La izquierda y la invasión de Ucrania: ¿campismo o internacionalismo?

Especial para En Rojo

 Desde un inicio hemos expresado nuestro inequívoco rechazo de la invasión de Ucrania por la Federación Rusa. Esta no es la posición de algunos sectores de la izquierda. De hecho, hay quienes piensan que nuestra posición se adapta a la presión de los medios imperialistas. Esta diferencia de opinión indica la existencia de dos formas de analizar esta situación que debemos examinar francamente.

 La posición campista

La lógica de la posición de nuestros críticos divide a los participantes en un conflicto entre estados en dos campos: el lado reaccionario y sus oponentes. Del lado reaccionario se encuentran el imperialismo norteamericano y sus aliados. Sus enemigos en determinado conflicto integran, según esta lógica, el campo progresista, que merece nuestro apoyo.

En el conflicto actual, esta perspectiva presentaría al gobierno de Putin como una fuerza antimperialista o que, al menos, responde a una agresión imperialista (de Estados Unidos y la OTAN). No denuncia, por tanto, la invasión de Ucrania, aunque en la práctica, casi nadie se atreve a apoyarla. El campismo en este caso se traduce en expresiones que se limitan a criticar (justificadamente) la política de Estados Unidos, la extensión de la OTAN, el lado reaccionario del gobierno de Ucrania (la presencia de grupos fascistas). Todo lo cual es inobjetable. Pero esta posición deja sin mencionar la naturaleza del gobierno de Putin y evade condenar la invasión de Ucrania. Sin ese elemento, las críticas indicadas se convierten en un endoso, sino explícito, al menos implícito a la invasión. En otros casos se indica que sería simplista pensar que Putin es el único “malo” de la película, que Rusia no es la única responsable de la crisis, todo lo cual es cierto, pero entonces, amparándose en la “complejidad” de la situación se evade denunciar la invasión. O se denuncia la hipocresía de Estados Unidos al denunciar la invasión de Ucrania mientras apoya otras agresiones (lo cual es cierto), pero se evade tomar una posición propia ante la primera. Parecería que la hipocresía de la OTAN le da la razón a Putin.

 

Inconsistencias del campismo

La posición campista es inconsistente desde una perspectiva antimperialista. Esta perspectiva, con tal de oponerse al imperialismo norteamericano y de la OTAN, no reconoce el carácter capitalista y represivo del gobierno de Putin, vinculado a la nueva clase dominante, surgida de la restauración del capitalismo en la antigua Unión Soviética. Es decir, aunque se presenta como una posición progresista, se pone del lado de un gobierno capitalista y enemigo de su clase trabajadora. Más aún, no reconoce que esa clase capitalista pretende mantener su propia zona de influencia: es decir, que al igual que otras clases capitalistas, despliega su propia política imperialista.

Por lo mismo, con tal de oponerse al imperialismo norteamericano y a la OTAN, esta posición evita denunciar una evidente violación del derecho de las naciones a la autodeterminación. Es decir, que, lejos de ser una posición consistentemente antimperialista, con tal de oponerse a un imperialismo (el de Estados Unidos y la OTAN) se coloca del lado de otro imperialismo (el ruso), o, al menos evade señalarlo y denunciarlo.

De igual forma, esta posición deja sin mencionar el carácter anticomunista de las justificaciones de Putin. Recordemos que para Lenin la Rusia zarista era una gran prisión de naciones, sometidas a la dominación rusa. La revolución debía crear una nueva relación de colaboración entre los pueblos que no podría surgir sin reconocer su derecho a la autodeterminación, es decir, a crear estados independientes. En su discurso del 21 de febrero, Putin explicó cómo, según él, la Ucrania independiente fue en golpe asestado por Lenin a la patria rusa. La invasión vendría a rectificar ese crimen Bolchevique, a repudiar la teoría “loca” (palabras suyas) del derecho de las naciones a la autodeterminación. Putin nos hace el favor de proclamar que su política es opuesta a la de Lenin. Los antiimperialistas que se consideran leninistas debieran tomar nota.

La perspectiva internacionalista

En contraste con la posición campista, proponemos una posición consistentemente antimperialista. Esa posición no escoge entre uno u otro imperialismo. Se opone al imperialismo norteamericano. Se opone a la OTAN y a su política de expansión. Propone su disolución. Pero esta posición también señala el carácter capitalista e imperialista del gobierno de Putin, denuncia la invasión de Ucrania y exige la retirada de las tropas rusas.

