El Papa Francisco también envió una felicitación especial
“¡Borinquen!, nombre al pensamiento grato
como el recuerdo de un amor profundo…”
Con esta estrofa del poema de Gautier Benítez, Monseñor Roberto Octavio González Nieves, arzobispo de San Juan, intentó iniciar la misa en celebración por los 25 años de su ordenación en ese puesto. En el primerísimo verso, sin embargo, el líder religioso se conmovió tanto que tuvo que detenerse. Volvió a intentarlo pero no pudo culminar su lectura. Lo que sí pudo fue contagiar al público con la potencia silente de su emoción. Afirmar nuestra puertorriqueñidad es un ejercicio de tal voluntad y resistencia que su reconocimiento de largo aliento conmociona a cualquier corazón. “Bueno, ustedes conocen el poema de Gautier (que pretendía leer)”, dijo el prelado y las cientos de personas presentes sencillamente le acompañaron en un aplauso.
La misa por el 25 aniversario se celebró el miércoles 9 de mayo en la Iglesia Santa Teresita en la Calle Loíza en San Juan. Acompañaron al Arzobispo, no sólo la mayoría de los obispos de las diversas regiones del país sino también obispos de otros países hermanos. Desde el Vaticano, el propio Papa Francisco le envió un mensaje escrito de felicitación al Arzobispo por vía del Monseñor Piergiorgio Bertoldi, arzobispo titular de Spello, delegado apostólico para Puerto Rico.
De países hermanos, acudieron a este aniversario Oscar Rodríguez Maradiaga, Arzobispo emérito de Tegucigalpa, Honduras; Blase J. Cupich, arzobispo de Chicago, Estados Unidos; Juan de la Caridad García Rodríguez, Arzobispo de La Habana, Cuba; Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar emérito de San Salvador, El Salvador y de quien González Nieves apuntó que fue la mano derecha del santo Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
También dijeron presente Monseñor Francisco Ozoria Acosta, arzobispo de Santo Domingo; Monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, Arzobispo de Trujillo en Perú; Monseñor Dionisio García Ibañez, Arzobispo de Cuba; Monseñor Michael Mulvey, obispo de Corpus Christi en Estados Unidos; Monseñor Jesús Castro Marte, Obispo de Nuestra Señora de La Altagracia en Higüey, República Dominicana; Monseñor Santiago Rodríguez Rodríguez, Obispo de San Pedro de Macorís, también en República Dominicana, así como el Monseñor Faustino Burgos Brisman, Obispo Auxiliar de Santo Domingo. Algunos de estos obispos acompañaron al Monseñor hace 25 años cuando se instaló como Arzobispo de San Juan.
Todos los obispos presentes participaron como celebrantes de la misa, acompañados del extraordinario coro Camino de la Esperanza de Toa Alta. También dijeron presente varias congregaciones de religiosas y religiosos de nuestro país, los presidentes de la Universidad Católica y Sagrado Corazón, así como miembros de las comunidades palestina y judía en Puerto Rico, entre otros líderes comunitarios. Los grandes ausentes, sin embargo, fueron los líderes del Gobierno de Puerto Rico. Ni el Gobernador ni el alcalde de San Juan dijeron presente. Solamente acudieron José Luis Dalmau, presidente del Senado y Aníbal Acevedo Vilá, como ex gobernador.
La misa se extendió durante más de dos horas y fue una celebración de renovación religiosa y patriótica en la que el Arzobispo recordó su larga trayectoria desde Estados Unidos hasta San Juan. Fue el Papa Juan Pablo II quien lo nombró primero como obispo de Corpus Christi en Texas y, luego finalmente a San Juan de Puerto Rico después de haber tenido una larga trayectoria como seminarista, estudiante doctoral y sacerdote en diferentes ciudades de Estados Unidos.
No faltaron en la gran misa las diversas referencias a la Isla Nena de Vieques, donde González Nieves concentró grandes esfuerzos a muy poco tiempo de su nombramiento de aquel entonces, para que la Iglesia Católica participara de forma central y destacada como ocurrió en la lucha contra la Marina en Vieques.