Mirar de soslayo: Desenlace. Cuentos de fantasmas de Marta Aponte

En Rojo

 

0.Entonces tengo en mis manos Desenlace. Cuentos de fantasmas, de Marta Aponte Alsina. Ella es una de las escritoras fundamentales del país. Me refiero a fundamento en un sentido estricto: base, fondo, heredad. Porque Aponte Alsina es una de las intelectuales más estudiosas y generosas que existen. Reconoce y conoce la herencia cultural y la explica, la reformula, la convierte en texto de obligada referencia. Su extenso trabajo crítico y teórico es una cantera para los estudiosos de la literatura puertorriqueña. A eso habría que añadirle su trabajo como directora de las más importantes editoriales del país.

  1. Desenlace es la más reciente de su extensa obra narrativa a lo largo de tres décadas: Angélica furiosa; El cuarto rey mago; Vampiresas; Sexto sueño; El fantasma de las cosas; Sobre mi cadáver; Green; La muerte feliz de William Carlos Williams y PR3 Aguirre son sus novelas. La casa de la loca; Fúgate y ahora Desenlace son sus libros de relatos. En sus novelas y cuentos también hay una reflexión teórica sobre el ejercicio narrativo. ¿Ya leyeron PR3 Aguirre?
  2. Tengo en mis manos un libro que será uno de los mejores del 2022 porque salió en la larga Navidad Boricua del 2021. Un regalo. Un anticipo. Son cinco cuentos: Bonsai, Corrientes, La novela del Lower East Side, La novela del mallorquín y Desenlace. 
  1. Sí, ya había leído La novela del mallorquín . Este cuento se publicó en el 2010 en la Revista Nuestra América, No. 8, Enero-Julio 2010. En el libro hay algunas variaciones. Desaparece el New York Review of Books en el que se lee la reseña de la novela. Algún otro cambio que, sin dejar de ser interesante, no voy a comentar. Lo que quiero señalar es lo que a mí me resulta la columna vertebral del libro: la mirada. Por supuesto, no me refiero solo a lo que trata de los ojos. Me refiero a un fenómeno en el que un sujeto desea ver un Otro estructural de la conciencia. La mirada se sostiene en una función del deseo. Quiero decir mirar como ventana, lente, marco que encuadra lo que hay más allá. ¿No son los fantasmas objetos del más allá? Pero no siempre son espectros: “Con el tiempo don Joan fundó una compañía de exportación de café. Cultivaba café y  chinas,  el  nombre  local  de  sus  añoradas    Cuando  bajaba  a  la  costa avizoraba el Caribe por el lente deseado del Mediterráneo” (La novela del mallorquín)“. Y así como algo aparece también hay sujetos que se borran: “Viví solo un tiempo, hasta que me descubrieron en el sótano y botaron mis cosas a la calle. Estuve a punto de congelarme. Entonces los encontré.  Nos  encontramos.  Nos  agrupamos.  Vivimos  en  el  parque.  Somos  uno.  Nos borramos con dignidad“. Es también la mirada lo que apoya la narración de Corrientes , ese relato tan cortazariano-borgeano en el que las miradas o la ausencia de ellas -el librero no levanta la vista- nos van ubicando en un vistazo (glance) que poco a poco es una pasión borrosa que domina a uno de los desconocidos que se encuentran en esa ciudad también borrosa:

“El hombre se fijó en ella sin disimulos, acaso porque ella no daba indicios de haberlo visto, aunque aquellos ojos enormes parecían comerse el mundo”

“La precisión de diferencias se reducía a lo que pudiera registrar de las cosas que le golpeaban la retina, sin tregua ni definición, sin coagulación en la memoria. Bolsas, zapatos sucios, narices, abrigos, marquesinas de teatros”.

“- ¿Qué pasa con este mozo que no nos atiende? Disculpen señoras. Se levantó y entró en el café, casi gritando, a ver si dejamos de ser invisibles, pero nadie se dio por enterado, ni la negra vieja que enjuagaba copas, ni la pelirroja de largas piernas cruzadas que acariciaba una bolsita de azúcar con los dedos. (…) los cuerpos se borraban como si anocheciera”. (Corrientes)

  1. No me acerqué a estos relatos esperando encontrar -o sentir- fantasmas. Habiendo leído a Marta Aponte sé que lo tiene claro: lo real interviene fracturando de modo irreversible esa narración que nos alivia de sí misma. El fantasma, para mí -mal lector de Lacan- es lo que nos susurra con un «estruendo mudo» lo poco de realidad que tiene lo real.

Escogí apenas unos fragmentos. Solo quise avisarles: este libro es sobre eso que aparece y desenlaza el nudo de lo que percibimos. Es además -lo es toda la escritura de Aponte- una muestra del arte de desenlazar. Lo que desata una conexión con lo real. Es mostrar el lazo/trazo de la escritura, iluminar sus trampas, y que aquí se propone de manera muy precisa en el formidable relato que da nombre al libro, con la “tortuosa escritura y la tortuosa carretera” en la que la narradora nos invita a viajar.

No les voy a decir nada más, ni a resumirles los cuentos. Esto es apenas mi ligero vistazo a lo más reciente de Marta Aponte Alsina. Son muchos los asuntos que pueden destacarse del texto. Preferí señalar los celajes del rastro del tiempo en algunos objetos, lugares y personajes. Solo les digo que hay aquí un gran libro y espero leer muchas cosas sobre él. Gracias, Marta.

El libro esta disponible para la venta en la CLARITIENDA.

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