Cine de mujeres 2023-Parte 1

 

 

En Rojo

En los años que asistí al Festival de Films du Monde de Montreal, siempre destacaba una sección al cine de mujeres directoras porque su participación era numerosa en todas las categorías y me intrigaba lo que hacían en sus respectivos países. Así pude conocer en sus conferencias de prensa las propuestas de Margarethe von Trotta, Rakhshãn Banietemad, Sarah Polley, Deepa Mehta, Patricia Rozema, Icíar Bollaín, Isabel Coixet y muchas otras. En Puerto Rico, este año nos honró Glorimar Marrero en largometraje de ficción con La pesera y Sonia Fritz en documental con Voces de pasión. Los siguientes filmes vienen de diversas plataformas y de salas de cine.

Tótem: Directora y guionista: Lila Avilés; cinematógrafo: Diego Tenorio; elenco: Naíma Sentíes, Montserrat Marañón, Marisol Gasé, Saori Gurza, Mateo García, Teresa Sánchez, Iazua Larios

La directora y guionista ya nos había sorprendido con La camarista en 2018 y ahora, con un estilo muy similar al presentar sus personajes y los detalles que componen la vida diaria, nos adentra en la intimidad de una familia muy conocida por parecerse tanto a las nuestras. Tótem—con su simbolismo e historia—recoge el diario devenir de una familia que comparte espacios, sentimientos, preocupaciones, alegrías y celebra, a pesar de lo que pueda parecer demasiado difícil de aceptar, el lazo que los une y que puede a veces imponer y otras igualar. La protagonista y, sin saberlo, la observadora/narradora, es Sol (Naíma Sentíes) de siete años que va de la intimidad con su madre a acomodarse a la familia extendida que viene a celebrar el cumpleaños de su padre, Tonatiuh. En la casa familiar hay cabida para todxs, aunque a veces haya roces y las voces se alteren. La directora logra, a través de conversaciones que se cruzan, desarrollar cada uno de los miembros de la familia sin nadie tener que explicar por qué son como son: si gritan, lloran, regañan, se quejan o susurran. Sol y nosotrxs pasamos el día en la casa familiar, en espera de la gran celebración entre familia y amigxs y la aparición de Tonatiuh para cada unx expresar su afecto. La directora logra hacernos parte de las preocupaciones de la familia y, a la misma vez, asumir su actitud de que lo que es un problema ahora, puede tener una solución luego. Nunca hay que desesperarse porque tenemos que lidiar día a día con lo que nos rodea. Eso es vivir. Aunque descubrimos las historias de cada unx de lxs miembrxs de la familia, la intimidad, suavidad y humanidad de Tonatiuh (Mateo García) y su cuidadora, Cruz (Teresa Sánchez), son ejemplo de un acercamiento minimalista que revela tanto de ellxs y nosotrxs. Tótem está en la lista de semifinalistas para el Oscar en la categoría de Cine Internacional en representación de México. Ganó el Premio Ecuménico en el Festival de Berlín y participa en los premios del Independent Spirit.

Anatomy of a Fall : Directora: Justine Triet; autorxs: Justine Triet y Arthur Harari; cinematógrafo: Simon Beaufils; elenco: Sandra Hüller, Swann Arlaud, Milo Machado Maleski, Antoine Reinartz

Lo que en un principio parece ser un lugar encantado—casa de madera de varios niveles en el medio de un bosque que se aproxima a un río, todo cubierto de nieve y casi despoblado—se convierte en la escena de un crimen o accidente que no se logra esclarecer hasta casi un año después. Mientras tanto recibimos detalles, pertinentes o no—como resultado de los interrogatorios de la policía a los miembros de la familia y luego con el abogado de la defensa—que serán presentados y explicados en el juicio al que se somete a la acusada. Para encontrar una verdad aceptable para la esfera de la justicia y al público en general, ya que esta familia vivía aislada de la pequeña comunidad, se investiga las relaciones matrimoniales, la competencia académica entre la pareja, sus diferencias lingüísticas y culturales. Sin duda, para nosotrxs lxs espectadorxs, el público presente en la corte y la juez y el jurado que atiende el caso, lo que más tiene peso son los testimonios de Sandra Voyter (Sandra Hüller) y su hijo pequeño, Daniel (Milo Machado Maleski). Es a ellos que la cámara persigue y se detiene en cada uno de sus gestos, casi como para leer sus pensamientos. Así encontramos detalles de las dificultades de mantener una relación entre pareja que parece llena de resentimientos por no seguir siendo el imaginario de cuando se conocieron, de cómo lidiar con accidentes que afectan la vida de todxs, de no sobresalir demasiado para no crear celos profesionales, de aceptar vivir en un lugar apartado sin redes afectivas. Y, como en Tótem, son los ojos de un niñx los filtros de la verdad, la percepción y el amor incondicional. El filme ganó el Palm d’Or de dirección en Cannes, seis de los premios principales de los Premios Europeos, un Gotham Award, dos Golden Globes y el premio por Mejor Filme por y sobre una mujer del Women’s Film Critics Circle (WFCC).

