Especial para En Rojo
Hoy, la Iglesia Católica y algunas otras Iglesias recuerdan y celebran a San Francisco de Asís. En este domingo, en Asís, el papa Francisco firma una encíclica dirigida a todos los seres humanos. El título:Somos todos hermanos y hermanasya deja claro el mensaje: el desafío principal para la humanidad, hoy, es al mismo tiempo, la vocación fundamental de las Iglesias y comunidades cristianas: «reunir en la unidad a todos los hijos e hijas de Dios esparcidos por el mundo»(cf. Jn 11, 52).
Desde el siglo XIII hasta hoy, Francisco de Asís siempre ha impresionado a los creyentes y no creyentes por el hecho de que concretó en su forma de ser y de convivir con los más pobres, el evangelio de Jesús. En aquel mundo, Francisco reveló que el evangelio no es solo religioso. Es forma de vivir, en oposición a los valores de un mundo sin amor. Así, el manifestó el amor divino a toda la humanidad, sin importar raza, cultura o religión. En un mundo dominado por la violencia, el santo de Asís propuso a su grupo la promesa de jamás portar armas. Consideraba hermanos a los animales y a los elementos de la naturaleza. El ser humano es parte de la grande comunidad de los seres vivos en el planeta Tierra.
Hoy en día, la humanidad consciente tiene en Francisco de Asís inspiración para el cuidado con la Ecología integral que reúne justicia social y el cuidado amoroso de la madre Tierra. Al proponer un encuentro con jóvenes economistas sobre economía, el Papa deja claro que considera a Francisco y clara referencia en la construcción de nuevas formas de vivir, de convivir y de organizar la sociedad. Inspirado por el Santo de Asís, el papa Francisco insiste que el diálogo y la autoridad compartida deben ser la forma normal de las Iglesias cristianas. Solo en este camino, las Iglesias podrán ser profecías de nueva forma de organizar la sociedad humana. El papa escogió como tema del próximo sínodo de los obispos católicos la sinodalidad, término que viene del griego y significa caminar juntos.
En estos días, el Papa envió un video-mensaje a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Su mensaje recoge el mensaje de San Francisco al insistir en que sólo cuidando a los más pobres y vulnerables se puede construir un futuro digno para la tierra. Al contrario del gobernante brasileño que negó la destrucción de la Amazonia, el Papa denunció el incumplimiento de los acuerdos relativos a la Ecología y pidió la protección de la Tierra, la casa común de la humanidad y la vida de todos sus habitantes.
