreciendo. De una u otra manera, el merecido reconocimiento a esta escritora ponceña con 55 años de excelso servicio poético se ha manifestado durante décadas. He aquí, como recordatorio, una recapitulación incompleta de sus logros: en 1986 su libro Nombrar recibe el Premio Nacional de Poesía otorgado por el Pen Club; en 1987 se le concede la Medalla del Instituto de Cultura; en 1995 recibe el Diploma de Maestro de Poesía, otorgado en Valparaíso, Chile; su libro Sueños de papel (publicado por la Editorial de la Universidad de Puerto Rico en 1996) recibió Mención de Honor del Instituto de Literatura de Puerto Rico; en el 2014 recibe la Medalla Julia de Burgos; en el 2018 bajo el sello de Publicaciones Gaviota presenta su libro Antología de poemas escogidos, una selección de su poesía traducida al inglés; el 26 de enero de 2021 el Semanario Claridad dedica su crucigrama en el suplemento cultural En Rojo a su obra y trayectoria. También el 23 de mayo de ese año el periodista Wilkins Román Samot publica en la revista cibernética Letralia el reportaje-entrevista Magaly Quiñones: “Hoy vivo en la poesía y para la poesía”; y el 4 de noviembre de 2023 fue la invitada especial en la bohemia Laro y sus amigos en el Poet’s Passage del Viejo San Juan.

Mencionado todo lo anterior, con estas reflexiones quiero invitar a los lectores a que se acerquen al universo poético-boricua-caribeño de Magaly Quiñones; libros que están disponibles en las librerías del País, especialmente en las que ubican en el centro urbano Río Piedras. Que nadie les cuente, que cada lector tenga esa experiencia por sí mismo. Y si hay algo más que hablar, lo hagamos durante la sobremesa, compartiendo y declamando la buena poesía de una de las escritoras más importantes de Puerto Rico.

 

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