e.s. ortiz-gonzález

 

 

El mundo es una embajada

El mundo es un embajada

de palomas y tigres

aparte, el ruiseñor.

En su vuelo está el origen,

y la apertura entre reinos.

Cuando hunde el pico

en la fuente lo hace tal y como

las vestales consultan

el oráculo,

y con ojo poseso

dan a conocer el presagio.

Toda vez que un ruiseñor

se acerca a la fuente

me quedo quieto, y cuando

ya convencido apuesto que al fin

la muerte hace presencia

en sus alas,

de un salto levanta vuelo.

Queda el agua esparciendo

mi rostro

en ondas concéntricas.

El canto que escucho

es el de la renuncia.

 

 

Ante el Foro, 500 A.C.

 

Ante este Foro comparezco

para solicitar el poner fin a mi vida.

Mi hogar disfruta de una economía

próspera. Mis bestias y esclavos

están bien cuidados.

Mi reputación no

tiene malgasto alguno,

y este Foro ha escuchado

mi prudente consejo cuando se debate

el porqué de una ley.

Las Furias nunca han sufrido enojo por

algún impropio proceder de mi parte,

puesto que mi mano

nunca fue esquiva para

quien suplicara hospedaje.

Vivir, sin embargo, se me ha vuelto

aborrecible. He bebido

la copa de la vida, y en mi vejez

no deseo otra que no sea la de mi muerte.

Ante ustedes, con mano abierta comparezco.

Mis arreglos fúnebres

están listos.

Cubran mis cabellos

de flores.

Sea dispensada

la dulce cicuta.

 

 

 

 

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