China espiando desde Cuba: ¿La nueva invención de Washington?

Corresponsal de CLARIDAD

 

La Habana, Cuba-En un nuevo capítulo de tensiones diplomáticas derivadas de informes confusos y presuntas fuentes fuentes de inteligencia, medios de prensa en Estados Unidos ha acusado a Cuba y a China de estar conspirando para instalar una supuesta base de espionaje china en suelo cubano.

Según el periódico estadounidense The Wall Street Journal (WSJ), Pekín y La Habana habrían alcanzado un acuerdo, alta suma de dinero mediante, para emplazar en Cuba sofisticados equipos y tecnología china orientados a recabar inteligencia sobre Estados Unidos.

“China y Cuba han llegado a un acuerdo secreto para que China establezca una instalación de espionaje electrónico en la isla, en un nuevo y descarado desafío geopolítico de Pekín a Estados Unidos”, leía el artículo titulado ´Cuba albergará base secreta de espionaje chino enfocada en EE.UU.´, publicado el pasado 8 de junio en la gaceta oficial del mundo financiero norteamericano.

La fuente, como se ha vuelto uso y costumbre en ciertas agencias, se adjudicó a “funcionarios estadounidenses familiarizados con inteligencia altamente clasificada”, según el diario.

La información publicada por el WSJ, aunque altamente sospechosa por la falta de datos fiables y la práctica cada vez más extendida en la prensa estadounidense de citar fuentes anónimas, fue replicada con particular velocidad entre los medios corporativos occidentales, que no tardaron en condenar a China, por tal atrevimiento, y a Cuba, por dejarse influenciar.

Apenas horas después de la publicación del artículo, el gobierno de La Habana desmintió la información y la catalogó de “totalmente mendaz e infundada”.

“Calumnias de este tipo se han fabricado con frecuencia por funcionarios estadounidenses […] Todas son falacias promovidas con la pérfida intención de justificar el recrudecimiento sin precedentes del bloqueo”, subrayó en una rueda de prensa, el viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío.

Pero a pesar del rechazo de las autoridades cubanas, los señalamientos han venido bien para un sector de la política estadounidense hábida de una retórica de este tipo para justificar un ataque a las relaciones con China y, de paso, también con Cuba.

Ante las interrogantes que suscitó el WSJ, el propio Pentágono debió admitir que no tenía información para sustentar dichas afirmaciones.

“Basado en la información que tenemos, puedo decirles que no es precisa, que no estamos al tanto de que China y Cuba estén desarrollando un nuevo tipo de estación de espionaje”, respondió a la Prensa el portavoz de esa agencia, Patrick Ryder.

En sucesivas publicaciones, sin embargo, el medio estadounidense ha insistido en tales acusaciones y en uno de sus más recientes artículos señaló además a Pekín y La Habana de lograr un acuerdo para establecer una base de entrenamiento de tropas chinas en Cuba.

INCREDULIDAD ENTRE LOS CUBANOS

Para los cubanos y cubanas, la noticia del WSJ sobre la supuesta base de espionaje china en su país no es más que una nueva historia de los Estados Unidos para afectar, una vez más, las relaciones con Cuba.

Siguiendo los “datos” del periódico estadounidense, que indican que el centro de inteligencia chino estaría en la localidad de Bejucal, a las afueras de La Habana, Claridad viajó hasta ese municipio para preguntar a sus residentes su opinión sobre las acusaciones.

“Lo leí en las noticias y cuando mencionaron el municipio donde yo vivo, me sorprendió porque realmente cerca de aquí yo no veo nada de militares y no sé de qué manera hicieron eso que uno no vio nada. Yo me sorprendí realmente”, dijo a CLARIDAD una de las residentes con las que hablamos. Como ella, ciudadanos coinciden en que la noticia es una invención de las autoridades estadounidenses. “Cuando ellos comienzan a difundir esto, algún motivo tienen. Sabrá Dios que inventan después. Porque de los ataques sónicos no pudieron comprobar nada”.

En 2017, la administración del entonces presidente Donald Trump acusó a Cuba de atacar con armas sónicas a sus funcionarios en la Embajada de La Habana. Más de cinco años después, Washington ni los servicios de inteligencia de EE.UU. han sido capaces de dar pruebas sustanciales sobre lo ocurrido. De aquel suceso poco habla ya la Casa Blanca, pero en su momento las acusaciones sirvieron de pretexto para romper las recién restablecidas relaciones bilaterales.

Con esa experiencia en mente, otros vecinos de Bejucal afirman que “tal vez lo que [los Estados Unidos] están buscando es volver a romper relaciones [con Cuba]. Algún objetivo tienen y solo ellos lo saben.”

 “Como pasó con los ataques sónicos esos, que ni existen, ni hay cómo explicarlos. Es algo extraño, de ciencia ficción, novelesco, extraño”, reafirma una ciudadana nacida y criada en ese municipio.

En su cuenta en Twitter, de Cossío añadía a su denuncia que es “difícil de creer que las agencias de inteligencia estadounidenses sean tan incompetentes que una farsa como esta sea avalada sin la menor evidencia o pista”, a la vez que señalaba a Washington de “inventar acusaciones deshonestas”.

Mientras tanto, en Bejucal, los vecinos afirman que “al final no ganan nada con asustarnos con cosas que no tienen credibilidad”.

 

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