Un Clementino en Cuba

D12/31/22 Punta Maldonado / La Pocita Piñonez Abrazo Dorado en sanación por Roberto Clemente. En el 50 aniversario de la partida del astro Boricua Roberto Clemente Walker familiares amigos llevaron a cabo el ritual del Belén. Luis Roberto Clemente Zabala coloca ofrenda floral ante un pintura de sr. Padre

 

Especial para En Rojo

Otra grande de la lírica fue la sangermeña, Lola Rodríguez de Tió, que falleció en Cuba en el 1924 y escribió el conocido poema: A Cuba.

…Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas, reciben flores o balas sobre un mismo corazón…

La pintura está en el Museo Bacardí de Santiago.

 

INTRODUCCION

En las pasadas cinco semanas, abril y mayo del 2023, caminamos mucho y a pie para predicar el clementismo en una tierra amada por Roberto Clemente y por tantos puertorriqueños. Nos animaba una fuerza vital, una energía especial, la de Momen y su mensaje universal: “servir a la humanidad es el valor más sublime… es amar al prójimo”.

Quizás en silencio Roberto se manifestó en este mensajero, ya que estamos en la parte alta de la octava entrada y no estamos entrenados para ese maratón.

Creemos fue el Momen-to perfecto para cumplir con una meta de enaltecer a un grande en una hermana y querida Antilla, que podría necesitar un paréntesis y modelo universal de amor para seguir batallando en la vida. Ellos recordaban con reverencia a Roberto aún después de medio siglo de ausencia y de su Inmortalización. Nuestra misión de promover su imagen humana y deportista fue el combustible en una encomienda del mundo espiritual del cual sabemos muy poco. Y como dice “Felo” Ramírez: “lo logró y limpio, como él lo quería”. Un honor para el autor ser su mensajero clementino.

Caminamos mucho en Cuba, llevando ese mensaje clementino: “En la vida servir al prójimo es más importante que servirse”. Usamos el modelo de Clemente como una brújula de vida. En la sociedad contemporánea de la Hermana República, ese servicio comunitario es mayor a otros países, en los que se estila la acumulación de bienes materiales, creando un desbalance social de alto voltaje.

En la foto el amigo Bárbaro Peguero quien nos guio seguros por la Habana muy diligente en su moto.

Uno de los grandes santos de la religión católica es el italiano Francisco del pueblito de Assisi. En La Habana Vieja hay una plaza muy bien restaurada que lleva su nombre. Ese pequeño gigante en el siglo trece reparó esa estructura religiosa y la revolucionó.

Decía Francisco:

Las propiedades y apropiaciones necesitan ejércitos para defenderlas. Los ejércitos engendran la guerra y la guerra engendra la muerte. Nosotros somos de la vida, no de la muerte. Por eso no quiero propiedades…

 

Sobran comentarios, amigo lector.

Clemente, subconscientemente quería ayudar a los hermanos de Nicaragua. Por eso es el atleta más grande del mundo. No ha habido otro que se haya inmortalizado en una misión de caridad. Por tal razón su nombre está en centenares de biografías y obras públicas en el mundo. Aun la humanidad apuesta por el valor de los valores: el Amor al prójimo.

En la Habana Vieja en la gran plaza llamada San Francisco con una estructura histórica dedicada al santo italiano. El bello patio de Teresa de Calcuta es otro detalle de estos dos pobres que son tan grandes que se le dedican cientos de monumentos públicos por su servicio a la humanidad en el mundo entero. Algo en común con nuestro héroe nacional.

UNO DE MUCHOS RÉCORDS

La foto es única como el fotografiado. La fecha es de un mes antes de su Inmortalización en Nicaragua, mientras dirigía el Equipo Nacional de Puerto Rico en el Mundial de Béisbol Aficionado, en el cual Cuba quedó campeón. El equipo de Roberto arribó en séptimo lugar. Quizás es la única foto del Astro en el uniforme de Puerto Rico. Pero siempre llevó la patria troquelada en el alma.

