Pocas opciones de vivienda y comercio en Río Piedras

Plaza del Mercado Rio Piedras. Foto Archivo CLARIDAD/ ElíasCarmona

 

 

CLARIDAD

Comercios viejos cierran y llegan inversores extranjeros

 Miguel Rivera Pérez, estudiante de cuarto año de Comunicación e Información, viaja todas las semanas de Fajardo a su hospedaje en Río Piedras. Cuando no trabaja sus turnos asiduos- de viernes a domingo- prefiere regresar a “la Metrópolis del Este” porque, a su juicio, la zona riopedrense carece de lugares en los que se pueda “sentar a hablar”, así como negocios que “atraigan a la juventud”.

“La verdad es que desde que cerró el Ocho [de Blanco], no hay mucho para escoger. El negocio que queda al lado, quizás, pero ya no está el ambiente de antes”, aseguró el estudiante, vecino de Santa Rita. “Sería nítido si hubiera más opciones. Aquí hay muchos estudiantes y personas que consumirían de todo”, continuó Rivera Pérez.

Los lamentos de los estudiantes reflejan el vacío que ha dejado el cierre de lugares como el Ocho de Blanco, barra icónica que operó por más de 35 años en la zona.

Para Ariana Vélez Freytes, estudiantes de Relaciones Públicas y Publicidad, el asunto trasciende el “jangueo”. Para ella, “no hay casi tiendas de ropa”, así como las opciones de comida “variadas”, están relegadas a partes muy lejos del Recinto de Río Piedras.

“Las opciones de comida en el recinto están saturadas. Las filas son muy largas para, al final, no poder encontrar mesa cerca de donde compraste comida. Si sales del recinto, se pueden encontrar otras opciones, pero no es conveniente si estás en medio de clase”, explicó la estudiante de último año.

 

Cada año cambia más el escenario local

Para los y las estudiantes entrevistados por CLARIDAD, quienes ingresaron en el Recinto de Río Piedras durante la pandemia por COVID-19, las opciones de vivienda cerca del recinto han estado limitadas a las propiedades arrendadas limítrofes. También, aseguran que los negocios del área se concentran, mayormente, en la Avenida Universidad. No obstante, ese no siempre fue el caso.

Para 2015, tanto ResiCampus y Torre Norte- las dos estructuras de vivienda históricas de la UPR en Río Piedras- estaban abiertas con una capacidad total para alojar sobre 700 estudiantes. Ahora, ocho años, dos huracanes y una pandemia después, ambos hospedajes permanecen cerrados. ResiCampus, por un lado, ya está en trámites de remodelarse; y Torre Norte sigue en la espera que, para muchos, desespera.

Por igual, en febrero de este año Adrián González Costa, excandidato a la alcaldía de San Juan, denunció la adquisición extranjera de nueve edificios para propósitos de establecer viviendas rentadas. La consecuencia de este tipo de compra es el aumento el las rentas mensuales, el precio de las propiedades e, incluso, el desplazamiento de la población, aseguró González Costa.

 

Transporte público no apoya el comercio local

“El tren me deja en el recinto, a tres minutos caminando de otra parada de tren que queda en pleno Río Piedras. Creo que esta segunda parada [la del recinto] es un desperdicio porque te priva de ver los negocios del área cuando te bajas del tren”, dijo Rivera Pérez.

El estudiante, quien lleva tres años viviendo en el área, le sorprende lo poco frecuentado que son las calles aledañas al recinto.

“Después de cierta hora, esto está vacío. Todos los negocios no duran hasta depués de las seis. Es una pena porque son pocos los lugares que tienen tanta accesibilidad para caminar y establecer negocios”, agregó el cariduro fajardeño

Para Vélez Freytes, la situación de transporte le obliga a madrugar e ir a casa de sus abuelos, quienes viven cerca de la estación del Tren Urbano. “Si el tren tuviera más rutas, sería mucho mejor y conveniente”, reiteró Vélez Freytes, residente de Bayamón.

Al contactar a la Oficina de Desarrollo e Infraestructura del Recinto de Río Piedras- único recurso referido a este medio para obtener información- ningún personal ofreció entrevista al cierre de esta edición.

           

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