Alianza por el triunfo de la esperanza

De las contradicciones y errores de un bipartidismo PNP-PPD anquilosado, decadente y corrupto- además de colonial hasta el tuétano- ha surgido una nueva fuerza política, producto de un junte creativo que promete transformar la gobernanza pública en Puerto Rico y encaminar a nuestro país por la ruta del buen gobierno, del desarrollo económico estable que pueda sustituir la creciente dependencia, y de un modelo social de amplia participación ciudadana, diálogo, apertura y sana convivencia.

El nuevo acuerdo político entre el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) para acudir aliados a las próximas elecciones generales de noviembre del 2024- que fue ratificado unánimemente por las asambleas de ambas colectividades- es no solo una movida política audaz e inteligente, sino una estrategia con potencial real de romper el cerco del bipartidismo colonial que nos han impuesto las dos castas políticas que se han turnado el gobierno de Puerto Rico por los pasados 60 años, y cuyo desgaste y falta de voluntad y nuevas ideas, han colocado en precario la gestión pública en nuestro país. Especialmente durante los últimos 20 años, la situación política y económica en Puerto Rico se ha tornado crítica. Ocurrió la quiebra inminente de las finanzas públicas, con un proceso de reestructuración de la deuda bajo una ley colonial del Congreso de Estados Unidos llamada PROMESA, y una Junta de Control Fiscal (JCF) extranjera e impuesta por el Congreso para acordar planes de pago favorables a los acreedores y controlar las finanzas del gobierno de Puerto Rico. En sus 6 años en Puerto Rico, la JCF le ha costado al erario puertorriqueño cerca $1 mil millones en gastos operacionales y de pagos a asesores y consultores, mientras las medidas de austeridad y los recortes extremos del presupuesto público que ha implantado han tenido un impacto devastador sobre las vidas de empleados y pensionados de dicho sector.

Todos estos factores han hecho que se manifieste un marcado deterioro en la calidad de vida del pueblo con índices mayores de empobrecimiento y desigualdad. Ha habido un gradual desplome de los servicios esenciales de salud y educación pública a todos los niveles. Se han aprobado nuevas leyes que quitan derechos a los trabajadores de la empresa privada e imponen recortes paralizantes en salarios, beneficios y pensiones a los empleados del sector público. La infraestructura se ha venido abajo, en especial la eléctrica y la de agua. Además, la sucesión de gobiernos incompetentes y corruptos, junto a la crisis fiscal, han agravado los problemas de la economía de Puerto Rico, cuya crisis se ha prolongado por más de 15 años. Esto ha llevado al aumento cada vez mayor en la dependencia de fondos provenientes del gobierno de Estados Unidos, sin que exista, por parte del gobierno de Puerto Rico o de la JCF, un plan de desarrollo económico a largo plazo para Puerto Rico. La crisis económica ha provocado también una crisis de falta de oportunidades, lo que ha acelerado la creciente emigración de nuestra clase profesional joven y educada.

Esta es la realidad que moldeará el análisis y el juicio de los electores hacia los comicios del 2024, contexto en el cual el nuevo acuerdo entre el PIP y MVC ofrece a nuestra gente la oportunidad de protagonizar, con sus votos, impartirle un nuevo giro a la gobernanza pública en Puerto Rico. En la Asamblea General del PIP del domingo pasado se reunieron miles de personas a escuchar con mucho entusiasmo las propuestas para darle a Puerto Rico una nueva manera de gobernar. Se habló de las medidas concretas que habrá que tomar para garantizar que el mensaje de la alianza PIP-MVC llegue directamente a todos los electores. También se ratificaron las candidaturas por acumulación al Senado y la Cámara de Representantes de María de Lourdes Santiago y Dennis Márquez Lebrón, respectivamente.

En su mensaje de cierre, el candidato a la gobernación por el PIP, Juan Dalmau Ramírez dio a conocer su visión sobre este nuevo acuerdo. “Será una campaña de contrastes”, y recalcó que de un lado están el PNP y PPD fraccionados por las luchas internas por liderazgo y posiciones, mientras del otro, el PIP y MVC cuajan un nuevo acuerdo político con generosidad y desprendimiento. Añadió que el pueblo tendrá la oportunidad de comparar entre “el más de lo mismo” y las nuevas propuestas para fortalecer la gobernanza pública que trae la alianza del PIP y MVC. “Yo quiero reconocer el desprendimiento y la generosidad del liderato del Movimiento Victoria Ciudadana. Gracias a ellos y ellas se fortalece este proyecto político, y vamos a poder llevar el triunfo de la esperanza”, concluyó.

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