No al muro: Ideología y “apps”

El diseñador de aplicaciones y videojuegos, Carlos Marcial Torres ha recibido centenares de mensajes de odio en la última semana. Es una buena señal. La derecha pro-Trump ha visto su “Stop de Wall”, una app para móvil a partir de una breve reseña en Breitbart News. Breitbart es el sitio de noticias de lo que se ha dado en llamar la “derecha alternativa” y su director durante cuatro años fue director de estrategia de la Administración Trump. Por supuesto, no nos interesa esa plataforma fascista sino el trabajo del profesor puertorriqueño que allí se menciona.

Torres creó la aplicación en la que el jugador trata por todos los medios de impedir la construcción del muro en la frontera con México. Usted puede evitar que la fantasía delirante de Donald Trump se haga realidad. Está claro que esa fantasía recibe sustento de medios corporativos, el Partido Republicano y 58 millones de votantes. Es como si el delirio se hubiera insertado en el disco duro de millones de cerebros a través de otras aplicaciones. Esa preeminencia de lo mediático es obvia y así comienza StopTheWall: “Welcome to the world of the media”.

El boricua, nacido en México, ha leído algunas de las reacciones de esa derecha en los medios corporativos y, sobre todo, en Breitbart. Señala que se trata del consabido racismo, y el hecho de ser puertorriqueño ha exacerbado las reacciones. Cuando se enteran de que es profesor de historia, teoría y crítica de cine en el Tecnológico de Monterrey, la confusión entre los lectores de medios de derecha se hace mayor. Tú sabes, en esta parte del mundo (Latinoamérica y el Caribe) la gente no se supone que piense. Así que al racismo se suma el antintelectualismo que domina a la sociedad norteamericana. Por otro lado “que un gringo tome la decisión final e inapelable de que Puerto Rico no puede ser un estado de los EEUU es un triunfo total”. Así lo han expresado algunos en la sección de comentarios de Breitbart.

Mediante el desarrollo de este tipo de aplicaciones y juegos con conciencia social, Torres intenta ingresar en el aspecto de una cierta educación política usando los medios del “enemigo”. Aunque la aplicación se puede conseguir de manera gratuita a través de Apple Store y Google Play, la versión pagada es la que prefieren los que escriben comentarios de odio. De modo que usan su dinero para ayudar a cumplir un sueño de Carlos, crear una compañia de juegos y aplicaciones políticas. “Se trata de expropiación digital. Ellos ni se enteran”

La creación y diseño de aplicaciones forma parte, además, de una postura racional con respecto a la importancia y pertinencia de la tecnología de medios, informática y ocio en nuestro entorno. En Puerto Rico hay miles de usuarios de aplicaciones y juegos especialmente diseñados para móvil. Para el profesor, lo urgente es que se pase a producir y diseñar. Señala por ejemplo que en Cuba y en Bolivia se desarrollan más videojuegos y aplicaciones que en la isla. En Bolivia, por ejemplo, hay unos 4 millones de dispositivos móviles conectados a Internet. Se trata de una industria incipiente que ha generado creadores que han ganado premios internacionales. En Cuba videojuegos como “La Neurona” fueron creados por esfuerzos conjuntos de la Universidad de las Ciencias Informáticas, Desoft y los Estudios de Animación del ICAIC. Se trata de aplicaciones con arraigo en la población. Pero si usted quiere ver el trabajo que se hace en Cuba relacionado con tecnología, cultura y sociedad, tiene que acceder a Cachivache Media.

En México, donde vive Torres, se encuentra una de las empresas más exitosas de latinoamérica, Kokonut Studio, que se inició diseñando páginas para internet y se transformó en un proyecto empresarial hace poco más de un lustro. Sky Hero es la app más conocida y recientemente crearon “El Chavo Kart”.

Puerto Rico, a pesar de contar con una infraestructura digital que puede considerarse mejor, la producción de aplicaciones y videojuegos se encuentra rezagada con respecto a estos países. ¿Por qué?: “Probablemente porque la colonia es una mala programación. Imita. No hay un código limpio. Hay que cambiar esa programación y crear un código con menos línea, más eficiente”, dice, echando mano a la analogía tecnológica.