¿Y qué del carácter reaccionario del gobierno de Ucrania? La posición internacionalista también denuncia este hecho. Su rechazo de la invasión rusa y su solidaridad con el pueblo ucraniano no incluye apoyo al gobierno de Zelensky. Pero insiste que la naturaleza de ese gobierno no legitima la invasión. Cambiar el régimen político y social en Ucrania es tarea del pueblo ucraniano, no del gobierno de Putin.

Estados Unidos invade otros países a nombre de la democracia y algunos de los gobiernos que ha atacado (como el de Hussein en Irak o del Talibán en Afganistán) son antidemocráticos. Todos los imperialismos visten sus agresiones con admirables objetivos denunciando los crímenes de sus enemigos, que muchas veces son reales. Las y los antimperialistas rechazamos tales pretextos y denunciamos las agresiones que encubren. Con igual lógica hay que rechazar la agresión de Putin, que, como el caso de otras agresiones imperialistas, viene acompañada de alguna justificación loable, como la lucha contra el fascismo.

La posición internacionalista denuncia la hipocresía de los gobiernos que condenan a Rusia, pero apoyan otras ocupaciones (Palestina) o agresiones (Yemen). Pero no lo hace para abstenerse de denunciar la invasión de Ucrania, sino para explicar que también debemos denunciar y rechazar las últimas y cualquier nueva intervención militar de Estados Unidos.

Algunas personas objetarán ¿acaso no tiene Rusia preocupaciones legítimas por su seguridad, resultado de la política de extensión de la OTAN? Como indicamos, la perspectiva internacionalista no deja de denunciar la política de la OTAN. La pregunta es: ¿cómo respondemos a esa política? ¿Asociándonos a la política de otro imperialismo? Al contrario, es necesario construir un amplio movimiento antimperialista, vinculado a la defensa de los intereses de las clases trabajadoras, a la lucha por la reducción del gasto militar y el desarme y el respeto de la soberanía de los pueblos. Esa es la manera de responder al imperialismo de la OTAN. Eso es lo que promovería un gobierno antimperialista. Pero el gobierno de Putin no promueve tal respuesta, precisamente porque es un gobierno capitalista, además de autoritario. En otras palabras, Putin responde a la agresión imperialista, claro que sí, pero responde como responde un imperialismo capitalista, a través de su propia política de agresión y represión y construcción de su zona de influencia. Al rechazar el imperialismo de la OTAN, los antimperialistas no podemos asociarnos ni endosar esa respuesta igualmente imperialista.

 

Debates internacionalistas

Existen discusiones entre quienes rechazan la invasión de Ucrania desde una perspectiva de izquierda. Todos y todas se oponen a cualquier acción que provoque un enfrentamiento directo de las fuerzas de la OTAN con las rusas, que traería el riesgo acrecentado de un intercambio nuclear. Por tanto, se oponen a la creación por la OTAN de un “no-fly zone” sobre Ucrania, pues conduciría a ese enfrentamiento. Algunos añaden que el envío de armas a Ucrania exacerba el conflicto. Otros, incluyendo al autor de este artículo, señalan que, ante la agresión, los ucranianos tienen derecho a resistir y que, para ejercerlo, tienen derecho a buscar armas, allí donde puedan encontrarlas. Bloquear esto, en la práctica, sería denunciar la invasión, pero dejar a los ucranianos desarmados ante los invasores.

 

En resumen

Para los que somos parte de un pueblo sometido a la dominación colonial, la defensa del derecho a la autodeterminación es particularmente importante. Algunos señalan correctamente la inconsistencia del gobierno de Estados Unidos, que defiende la autodeterminación de Ucrania, pero la niega en Puerto Rico. Pero pecaríamos de la misma inconsistencia si no defendemos en Ucrania el mismo derecho que reclamamos para Puerto Rico.

La posición internacionalista incluye el rechazo de la invasión rusa de Ucrania, a la vez que denunciamos la política imperialista de la OTAN y que rechazamos otras agresiones y ocupaciones (Palestina, Yemen, etc.); solidaridad con el pueblo de Ucrania, sin que esto implique apoyo a las políticas del gobierno de Ucrania; solidaridad con el movimiento antiguerra en Rusia. Para algunos debe incluir el bloqueo del flujo de armas, para otros la legitimidad del armamento de Ucrania para responder a la invasión, a la vez que se busca evitar el paso a un enfrentamiento directo entre los dos bandos imperialistas.

¿Cómo podrá resolverse este conflicto? Eso dependerá de muchos factores, incluyendo el balance de fuerzas militares sobre el terreno. Pero esto no altera nuestra orientación general sobre el conflicto, que hemos esbozado brevemente.

 

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