Sobre cómo homenajear a Luis Rafael Sánchez

Foto del FB de Rosabel Otón

Especial para En Rojo

Entre la vorágine de actividades conmemorativas del Fiestón de la Lengua 2023 celebrado en la UPR, en la que se escenificaron varias obras de Luis Rafael Sánchez, en Río Piedras se presentó una breve obra original titulada Homenaje en farsa al autor premiadito, que se volvió a representar durante junio en Río Piedras y en Ponce. Esta obra, representada por estudiantes del curso Comedia del Arte 2, requiere que pausemos para aplaudir el trabajo de los grupos teatreros estudiantiles que son las semillas de las que nacen y se nutre nuestra actividad teatral nacional. El compromiso de estes estudiantes lo atestiguamos al verles entregarse a largas horas de preparación y ensayos nocturnos, que son el único vestigio de lo que otrora fuera una presencial y bulliciosa comunidad universitaria en el recinto riopedrense. En este caso, el corrillo de actores y actrices ensayó entre exámenes, presentaciones para otras clases y, una vez culminado el semestre, continuaron con su compromiso de preparar el espectáculo para el público soñado. Su esfuerzo rindió fruto.

Tomada del FB de Rosabel Otón.

Desde su génesis, esta obra encarna la esencia del corpus de Luis Rafael Sánchez: una intertextualidad rabiosa. Ante la imposibilidad de representar la Farsa del amor compradito, una obra que utiliza los personajes de la Comedia del Arte, Rosabel Otón y GD Prosper Sánchez desarrollaron la idea de utilizar los personajes de la Farsa para crear un homenaje a su autor. En la nueva obra, estos personajes se representan a sí mismos, crítican la obra original y quieren incluir al Doctor en esta nueva presentación. Es a través de este nuevo personaje -que se integra como la voz del Autor- que se confabula el homenaje, a través de la incorporación de parlamentos o extractos de diversas obras de Sánchez. El primer libreto lo redactó Tere Marichal, aunque la obra que finalmente se llevó a escena fue una versión aumentada que incluyó lo que en las redes se ha reconocido como su mayor logro: la incorporación de la extensa obra de Sánchez. Fueron les mismes actores, la directora y el Dr. Prosper Sánchez quienes integraron numerosas porciones que produjeron un texto que incorpora en su cuerpo una carrera de más de 60 años. Para quienes conocemos la extensa obra de Luis Rafael Sánchez, fue una agradable sorpresa el tejido de parlamentos, afirmaciones de su obra ensayística y hasta de su vida personal que se incorporaron para lograr una obra que realmente rinda reconocimiento a las aportaciones de Luis Rafael Sánchez para la cultura boricua y a su defensa de nuestra “lengua española apuertorriqueñada”.

Como pueden imaginarse, esta obra, que dura apenas unos 45 minutos, es un proyecto ambicioso. Construir una obra con los personajes de la Comedia del Arte que aparecen en la Farsa del amor compradito -en constante reencarnación y sátira – a la vez que se actualiza una obra “del siglo pasado”, incorporando coherentemente referencias a Luma, el verano del 19, la pandemia o la venta de Puerto Rico a inversionistas extranjeros, entre otros eventos, requiere unas destrezas de filigrana intertextual que pocas veces vemos en nuestro teatro. Por eso nada más vale la pena experimentar este texto.

Claro, por su naturaleza, no es un texto fácil de representar, especialmente para estudiantes que desconocen la obra de Sánchez o que nunca han visto la puesta en escena de Quíntuples. Si a eso le añadimos que la dimensión de crítica social de esa obra se les ha escapado hasta a actores y directores experimentados, hay que reconocer que la puesta en escena de Otón ha logrado confabular exitosamente la comedia y la tragedia de nuestra vida social que tan incisivamente retrata Luis Rafael Sánchez. De hecho, integrar números musicales a las referencias textuales, trabajo también de Otón Olivieri y Prosper Sánchez, logra añadirle una dimensión adicional que nos transporta, a través de las canciones de nuestra infancia hasta las plenas pregoneras, por ese andamiaje cultural que construye nuestra esencia boricua, personal y colectiva. Quizá una integración más lograda de música, letras y libreto hubiera podido solidificar el entramado intertextual que se proponía, pero igual el público lo disfrutó como un juego de ritmos para complementar la magia bufonesca. En fin, gracias estudiantes por esta nueva maroma sin redes.

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