A Thousand and One: Directora y guionista: A.V. Rockwell; cinematógrafo Eric Yue; elenco: Teyena Taylor, Aaron Kingsley Adetola, Aven Courtney, Josiah Cross, William Catlett, Terri Abney, Delissa Reynolds, Emmy Harrington

Lxs actorxs pueden ser cantantes, bailarinxs, performerxs, comediantes stand-up, modelxs, coreográfxs, pero cuando lxs veo en un filme, interpretando personajes, son solamente eso: intérpretes de una historia que contar. Cuando vi a David Bowie en The Hunger (1983), me fascinó su presencia dramática sin saber que su fama venía de la música. La actuación transforma a las personas y por eso la satisfacción de convertirse en tantos personajes. Teyena Taylor interpreta a Inez de la Paz, una mujer joven, conocedora de la calle, la cárcel y las leyes que insisten en mantenerla “en su lugar”.  Aunque luego compartirá el constante close-up de la cámara de Eric Yue con Terry, su hijo, en sus tres etapas de crecimiento (Aaron Kingsley Adetola, Aven Courtney, Josiah Cross), es a Inez a la que acompañamos a volver a acostumbrarse a su vecindario, conseguir empleo y vivienda y, por su cuenta, rescatar a su hijo de las casas de acogida del Departamento de Servicios Sociales de la ciudad. Inez no se doblega en su intento de normalizar su vida y si eso significa mentir y utilizar a otrxs, que así sea. Ningún trabajo es poca cosa para ella y asegurar una vivienda es su prioridad. Cuando se re encuentra con Lucky (William Catlett), ve la posibilidad de formar una familia y así darle más estabilidad a Terry. Durante todo el crecimiento de Terry, vemos a una mujer que no se da por vencida, que se mantiene firme en sus convicciones y que ama intensamente y nunca ve los ajustes y sacrificios que tiene que hacer como una imposición. Logra crecer, cuidar y proveer sin amargarse la vida ni culpar a nadie. El filme ganó el premio de drama en el Festival de Sundance y fue nominada para el WFCC como mejor filme de mujeres y mejor actora.

Saltburn: Directora y autora: Emerald Fennell; cinematógrafo: Linus Sandgren; elenco: Barry Keoghan, Jacob Elordi, Archie Madekwe, Sadie Soverall, Richard E. Grant, Rosamund Pike, Carey Mulligan, Alison Oliver

En el anterior filme de Emeral Fennell, A Promising Young Woman (2020), coincido con los críticos, que no se cansan de alabarlo, en que es un filme como un “thriller” de comedia oscura que significa que se darán situaciones al parecer absurdas y que la reacción de los espectadores se moverá de algo de carcajadas, sonrisas por lo inverosímil de algunas escenas, asombro de la posibilidad de llegar a la violación y el crimen y cuestionar la posibilidad de que lo presentado pueda suceder. Diferente a Promising, el personaje central de Saltburn es Oliver Quick (Barry Keoghan), estudiante becado de una universidad élite (Oxford) que al parecer, está dispuesto a humillarse para ser parte del grupo privilegiado. Diferente al personaje de Carey Mulligan en Promising, Oliver no se destaca por nada y no tenemos ninguna información de quién es o lo que quiere lograr. Eso hace que la trama casi se estanque en lo que llegamos a la 2nda parte de la historia: la invitación del hermoso y muy rico compañero de clase, Felix Catton (Jacob Elordi) a pasar sus vacaciones en Saltburn, su estancia. Allí tendremos que soportar los intercambios cínicos con aire de superioridad de la familia Catton y sus amistades. Al parecer, Oliver no se inmuta con los insultos y humillaciones que tiene que aguantar ya que tiene la seguridad falsa (por lo menos, así lo creemos) de que conquistará el respeto y afecto de la familia. De ahí en adelante, la historia se vuelve absurdamente “gótica” con sangrados, envenenamientos, puñaladas y desapariciones: “Not my cup of tea”. Pertenezco a esa minoría de críticos que no cree que este filme es una sensación y que las actuaciones son admirables.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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