Andy Montañez: que la vida me de fuerzas para seguir cantando

Foto Alina Luciano

 

En Rojo

Si Carlos Gardel hubiese conocido a Andy Montañez probablemente hubiese tenido que editar su famosa canción sobre la insignificancia de los 20 años. Para el boricua, que este año cumple sus 80 primaveras, seguramente las letras del argentino se le quedarían cortas.

Ya sobre el universo de las ocho décadas de vida, Andy, como cariñosamente le decimos todos en Puerto Rico, asegura sentirse “bien chévere” y con las ganas y las energías de seguir haciendo lo que mejor sabe hacer: cantar. Por su mente parece no haber pasado el tiempo y en su prodigiosa memoria guarda perfectamente atesorados aquellos tiempos de su niñez cuando cantaba en su natal barrio de Trastalleres y su mamá lo llevó a su primer concurso con tan solo ocho años.

Para conmemorar su natalicio, Claridad conversó con el Niño de Trastalleres. Hablamos de su niñez, sus proyectos a futuro, su cariño por Cuba, su experiencia en Venezuela, y, por supuesto, de su eterno anhelo de ver a su Puerto Rico Libre.

 A tus 80 años de vida, ¿cómo te sientes?

Bien chévere, me siento con toda la fuerza del mundo, con todas las ganas de seguir cantando y pidiéndole al jefe que me de salud para seguir cantando, porque eso es lo que me encanta hacer. Sigo cantando y haciendo viajes.

Haciendo un repaso breve por tu carrera, tú empezaste a cantar a los ocho años. A esa edad ganaste un concurso. ¿Lo recuerdas?

Sí, mi mamá me llevó adonde era WKAQ, que ahora es Fine Arts. Y recuerdo las calles que cruzamos desde Trastalleres: la Concordia, la Paz, la Estado y la Unión. Y subíamos y llegamos a WKAQ Radio. El concurso se llamaba Tribuna del Arte, con Quiñones Vidal.

¿Tú siempre quisiste ser cantante o aquello fue casualidad?

 No, a mí me gustaba, mi mamá me llevaba a cantar con José Miguel Agrelot, en un programa que tenía también, que era el abuelito de un jugo de uva, el abuelito Welch´s.

 Y oficialmente comienzas tu carrera profesional en los 60’ con El Gran Combo y Rafael Ithier. ¿Cómo recuerdas aquellos años en EGC?

 Con mucho cariño. Ese dúo de Pellín Rodríguez conmigo yo creo que es muy difícil de igualarlo, era que teníamos empatía.

 Un país donde tú eres admirado y querido muchísimo es Venezuela.

 Sí, Caracas es como mi segunda casa. Me encanta Mérida. Y la gente me quiere mucho allá en Venezuela. Los años que estuve con la Dimensión Latina fueron muy buenos.

Allá, tu incluso incursionaste en la actuación. ¿Cómo fue eso?

Chévere, experiencias que uno ha vivido, que son sabrosas. Yo he hecho mil cosas, yo he cantado hasta Zarzuela, menos periodista.

Tú tienes con Cuba una relación especial. ¿Cómo surge esa relación?

 Sí, porque como lo dijo Lola Rodríguez de Tió, “Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas, reciben flores y balas en un mismo corazón”. Yo siempre creo que todos los puertorriqueños tienen algo que relacionarse con Cuba porque son hermanas.

Esa relación te trajo alguna vez algún problema.

 Al contrario, trataron de que me trajera problemas, pero yo de ahí lo volteé y lo puse a mi favor. Me boicotearon en la calle 8 [en Miami] porque yo le di un abrazo a Silvio [Rodríguez]. Me boicotearon, pero de ahí surgió y siguió creciendo el cariño y el respeto que me tienen [en Cuba].

¿Qué mensaje le das a los nuevos cantantes que se topan con las mismas presiones?

Yo creo que tú debes creer en lo que tú crees. No necesariamente porque tú ames un país y ames su cultura, tienes que estar exactamente de acuerdo con su forma de pensar. Pero yo diría que uno no debe poner barreras entre lo que son esas dos hermanas caribeñas como lo son Cuba y Puerto Rico. Debe haber siempre un cariño y una amistad. Siempre hay gente que te pone barreras, pero yo las rompo. incursionando en la Salsa y creando nuevos espacios para  seguir adelante.

Es difícil porque la industria de la música tiene mucho peso y esa industria la manejan grandes intereses.

Sí, pero a mí… pues, no grabo.

Sobre tu país, Puerto Rico, ¿cómo ves la isla?

Yo siempre la he querido pero yo creo que debía ser libre hace rato. Estamos manipulados por grandes intereses y nos llevan a algunas veces a actuar y seguir unas líneas que no son exactamente las que uno quisiera. Pero hay que seguir adelante.

Hablando de música, ¿cómo ves el género de la Salsa?

Yo una vez dije que la Salsa es como el ave fénix que resurge de sus cenizas y vuelve y crece, y hay nuevas semillas, gente joven que está incursionando en la Salsa y creando nuevos espacios. Creo que hay espacio para todo.

¿Crees que la digitalización de la música le ha restado calidad a la Salsa?

Calidad no, posiblemente, pero le ha quitado el trabajo a varios compañeros.

En 2021 fallecieron varios grandes de la Salsa: Johnny Pacheco, Johnny Ventura, Ismael Rivera Jr., Tito Rojas, en Cuba, Adalberto Santiago… ¿Cómo ves el hecho de que la Salsa está perdiendo a muchos de sus grandes músicos?

Yo creo que, como dice la canción, la vida es una tómbola. Uno viene aquí y cuando aquel sopla la vela, se apaga. Viniste aquí para irte un día. Lo que uno quisiera es que lo recuerden con cariño y con respeto.

Con 80 años, ¿no te asusta que se apague la vela?

Se va a apagar un día, porque cuando naces el fin es que te vas a ir. Ya tengo 80 años, soy feliz. Si [Dios] me da los años, que me de fuerzas para seguir cantando.

¿Sientes que cumpliste ya todas tus metas?

No, me falta seguir cantando, caminando el camino que la vida me fió, y pidiéndole a papá Dios que la gente me recuerde

¿Cómo te gustaría que te recuerden?

 Como un puertorriqueño que ama esta Tierra y que siente orgullo de haber nacido aquí, y que nunca voy a manchar la imagen de mi país. No van a oír nunca hablar de que Andy hizo esto o hizo lo otro negativo.

Este artículo es parte de una entrevista más extensa, disponible en el canal Podcast del autor: A Buen Entendedor

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