Resistencia Palestina en el teatro de María Collazo

María Collazo es una bailarina y coreógrafa con una larga trayectoria. Todavía se recuerdan sus formidables trabajos basados en la poesía de Vicente Hudobro, Juan Antonio Corretjer, César Vallejo… o una puesta en escena del clásico de Darío Fo, “No vamos a pagar”, cuando apenas era una estudiante universitaria.

María fue a realizar estudios superiores en la Sorbona y tomando talleres en diferentes ciudades siguiendo los métodos de Jaques Lecoq y Jerzy Grotowski. Y es precisamente la experiencia de taller y reflexión teórica con éste último su mayor marca.  La obra del director de teatro y teórico polaco son materia prima para el trabajo coreográfico y proeoral de Collazo. Por ello su trabajo resulta siempre refrescante, con un enfoque innovador en la práctica teatral, que se centraba en la relación entre el actor y el espectador.

El pasado viernes 8 de diciembre asistimos la muestra del fin de curso de la profesora en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras. Collazo, que además posee un doctorado en historia de la misma universidad, ofrece el curso Laboratorio Grotowski desde hace poco más de un lustro. En el laboratorio se busca crear piezas en las que el teatro va más allá de la mera representación y realizando una conexión más profunda con el público. Este semestre, en el proceso de trabajo, ocurrió un evento que supuso un desvío creativo: el ataque del estado de Israel a Gaza. El laboratorio se enriqueció con propuestas sobre la resistencia Palestina. “Las escenas que originalmente fueron creadas con otros propósitos, otras motivaciones, otras asociaciones como parte del curso, luego del 7 de octubre decidí transformarlas poco a poco y que tomaran un giro hacia el imaginario desgarrador del genocidio palestino, ante la impotencia de no poder hacer nada por detenerlo. La solidaridad, las energías y el amor puesto en ese pensamiento, no tengo duda, viajaron hasta allá”, nos dice la coreógrafa.Todo ello consistente con la idea de Grotowski que consideraba que el teatro era un rito, una experiencia transformadora que puede cambiar la percepción y el conocimiento de los participantes.

Para Collazo, es evidente que la creación teatral implicaba un proceso de exploración y experimentación. Así lo vimos en acción. Su trabajo se basa en la búsqueda de la verdad interior del actor, eliminando las barreras y máscaras sociales para revelar la autenticidad del ser humano. Los participantes del laboratorio, en esos cinco meses, comprenden la importancia de la disciplina física y mental, así como en la conexión emocional y espiritual entre el actor y su personaje. Bastaba ver el esfuerzo físico, los rostros, la profundidad del gesto y la voz para que nosotros, los espectadores, nos sintiéramos también convocado a sentir ese dolor representado.

En todos los trabajos de sus cursos, se desarrolla el concepto de «teatro pobre», que se caracterizaba por utilizar pocos elementos escenográficos y centrarse en la presencia y la energía del actor. Los participantes llenaron el espacio del Anfiteatro Julia de Burgos solo con los recursos de sus propios cuerpos y voces.

El concepto de «teatro pobre» desarrollado por Grotowski se refiere a un enfoque teatral que busca simplificar y reducir al mínimo los elementos escenográficos y técnicos, centrándose en la presencia y la energía del actor como elemento central de la representación.

En lugar de depender de grandes producciones o recursos materiales, el teatro pobre se basa en la creatividad y la habilidad del actor para transmitir la historia y las emociones al público. Se busca eliminar cualquier distracción visual o artificialidad que pueda interferir en la conexión entre el actor y el espectador.

Siguiendo estos preceptos, en su laboratorio Collazo pretende que la autenticidad y la verdad del teatro se encuentren en la relación directa entre el actor y el público. Para lograr esto, enfatiza en la disciplina física y mental del actor, así como en la conexión emocional y espiritual con el personaje y la historia que se estaba representando.

La puesta en escena de Laboratorio Grotowski: creación, rito y teatro, en solidaridad con el pueblo palestino de este 8 de diciembre, no solo mostró esa simplicidad escenográfica, sino que también abarcó la exploración de nuevas formas de actuación y la búsqueda de la verdad interior del actor. Se logró trascender la representación superficial y llegar a una experiencia teatral más profunda y auténtica.

Como apoyo textual,  nos explica Collazo que “algunas frases pertenecen a Homenaje a Gaza del poeta palestino Mahmund Darvish y la mayoría las sustraje al vuelo, mientras comentaban, del Programa La Base (@La Base_t.v.) a partir de la pregunta ¿Qué impide a Netanyahu iniciar la invasión terrestre?”

Nuestra felicitación a la maestra, María Collazo, y a les estudiantes participantes:

Adriana Falcón, Mariana Cabiya, Alondra Oliver, Fernando Jiménez, Desirée González, Sabrina García, Angélica Montañez, Kimberlie Hall, Sara Hernández, Fabiola González, Karen Cupeles, Adriana Ramírez, Sofía Avilés, Laura Blay, Gabriela Rivera y Fátima Ortega. Ellas añadieron al texto de Darvish algunas frases, fragmentos de canciones y frases al vuelo, incluyendo en este caso a la cineasta Mariajulia Dávila.

 

CADÁVERES ANÓNIMOS

Cadáveres anónimos.
Ningún olvido los reúne,
Ningún recuerdo los separa…
Olvidados en la hierba invernal
Sobre la vía pública,
Entre dos largos relatos de bravura
Y sufrimiento.
“¡Yo soy la víctima!”. “¡No, yo soy
la única víctima!”. Ellos no replicaron:
“Una víctima no mata a otra.
Y en esta historia hay un asesino
Y una víctima”. Eran niños,
Recogían la nieve de los cipreses de Cristo
Y jugaban con los ángeles porque tenían
La misma edad… huían de la escuela
Para escapar de las matemáticas
Y la antigua poesía heroica. En las barreras,
Jugaban con los soldados
Al juego inocente de la muerte.
No les decían: dejad los fusiles
Y abrid las rutas para que la mariposa encuentre
A su madre cerca de la mañana,
Para que volemos con la mariposa
Fuera de los sueños, porque los sueños son estrechos
Para nuestras puertas. Eran niños,
Jugaban e inventaban un cuento para la rosa roja
Bajo la nieve, detrás de dos largos relatos
De bravura y sufrimiento.
Luego escapaban con los ángeles pequeños
Hacia un cielo límpido.

Mahmud Darwish.
Del poemario La ta‘tadhir ‘amma fa‘alt (‘No pidas perdón’), 2004

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