Carlos entro a la UPR a estudiar literatura comparada. Luego en un bachillerato interdisciplinario añadió estudios de cine y cursos en la Escuela de Comunicación. Realizó cortometrajes por su cuenta. De ahí decidió marcharse a hacer su maestría en Londres y en una prestigiosa escuela de drama se especializó en dirección de cine. Mientras tanto, en la capital de Inglaterra, se alimentó de sandwiches todos los días. Agradece además la solidaridad de un exiliado chileno que le permitió vivir sin demasiados gastos ni sufrimientos.

Torres regresó a trabajar a la isla y realizó varios proyectos publicitarios. Sin embargo, aprovechó su amor por México y se lanzó a vivir en ese país con sus ahorros. Apareció la oportunidad de trabajar en el Tecnológico de Monterrey y solicitó, sin demasiadas esperanzas, pensando en que necesitaba alguna ayuda de funcionarios o amigos dentro de la institución. Se equivocó. Consiguió la plaza y es profesor de dirección de cine, actuación para cine y otras argucias.

Para quien fuera estudiante de literatura por su afición a las narraciones (y aspirando a ser escritor) el cine provee espacio para narrar. Y los videojuegos no son otra cosa que un medio alternativo de contar. “Quería narrar. Instalé un programa de edición en mi computadora y a partir de mi formación en literatura, la teoría que aprendí en la UPR, de aprender lo técnico en You Tube como buen millenial, hice mis primeros trabajos. Cortometrajes. Eso gracias a esa relativa democratización de la información que permite la tecnología actual. Mi interés por la ciencia ficción me llevó a aprender a hacer mis propios efectos especiales”

“Creé una empresa, en desarrollo, Obxidiana, con la que pretendo explorar nuevas formas de narrar, utilizar los recursos interactivos, la programación para explorar medios narrativos que tengan un buen soporte estético y un contenido social y político. Para mí eso es imprescindible, ese contenido político. No es arte por el arte mismo. Creo que eso no existe. Además todos los que hemos leído algo de Aristóteles sabemos que el hombre es un animal político. El hombre y el animal, por naturaleza son sociales, pero solo el hombre es político y unos más animales que otros”.

El profesor, que aclara que nunca ha sido un gamer, propone entonces crear juegos políticos que tengan y propongan compromiso y sensibilidad. Los juegos en general pueden centrarse en la fantasía. Sin embargo muchos de ellos son realmente ideológicos. Comenta que existe un juego en el que el jugador es un mercenario que busca atrapar y matar a Fidel. El first-person shooter, un género del video juego centrado en un arma individual en contexto de combate, culmina encontrando al fallecido líder cubano que se encuentra acompañado por una prostituta y la usa de escudo humano. Ideológicamente terrible. Entonces ¿por qué no crear videojuegos de otra índole? “¿Te imaginas un videojuego tipo Mario en el que Ricky Roselló salta y brinca obstáculos para llegar a la estadidad y esta se aleja siempre? ¿Un juego en el que Filiberto esté defendiéndose de sus doscientos atacantes en Plan Bonito?”

Ciertamente, los videojuegos pueden ser interpretados como armas ideológicas. En muchos de ellos, las referencias reales (políticas, históricas, demográficas) se hallan entremezcladas con pura ficción especulativa que coincide, no de manera inocente, con la celebración de poderes absolutos entregados a agentes dormidos del gobierno norteamericano que toman las calles para combatir el terror. En ninguno de ellos se defiende una sociedad, una cultura o a ciudadanos. Generalmente se defienden propiedades, o el propio poder absoluto.

¿Es hora de crear apps y juegos con conciencia política y social? ¿Diseñar para la solidaridad, la defensa de la tierra y el mar, y los ciudadanos? Hace rato que es tiempo. Carlos Marcial Torres es uno de esos nuevos creadores. Por supuesto, ha recibido los insultos esperados de la derecha alternativa, que no es otra cosa que la derecha de siempre, racista y xenófoba. Lo importante es que ha recibido el apoyo inmenso de los miles de personas en todo el mundo. De Asia a Europa, de México a Puerto Rico.

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