La longevidad y la madurez no coinciden en muchas ocasiones en los deportes. En la natación, la juventud del atleta es imprescindible. A un maduro nadador en la parte alta de la tercera entrada (30-35 años) de la vida no le es fácil competir con otro que está en la parte baja de la primera entrada (15 a 20 años). En el béisbol o pelota, que es lo mismo, pero no se escribe igual, esos mismos atletas podrían competir de tú a tú. Muy probable el de mayor edad y más maduro supere al joven. La madurez cronológica y psicológica casi nunca coinciden en el ser humano, pero todo es relativo en la vida. Nada es absoluto y solo es así para los que creen en el Absoluto.

Lo que es igual no es ventaja. Todo es Relativo. Ambas frases son de la sabiduría popular que enriquecen el béisbol. Dicen que el mejor béisbol se juega en las Grandes Ligas de Estados Unidos y posiblemente no sea el mejor, pero es el de mejores salarios para los obreros del deporte. Esa injusticia balancea la distancia entre los salarios de los ejecutivos y los peloteros, que en una época fueron bien discriminatorias, especialmente con las minorías negras y latinas. En Cuba es de los pocos países que se juega la pelota por amor al arte relativamente.

Roberto Clemente Walker, puertorriqueño negro, que jugó hace más de medio siglo en ese mundo, tiene marcas inigualables. Él estaba en la parte baja de su tercera entrada de la vida (34-38 años) cuando su promedio de bateo en ese circo grande fue .339. Aún no se habían expandido los equipos y la concentración de buenos píchers era bien alta. O sea, que se enfrentó a los mejores lanzadores de la época como el dominicano Juan Marichal y el estadounidense Sandy Koufax. Sus primeros años estuvo debajo de los .300, pero fue madurando. En la relatividad de la pelota, otros blancos, negros y amarillos no lo pudieron superar en un siglo de historia. Descartamos el récord de Ty Cobb por sus trucos en el diamante beisbolero por derecho de autor. O sea, que Roberto era relativamente igual que los demás competidores, pero de diferente edad, color, raza e inspiración patriótica. Los superó en ese departamento del alto promedio de bateo en esos últimos años. Algo contra natura, ya que lo normal es descender y el ascendió.

Pero su madurez sicológica y su inteligencia superior fuera del parque de pelota, su estatura moral, lo elevaron a las alturas cuando un 31 de diciembre del 1972, a las 21 horas y 21 minutos se inmortalizó llevando ayuda material a los hermanos nicaragüenses. Naufragó en su misión terrenal, pero triunfó en la misión espiritual, al convertirse en un modelo de actuación al servicio a la humanidad. Y el que sirve, sirve y ama. Dicho sea de paso, usaba en la Liga de Puerto Rico y con los Piratas de Pittsburgh ese mismo número, el 21, que lo inmortalizó. ¿Quién determinó que se iba a elevar a las alturas en un avión DC-7 a esa misma hora 21? No sabemos nada de la vida y menos de esos otros mundos.

LOS GRANDES DE CUBA

En la visita a la Hermana Antilla, una de las actividades más sensibles fue visitar los grandes de la pelota Cubana. Seres humanos que le dieron gran alegría, salud espiritual y orgullo nacional a la patria de Don José Martí. Algunos ya en la tarde de la vida, un poco olvidados por la vorágine mundial. Visitarlos fue la gran satisfacción de esta quijotada de ese predicador clementino.

La foto fue en la casa de don Antonio en Cienfuegos y tuvo la amabilidad de vestir de uniforme y bate de pelota. Frente al espejo está uno de los trofeos preciados del Gigante. La foto tiene un enigmático significado al reflejar al fotógrafo.

En el bello malecón de Cienfuegos vimos un juego de pelota de jóvenes. Al acercarnos, eran de la Selección de la Universidad de Ciencias Médicas y un equipo local. Entre entradas, el narrador local nos permitió hablar algo de Clemente. Al terminar nos indicó que cerca del parque vivía un grande del equipo nacional de Cuba: don Antonio Muñoz Hernández. Allá fuimos a parar, para saludarlo.

