Editorial: Estudiantes de la UPR: un gran ejemplo para el País

 

La historia moderna y contemporánea de nuestro país ha sido marcada en sus fundamentos por la Universidad de Puerto Rico (UPR), la institución académica productora de varias generaciones de profesionales que han ejercido su liderazgo y dejado su impronta en todos los ámbitos de la sociedad puertorriqueña. La producción académica, intelectual y científica atribuible a la UPR no tiene punto de comparación con la de ninguna otra institución de educación superior en nuestro país. Por eso, su nombre genera orgullo, lealtad y un sentido de pertenencia muy grande entre miles de sus egresados, y también es blanco de críticas y dardos envenenados por sectores del país que, no solo la miran como una competidora comercial de las instituciones de educación superior privadas, sino también como un centro de activismo intelectual, político y social que atenta contra los intereses de quienes prefieren un país adormecido, que no cuestione los supuestos del sistema imperante, y mucho menos que se movilice para confrontarlos.

Entre todos los sectores que conforman la UPR, ninguno la defiende más que los estudiantes. Y así ha sido a lo largo de toda su historia, y es hoy también ante la más reciente embestida del régimen colonial-capitalista que nos ahoga, ahora en su modalidad más rapaz y despiadada: el capitalismo neoliberal. Por eso, en esta coyuntura, cuando el gobierno de Pierluisi y el liderato legislativo hacen causa común con la Junta de Control Fiscal (JCF) y el Tribunal imperiales para privilegiar una vez más a los mercaderes de Wall Street e imponerle a Puerto Rico un Plan de Ajuste de Deuda (PAD), como una piedra al cuello de nuestras próximas generaciones por cuarenta años más, las y los estudiantes de la UPR se han ido en paro para defender la integridad de la universidad pública. Además de protestar por la imposición del PAD, los estudiantes piden servicios. Reclaman que se reanuden las clases presenciales, que se reabran cursos y programas cancelados, que se descongelen plazas permanentes de claustrales y se atienda la crisis de los llamados profesores adjuntos, los cuales poseen altos grados académicos pero son mantenidos en incertidumbre laboral extrema. Todos estos son aspectos que han comprometido la calidad de la enseñanza y afectado el clima de estudios e investigación en la UPR, y son el resultado directo de los recortes decretados por la JCF al presupuesto de la institución, junto a otras medidas de austeridad y ajuste también impuestos por el ente fiscal federal. El estrangulamiento de la JCF a las finanzas de la UPR es la verdadera razón de la crisis universitaria, y no las protestas de los estudiantes.

Para entender la crisis en que se encuentran Puerto Rico y su Universidad, examinemos el contexto. La ideología neoliberal es altamente individualista y anti intelectual.  No aprecia el conocimiento si no es utilitario. No aprecia el trabajo si su producto no es tangible y puede venderse. Tampoco el arte ni la cultura, a menos que también sean mercadeables. La única fe de la ideología neoliberal son las reglas del “mercado”. Por eso, sus líderes no le dan valor a las inversiones sociales, como lo son la educación y los servicios públicos. Estos se consideran como gastos exagerados que la sociedad no tiene por qué garantizar, y mucho menos de forma subsidiada o gratuita. Esta es la ideología hegemónica en el mundo capitalista en estos momentos, y sus efectos globales son apreciables en la enorme brecha de desigualdad social y económica, el empobrecimiento generalizado de las poblaciones, las grandes oleadas migratorias, la marginalidad y la violencia crecientes en la mayoría de las sociedades del mundo. En Puerto Rico, la ideología neoliberal coexiste con el coloniaje, la peor y más retrógrada forma de dominación, porque priva a nuestro país de la soberanía política que nos permitiría reorganizar nuestra sociedad por nosotros mismos, y romper con el ciclo actual de extrema vulnerabilidad y dependencia de la metrópolis estadounidense. Recordemos que Estados Unidos es hoy el principal exponente del neoliberalismo mundial.

Este es el conjunto de males que hoy denuncian y desafían valientemente las y los estudiantes de la UPR, como aliados de los millones de otros estudiantes que, en distintos países, se lanzan a las calles a defender sus derechos y sus instituciones. Por eso, en lugar de críticas y dardos venenosos, nuestros estudiantes de la UPR merecen el reconocimiento y la gratitud del pueblo puertorriqueño por su ejemplar despliegue de dignidad y conciencia social.

 

 

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