“Puerto Rico tiene $10 mil millones ahorrado para pagar a los bonitas mientras el pueblo está pidiendo agua y comida para poder sobrevivir”.
Además de enfrentar las dificultades que representa no tener el servicio de energía eléctrica, en la organización Iniciativa Comunitaria de Eco-desarrollo Bahía de Jobos (IDEBAJO) proponen un análisis que vaya más allá. Consideran que el análisis debe ser qué pasa realmente y cuáles son los factores reales para que las comunidades de Salinas y otras cercanas estén viviendo en estado de desastre permanente.
“Esas son las razones que tenemos que mirar, porque si no, estaremos toda la vida reaccionando y botando cosas para resolver lo inmediato”, expresó Roberto José Thomas, coordinador general de IDEBAJO, una de las organizaciones que participó en la reunión con el presidente, Joe Biden, en su breve visita a la isla. En entrevista junto a la licenciada Ruth Santiago, también miembro de IDEBAJO, compartieron con CLARIDAD las preocupaciones expuestas en la reunieron, más allá del tema de la energía; en particular, el papel de FEMA (Agencia Federal para el manejo de Emergencias).
En ese contexto, Thomas denunció que en las comunidades, ni siquiera ahora en Fiona, FEMA está respondiendo. El activista comunitario narró que tras recibir el domingo en la madrugada los desastres en las comunidades de Salinas y luego el lunes, cuando comenzaron a superar las barreras acuáticas, empezaron a conversar qué iban a hacer porque este país lleva cinco años de crisis, llevando agua, llevando comida y entregando suministros: “Estamos en la crisis permanente, y eso no es vida”.
En esa dirección, el proyecto de IDEBAJO les dejó saber a los funcionarios gubernamentales y a los mismos vecinos que lo que hay que plantearse es que no es el evento natural lo que provoca el desastre.
“El desastre es las desigualdades sociales, económicas y políticas, porque lo que pasó en Salinas pasó en otros sitios y el efecto no fue desastroso. ¿Por qué para nosotros fue desastroso y para otra gente no? Porque tenemos una serie de políticas gubernamentales que han creado vulnerabilidad. Todas las fincas transgénicas mueven terreno para salvar sus fincas y el agua nos la tiran a los solares; las fincas solares compactan la tierra y el agua acaba en las comunidades; el proyecto dizque turístico que se está fomentando por parte del gobierno local y nacional tumban mangles y el agua acaba en nuestras comunidades, y la gente no tiene la posibilidad económica. Salinas es el pueblo con los salarios más bajos de toda la región y, además, de todas las enfermedades que hay, que ha propiciado toda la contaminación Ahí está todo el caldo de cultivo para que cualquier cosa que trastoque la supuesta tranquilidad que vivimos en Salinas se convierta en un desastre”.
El pueblo de Salinas al igual que Guayama es recipiente de la contaminación que generan las operaciones de las centrales Costa Azul y Aguirre en Salinas y la carbonera AES, en Guayama.
“Tenemos que organizarnos, no para cambiar esas cosas, nuestro llamado es para organizarnos para que el desastre no siga siendo la normalidad de la que nos estaban hablando”.
Thomas afirmó que, desde el huracán María, la actitud de FEMA ha sido una discriminatoria. Y en esa línea criticó expresiones del gobernador, Pedro Pierluisi, en el sentido de que no era momento para hablar del particular.“Si este no es el momento, para cuándo es, porque está pasando”.
Según contó, a un vecino de la comunidad El Coquí, que lo perdió todo, en FEMA le preguntaron si vivía solo, si tenía familia, y al este contestar en la afirmativa, le dijeron que él no era prioridad.
El coordinador general de IDEBAJO en tono crítico afirmó que estas políticas del gobierno de EE. UU. no han cambiado desde Trump, que no se le pueden atribuir solo a Trump, ya que la administración de Biden no ha hecho nada por cambiarlas. Este recordó que fue bajo la administración de Obama, con Joe Biden de vicepresidente, que se firmó el contrato de LUMA, que fue avalado por Casa Blanca, y la ley PROMESA, que creó la Junta de Control Fiscal. Es a esta última que atribuye haber creado las condiciones de debilidad de la infraestructura del país.
La licenciada Santiago considera que las comunidades sufren porque los proyectos con fondos CDBG lo que están promoviendo con sus guías es precisamente que la gente se vea obligada a irse de sus comunidades. Explicó que en la comunidad Las Mareas, cada vez que las personas solicitan ayuda al Programa R3, les dicen que lo único que pueden hacer es darle dinero para que se vayan. “En Ocean Park y Punta las Marías no hacen eso”, dijo en referencia a ambas comunidades de altos ingresos en San Juan.
A juicio de la licenciada Santiago, esa presión de FEMA y PR3 es insostenible. Comparó la situación de estas comunidades con el caso de Salinas, donde la devastación del área costera es de punta a punta, pero hay empresas que ya han recibido permisos para reconstruir.
En Salinas, las inundaciones fueron tan fuertes que el agua comenzó a salir por las tuberías de los inodoros en las casas. Hasta ahora, IDEBAJO está haciendo un análisis y buscando estudios más concretos que les permita saber cómo y por qué el pueblo se inundó tanto. Por parte del Gobierno—que sepan—, hasta ahora nadie ha procurado hacer un estudio hacia esos fines. “El Gobierno lo que comienza es a promover una actitud de resignación, de que esto fue una fuerza mayor, que no se puede hacer nada, de qué uno hace contra un huracán. Hay razones para entender por qué se inundó como se inundó. Pero el Gobierno no está tratando de explicar; simplemente, cayó mucha lluvia”.
Ambos entrevistados subrayaron que es importante que desde las comunidades se puedan plantear el daño que han tenido en términos concretos de cómo han afectado las políticas que se han implementado a partir de la lógica de la JCF y de cómo estos son los efectos de ese tipo de política.
“Puerto Rico tiene $10 mil millones ahorrado para pagar a los bonitas mientras el pueblo está pidiendo agua y comida para poder sobrevivir. Eso no tiene ningún sentido, ninguno. Hay que cuestionar las políticas, la existencia misma de la JCF, y es hora de que LUMA se vaya y deje de fastidiar las comunidades. En Salinas hubo un solo poste afectado y la luz se fue antes de que el huracán tocara tierra”.