La visita al Gigante del Escambray, don Antonio, fue una delicia. Él reverentemente y con una amabilidad bien sencilla nos recordó al astro puertorriqueño y sus hazañas. Un ser muy humilde, con una sabiduría y pasión de enseñar a los niños el béisbol. Un clementino que continúa el legado de Roberto en Cuba. Nos animó a visitar a otro grande: Armando Capiró, en la Habana. Además, nos permitió entrevistarlo para nuestro programa radial “Así habla un clementino” por Radio Casa Pueblo.

PALMAR DE JUNCO

La foto fue en el Salón de la Fama y Juan Alberto Cow amablemente nos guio detalladamente en el recinto sagrado. Le dedicamos un ejemplar del libro al museo y sus directivos.

Luego en la ciudad de Matanzas y cercano a la bella playa de Varadero, fuimos al histórico Palmar de Junco, por recomendación del amable amigo Luis Daniel Del Risco. En ese lugar pudimos observar el Gran Salón de la Fama de Cuba con fotos históricas y las placas con los nombres de los peloteros exaltados. La capilla sagrada está encabezada por el grande Martín Dihigo. Un recinto de los santos del deporte nacional.

La conversación con el saludable Félix Isasi fue simpatiquísima y gozamos de una de gran alegría por su picardía y actuación expresiva inigualable. Juan Alberto Cow, subadministrador del Salón de la Fama, nos consiguió la presencia del famoso segunda base de la bola escondida. Su gran hazaña ingeniosa, con su bola escondida que sacó al estadounidense Lee Evans en segunda base en un mundial de béisbol aficionado, es una anécdota histórica para Cuba. Félix nos dijo que donde quiera que Fidel lo veía lo llamaba para que repitiese públicamente la hazaña-venganza deportiva de sacar de out al yanki. Una gesta patriótica en el terreno de juego inolvidable para nuestros hermanos cubanos.

Félix, muy astuto, repitió lo que hacía en la series nacionales en varias ocasiones. Luego de un doble de Evans, recibió el relevo del guardabosque, se acercó al pícher y le lanzó la blanca pez griega en vez de la bola, que la dejó en su guante. Se retiró a la segunda base. El pícher hizo el aguaje que tenía la bola y nadie se percató que era Isasi el que la tenía; le gritó y avisó al árbitro cubano: ¡tengo la bola! Claro Evans no sabía español y no se enteró. Al despegarse de la almohadilla, Félix lo fusiló. Evans enfurecido lo trató de patear, pero el cubanito salió a galope para el jardín central buscando refugio. En un mundial aficionado eso era una deshonra para el gringo, que caminó al camerino avergonzado por su torpeza y furioso por la maña del cubano. Nos recordó a dos boricuas similares en la maña, pero grandes como como Isasi: Víctor Pellot Power y el Fogón Boricua: “Canena” Márquez, que acostumbraban a esconder la bola y sazonar a los corredores.

 

EN EL LATINOAMERICANO

Conocimos a Rodolfo Puente y Andrés Mesa en el Estadio Latinoamericano de la Habana. Otros gigantes de la pelota cubana y compartimos en varias ocasiones en el de la capital habanera con ellos. Le obsequiamos un ejemplar dedicado de nuestro libro de Clemente.

La foto es en el Museo del Estadio Latinoamericano de la Habana. De izquierda a derecha está Germán Mesa Fresnedo, gran campocorto cubano, el autor, Presidente de la Federación Cubana de Béisbol, Juan Reinaldo Pérez Pardo y Rodolfo Puente, otro grande del béisbol cubano. La ocasión fue la entrega de una pintura de Clemente, obsequio del autor para dejar la bandera del embajador de Puerto Rico en el mundo, en el Museo del Béisbol de la Habana, como bandera de servicio a la humanidad.

