Las ciudades-estado como propuesta independentista: De Salzburgo a Buen Consejo

Hace casi medio siglo la Editorial de la Universidad de Puerto Rico publicó, The City of Man (The Duke of Buen Consejo) de Leopold Kohr. En 1976 generó bastante debate. Sin embargo, este profesor nacido en Salzburgo, afincado en Puerto Rico desde 1955 hasta 1973, llevaba décadas proponiendo que “lo pequeño es hermoso”. La frase fue utilizada por uno de sus discípulos E.M. Schumacher para su libro Small is Beautiful: A Study of Economics As If People Matters.

Kohr, por supuesto, publicó los suyos y son grandes aportaciones a la discusión teórica, filosófica y política. Su libro más discutido es The Breakdown of Nations,  junto a The overdeveloped nations y a finales de los años 60 fue escribiendo Development without aid.

Cerca del final de su vida recibió el Right Livelihood Award, llamado el Premio Nobel Alternativo, “por su temprana inspiración del movimiento por una escala humana”.

Esa escala humana a la que se refiere se explicita en el libro que mencionamos al inicio de esta nota. En The City of Man hace propuestas fundadas en los habitantes de las ciudades como la prioridad. Belleza descentralizada y no la industria; soluciones polinucleares a la congestión mononuclear; metrópolis como federación de ciudades; autonomía política de las municipalidades; la nación como federación de ciudades estado; el tabú de la belleza en el debate utilitario; medidas arquetípicas; belleza, funcionalidad y proporción, son algunos de los temas y conceptos discutidos en apenas 75 páginas.

Llama la atención que el libro incluye además una ponencia del profesor Kohr ante la Comisión de los Estados Unidos y Puerto Rico sobre el status de Puerto Rico. Para la creación de esa Comisión se había aprobado legislación en el Congreso y en la asamblea legislativa  del ELA. El origen de aquel proceso fue un intercambio de cartas entre John F. Kennedy y el gobernador de Puerto Rico, Luis Muñoz Marín, que se habría dado a la publicidad el 25 de julio de 1962 cuando se conmemoraba el décimo aniversario del ELA.  La muerte de Kennedy en 1963 no fue obstáculo para que se continuara con aquel asunto.

Se celebraron vistas públicas en San Juan desde mayo a diciembre de 1965 con testimonios que se dividieron en tres categorías: jurídicas y constitucionales; sociales y culturales y, por último, las económicas. Presidió la comisión James H. Rowe Jr. quien había lidereado la organización de la Rama Ejecutiva del Gobierno norteamericano en a administración de Hoover y que también fue asesor legal de Lyndon B. Johnson y Hubert Humphrey. Kohr, profesor de economía y planificación, presentó su ponencia Federation of Puerto Rican City-States (Federación Puertorriqueña de ciudades-estado) que no eran otra cosa que una ramificación y desarrollo de las ideas expuestas en The City of Man.

La propuesta de Leopold Kohr suponía cambiar la pregunta de si Puerto Rico podría independizarse de los EEUU por cómo debería funcionar la economía de una isla independiente. Para el economista, la dependencia con respecto al mercado norteamericano empobrecía al país. Sin embargo, tampoco veía como una panacea un mercado caribeño, o panamericano, “puesto que la dependencia, obviamente, no disminuye aumentando el número de sus columnas de apoyo, del mismo modo que la deuda no disminuye repartiéndola entre un mayor número de  acreedores, o la subordinación se hace más dulce al tener un número mayor de amos”.

El libro, y la ponencia, son perfectamente válidos como argumentos en el día de hoy. Uno de los planteamientos de Kohr es que Puerto Rico, para su supervivencia, necesita el control sobre el transporte y un arreglo estructural de toda la parafernalia costosa que la dependencia exterior supone. Además, dice Kohr, la autosostenibilidad podría conseguirse disolviendo la estructura política centralizada a cambio de una federación de quizás “20 o 30 ciudades autónomas entre la montaña y la costa”.

Por supuesto, el libro del distinguido profesor austriaco es mucho más hermoso y lúcido que lo que estas notas puedan argüir. Solo señalo el interés histórico de esa ponencia ante una (otra) comisión de status. Es un deleite leer las preguntas que le hiciera a Kohr el fundador del PIP, Gilberto Concepción de Gracia. Un interesante diálogo sobre la necesidad económica y humana de la independencia. También son reveladoras las dos palabras de Luis A. Ferré: “No questions” o las de García Méndez para quien el testimonio de Kohr fue “refrescante como el rocío” y le recordó “la Arcadia de Longfellow”.

En fin, es un pequeño libro hermoso, The City of Man (The Duke of Buen Consejo). Cualquiera que piense en la democracia, en las bondades de la vida a escala humana y en el desarrollo sustentable debería leerlo. La obra completa de este sabio que trabajó por casi dos décadas en la isla, y que es inspiración de muchos economistas y filósofos contemporáneos, es una lectura obligada. Sobre todo hoy, cuando nuestra precariedad como isla dependiente se hace evidente y los desastres naturales nos señalan en dirección a los desastres de intentar el desarrollo sin tomar en consideración la escala humana.

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