La llamada del pasado: El espía de Betances de Hiram Lozada Pérez

 

 

Especial para en Rojo

Esa verdad histórica es indispensable e insustituible
para saber lo que fuimos y acaso lo que seremos
como colectividades humanas.
Pero lo que somos como individuos y lo que quisimos ser
y no pudimos serlo de verdad y debimos
por lo tanto serlo fantaseando
e inventando —nuestra historia secreta—
sólo la literatura lo sabe contar.

Mario Vargas Llosa

El espía de Betances de Hiram Lozada Pérez, Isla Negra Editores

Si hay algo que me seduce tanto como la Literatura es la Historia. Y si la historia que ofrece la primera nombra a uno de los patricios de esta triste colonia que habitamos, más se despierta mi curiosidad y entusiasmo. De modo que, solo con el título, ya seduce la lectura de la más reciente entrega de Hiram Lozada. A esto le añado que conozco sus excelentes trabajos narrativos anteriores. Pero, confieso que me sorprendieron las cualidades de este trabajo creativo. El espía de Betances está bien contada y mejor estructurada; utiliza y desarrolla de manera efectiva las convenciones de la llamada Novela histórica. Es tarea ardua describir este libro sin adelantarles su contenido, pero, créanme, vale la pena entrar a su lectura sin conocer sus detalles.

Sobre la novela histórica existe una gran discusión en lo relacionado a su capacidad para recrear e, incluso, crear “hechos” históricos. Todavía se discute en los ámbitos académicos si existe una dicotomía real entre la narración literaria y la histórica, pues ambos, novelista e historiador, recurren ineludiblemente al lenguaje para establecer sus relaciones de hechos. Para mí, lo interesante son las áreas grises, es decir, aquellas que me permiten imaginar un pasado posible, distinto al que nos presentan en los textos escolares.

La trama de El espía de Betances se estructura a partir de un juego de espejos que reproducen tres niveles de diégesis, es decir, una historia dentro de una historia dentro de una historia, aunque no es sino hasta el final que nos percatamos de ese tercer nivel.

Acudiendo a la antigua técnica del manuscrito hallado, Lozada Pérez desarrolla una historia sobre la Historia, aquella que se refiere a los hechos alrededor del Grito de Lares y de sus protagonistas, particularizando la imagen del Dr. Ramón Emeterio Betances. Mas, en este caso, conocemos a Betances a través de los ojos de Simplicia, su esposa, quien escribe un diario hallado en un extraño y “mágico” baúl junto a una misteriosa “daga florentina”, encontrado por casualidad allá en Madrid por Eulalia y Francisco Juan, protagonistas de la historia principal.

Desarrollada en el contexto de la incipiente dictadura franquista, alrededor de 1939, la trama suma a los protagonistas la presencia de dos vecinos, casualmente puertorriqueños que tienen la capacidad de contextualizar la narración que contiene los documentos del baúl. Desde este punto comienzan a desarrollarse alternadamente la historia presente, en 1939, y la remota, unos 70 años antes. Ambas historia muestran paralelismo y comparten intrigas, espías, traiciones y, sobre todo, una gran tensión narrativa.

A toda la trama se le suman diversos resortes que apoyan el desarrollo de una historia creíble de complots y maquinaciones que nos mantienen muy atentos a la lectura. En mi caso, estuve constantemente revisando en los textos académicos y corroborando los “datos” que se ofrecían de Betances y especulando sobre los aparentes hechos ficticios. Todo culmina con un final sorprendente y también muy creíble; pero del que estimo, no debo adelantar ningún detalle.

En fin, esta novela demuestra, no solo que Hiram Lozada hizo una meticulosa investigación histórica, sino que dispuso y trabajó el desarrollo de su ficción con el objetivo de alcanzar la verosimilitud y ofrecernos un texto que nos invita a reflexionar: esta es la historia, quizás no como fue, pero como pudo haber sido.

Les invito a la lectura de El espía de Betances.

¡Gracias, don Hiram, por haber escrito esta historia!

El autor trabaja en  la Universidad de Puerto Rico en Carolina

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