 

PEDRO MEDINA A‎YON

De los primeros deportistas que nos presentaron fue a don Pedro Medina A‎‎‎‎‎‎‎yón, considerado el mejor receptor cubano de todos los tiempos. Nos concedió una entrevista de su carrera deportiva y aún activa. Al presente trabaja en la Comisión Técnica de Béisbol de la Habana y compartimos en varias ocasiones con él. Por 17 años jugó en la liga de Cuba y se consideraba un pelotero con las cinco herramientas como Clemente. Se ha dedicado por 32 años a enseñar a la juventud y principalmente el desarrollo de líderes en el deporte. Él tiene buenos amigos puertorriqueños y nos comentó que ha aprendido mucho de los cáchers de Puerto Rico.

 

PUENTE, DEL PINO, EIZMENDIZ Y DEL RISCO

En nuestra primera visita al Museo del Latino conocimos a cuatro servidores y glorias de la pelota cubana. Rodolfo Puente Zamora fue un gran torpedero de manos elegantes y muy inteligente. Puente nos abrió las puertas del estadio y en todo momento nos atendió como lo hizo en el diamante, con elegancia.

En la foto de izquierda a derecha: Carlos Del Pino, el sonriente Ricardo Eizmeniz y el autor. El Estadio Latinoamericano es el telón de fondo.

Ricardo Eizmendiz fue otro gran amigo del beisbol cubano que dejamos atrás. De verbo fácil, buen carácter y conversador en todo momento nos dirigió en las actividades que se celebraron en el estadio. Su trabajo, luego de estar activo en la pelota, es la fase técnica de la preparación y de evaluar el talento para la selección nacional y todas las categorías del béisbol de Cuba.

Carlos Del Pino Muñoz ha sido un eficiente trabajador de las estadísticas del béisbol de Cuba y quién nos apoyó en todo momento en las visitas al estadio. Su labor a nivel nacional e internacional lo ha elevado a ser un respetado intelectual que vive por y para el béisbol cubano. Un gran honor haber compartido con una persona de su calibre.

Luis Daniel Del Risco del Río fue fundamental en la predicación clementina en la Habana. Su simpatía desde el saque nos llevó a hacer lo que teníamos que hacer. Luis es tesorero de la Federación de Beisbol y fue gran árbitro del deporte. Muy conocedor de los actores de ese teatro en Cuba nos animó en nuestra predicación y presentó a los artistas claves. Su intervención nos llevó a la radio y televisión cubana con el clementismo. El reportaje del excelente periodista Aurelio Pietro Alemán en la televisión cubana fue Luis Daniel su propulsor. Una gran y elegante amigo que floreció en nuestro jardín cubano.

 

SERIE AMISTOSA FEMENINA

Durante nuestro peregrinaje tuvimos la oportunidad de compartir con la delegación, el equipo nacional femenino y las familias entusiastas de apoyo incondicional de Puerto Rico. Una serie amistosa de béisbol femenino nos coronó la predicación clementina. Compartimos con los federativos boricuas y los familiares que acompañaron la delegación. En una ocasión el dirigente y profesor de Puerto Rico, Carlos Ferrer, nos permitió dirigirnos al gran equipo nacional y hablarles de Clemente. Las muchachas muy atentas, exitosas y respetuosas al mensaje clementino se animaron en sus ejecutorias. Les obsequiamos nuestro libro de Roberto en forma digital para su disfrute.

 

ARMANDO CAPIRÓ

La joya de la corona de estas visitas fue en Santiago de las Vegas a don Armando Capiró Lafferté. Este toletero en su parte baja de la séptima entrada y con una salud comprometida, nos narró una anécdota de Clemente, inédita. Capiró en Nicaragua era la atracción cubana en el campeonato mundial aficionado; tenía 24 años. Clemente estaba en sus 38 abriles y era el dirigente del Equipo Nacional de Puerto Rico y de “Pegui” Mercado. Los fanáticos y la prensa querían poner a competir a Clemente y Capiró, ambos por sus famosos brazos. En ese 1972, Cuba quedó campeón del Mundial y Clemente y su novena llegaron séptimos de 16 equipos. Nicaragua fue el único que venció al campeón.

La foto fue tomada en la casa de Capiró, quien nos comentó que estaba mejor de su salud. Su esposa fue muy amable y nos regalaron una bolsa de mangos muy dulces, como ellos.

