Preocupación en los centros de cuido de envejecientes

CLARIDAD

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La presidenta de la Asociación de Hogares de Cuido, Juanita Ojeda, expresó preocupación por los efectos que pueda causar la nueva orden del Departamento de Salud (DS) que exige que toda visita de familiares a un centro de cuido de envejecientes deba presentar una prueba negativa de COVID-19 realizada  72 horas antes.

La nueva directriz del DS (Carta Circular 2022- 011-A del 16 de junio) establece que todo visitante deberá presentar un resultado negativo de COVID-19  proveniente de una prueba viral cualificada (prueba de amplificación del ácido nucleico, NAAT, o pruebas de antígeno) realizada dentro de un término de setenta y dos (72) horas antes de acceder al establecimiento, que haya sido procesada por un profesional de la salud autorizado. Se podrán utilizar pruebas caseras siempre y cuando los resultados hayan sido reportados a través del BioPortal del Departamento de Salud.

“No todo el mundo tiene la facilidad de internet y computadora para subir esos resultados y no todos los adultos mayores tienen las destrezas para poder entrar al portal y hacer el registro, porque es bien complicado, no es un portal que sea amigable al usuario”, reaccionó Ojeda,  a CLARIDAD.

Esta se refiere a que gran parte de las personas que visitan a los envejecientes que están en hogares de cuido son también personas mayores.

“Esto nos complica la situación porque, la verdad, muchas veces los hijos no están en Puerto Rico y son otras personas, adultos mayores, que quieren visitar a su familiar que está en la institución. Nos trae una preocupación bien grande porque entendemos que esa es una carga que se le está poniendo a ese familiar que no tiene las destrezas”. Además, dijo que le extraña y sorprende que los proveedores de servicios estén eximidos de la orden, cuando estos sí representan un peligro al moverse de hogar en hogar.

Ojeda confirmó que antes de la comunicación el DS no hizo ningún acercamiento a los hogares de cuido para conocer su parecer. Aparentemente, el DS  considera  que las personas que se están enfermando es por las visitas, cuando la mayoría de las visitas a los centros y hogares de cuido son de otros  adultos mayores que no tienen conducta de riesgo. Acotó que son muy pocos los jóvenes que visitan los hogares. El DS  no ha dado cifras que confirmen que el mayor porciento de las personas mayores que se están enfermando provenga de centros de cuido.

La preocupación mayor es que este requisito disminuya las visitas de familiares, que es lo que más necesitan las personas en los hogares de cuido prolongado. “Es ese contacto con su familiar querido, a veces no es el medicamento. Y que el adulto mayor no pueda recibir la visita de quien siempre lo visita porque no tiene el acceso a la prueba… Creo que hay que repensar cuando se toman decisiones para nuestras instituciones; que nos consulten cuál ha sido la experiencia”.

Ojeda  invitó a la reflexión, a que  “miremos la parte emocional de que ya estaban tan contentos porque ya tenían a su familiar, de por lo menos mirarlos al aire libre. Esto viene a trastocar esa comunicación tan bonita que había”.

En entrevista por separado, otra dueña de un hogar coincidió con que la experiencia es que la mayoría de las personas que visitan los centros de cuido prolongado son adultos mayores. Muy pocas veces reciben visitas de jóvenes.

“La orden parece sencilla, pero no todos los que visitan tiene acceso a computadora e internet. Tampoco es la realidad, mucho menos quizás de un adulto mayor, que no tiene el llamado teléfono inteligente. Están asumiendo que las personas envejecientes que se están enfermando es por las personas que visitan los hogares”. Reiteró que no se sabe de dónde el DS saca esa conclusión.

Sí confirmó que ha tenido empleados que se han contagiado —aunque muy pocos, ya que estos están vacunados— porque son las personas que entran y salen con regularidad. En ese caso el o la trabajadora no acude al centro y tiene que cumplir la cuarentena.

Un aspecto que trajo a la atención es que se está confundiendo a las égidas, que son viviendas para una persona mayor que todavía lleva una vida independiente, que tiene la  capacidad de estar sola. “Esos sí se contagian. Entonces hablan de égidas y enseguida la gente piensa en hogar. Son dos cosas distintas. Las égidas no es lo mismo que el hogar de cuido prolongado. Están responsabilizando al sector que no es”.

Ambas entrevistadas  subrayaron que los centros de cuidado prolongado u hogares de cuido mantienen sus medidas de prevención para los visitantes desde que comenzó la pandemia, como requerir prueba de que la persona tiene sus dosis de vacunas completas, el uso de la mascarilla, la toma de la temperatura, la coordinación de las visitas en número y horario limitado y el distanciamiento. Con lo que sí están de acuerdo es con que se les exijan pruebas a las personas no vacunadas que quieran visitarles “porque no tiene ningún tipo de protección. Eso es un escenario bien distinto a una persona vacunada”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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