Capiró se incorporó de su cama en nuestra visita para narrarnos la desconocida anécdota con Clemente. Y citó a Roberto en Nicaragua, cuando los querían poner a tirar con sus potentes brazos a ver quién era mejor y nos dijo palabras sabias del astro boricua:

Los grandes no compiten ni se comparan. Los grandes son grandes y punto.

El verbo de un ser con una sabiduría sobre el nivel. Ese comentario de los labios de un gran cubano de la pelota valió el sacrificio de irlo a visitar en motora con el amigo Bárbaro Peguero. La esposa de Capiró nos regaló lo que tenía, mangós silvestres de exquisito sabor muy parecidos a los mayagüezanos. Los nuestros, en verano, tejen una alfombra amarrilla en Boriquén.

 

SANTIAGO

En el Este de Cuba caminamos un poco y visitamos el buen museo de Bacardí. En el Estadio Guillermón Moncada en Santiago nos entrevistó en la caseta de transmisión de Radio Rebelde, el conocido Rolando Ramos, Jr., narrador de la pelota cubana. Entre inning e inning, del doble juego de los azucareros de Santa Clara y las avispas de Santiago, describimos a Clemente y su legado. Rolando fue tejiendo una clara descripción del libro nuestro y que le habíamos obsequiado. Nos impresionó los comentarios de la estadística de los peloteros en el terreno de juego de Juan Antonio Rivas que por medio siglo las ha llevado a lápiz y papel sin computadora ni calculadora. Un genio ambulante de la estadística. Otro nuevo descubrimiento fue el árbitro principal del juego, era una dama, Milay Barreras, que junto a otras cinco féminas hacen valer las reglas del juego y rompen barreras de un deporte muy conservador.

En la Plaza de Marte en la ciudad hay una piña y un salón de juegos donde se reúnen los deportistas a dialogar. Allí conocimos y le obsequiamos el libro de Clemente digital a Yoandris Charón y Jesús Ángel, con quién dialogamos del béisbol y de Clemente.

Durante cinco semanas predicamos el clementismo a diestra y siniestra en donde la pelota es el deporte nacional y la Palma Real su árbol nacional. La recepción en general fue bien respetuosa y amable. En Cuba se conoce a Roberto por su hazaña humanitaria, no tanto por sus detalles del atletismo beisbolero.

 

MENTE SANA, CUERPO SANO

En la época de Roberto esa era una consigna generacional. Él la predicó y la troqueló en su ética de trabajo. Nunca fumó ni bebió. Su modelaje era importante pues se cuidaba de no causar escándalo. En su último homenaje recibido de un empresario de la televisión, Osvaldo Agüeros y su programa de premiación, Clemente les dijo a los periodistas presentes: “Cuídense de no causar escándalo a los jóvenes”, palabras de oro un poco olvidadas por la prensa de hoy. Por eso su récord de .339 es único en sus últimos cuatro años. Tenía un cuerpo de 25 y pudo jugar varias temporadas adicionales en ese circo grande, porque se cuidó.

 

EDUCACIÓN A LA JUVENTUD

 

Su gran sueño: una Ciudad Deportiva, lugar donde el deporte era el rey y las familias pudiesen unirse y amarse. El deporte y la música une a los pueblos, lo demás polariza. Roberto estaba claramente iluminado. Su legado lo siguen muchos grandes deportistas como lo hace el Gigante del Escambray, don Antonio Muñoz. En Puerto Rico son muchos que lo hacen sin saber que fue un gran deseo de Roberto. Educar es un valor universal, el buen maestro es un apóstol y patriota noble que baja su humanidad al nivel del alumno. La foto de la página anterior, inédita, de Roberto cuatro días antes de su partida, en Arecibo, es inefable. Un grande sentado a los pies de unos niños. Si supiéramos imitarlo seríamos mas felices.

La visita a Cuba es histórica para el autor, pues en la octava entrada de la vida, predicar el clementismo es una hazaña quizás nunca realizada. La satisfacción y el gran cariño de los hermanos cubanos es nuestra recompensa. La compartimos por amor y no por orgullo personal, por la trascendencia del mensaje clementino al mundo.

 

 

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