Nuestra alma es indígena

 

 

Especial para En Rojo

Según la Agenda Latino-americana Mundial, el 19 de abril es considerado El día interamericano de los pueblos indígenas.  Ligado a este tema, en Brasil, el Consejo Indigenista Misionero (CIMI), organismo de la Conferencia de los Obispos Católicos de Brasil, propone actividades que duran toda una semana. En ese año de 2024, el tema escogido para esa Semana de los Pueblos Indígenas fue la consigna  “somos todos y todas familiares”. El lema es una palabra del Nuevo Testamento: “Motivos de nuestra esperanza” (Cf. 1 Pedro 3, 15).

De hecho, los indígenas se saludan como familiares. Ser familiar significa ser, al mismo tiempo, igual y diverso. Todos se reconocen como una familia de hermanas y hermanos, pero al mismo tiempo, cada persona es diferente. Tiene su propia identidad. En este sentido, podemos decir que los pueblos indígenas viven la Amistad Social como una fraternidad abierta a todos, donde el otro es comprendido, amado y cuidado.

El lema insiste en la esperanza, no como optimismo natural de quienes piensan que las cosas van bien, sino como opción de fe y amor que fundamenta la presencia solidaria, ya sea de las personas que trabajan en la pastoral, que consiste en la inserción amorosa y libre, sin proselitismo religioso, o de compañeros/as de la sociedad civil que quieran sumarse a este viaje de los pueblos originarios en busca de lo que el compañero indígena Ailton Krenak ha llamado el «futuro ancestral», es decir, una nueva realidad que retome las raíces del pasado y avance hacia la utopía posible de una convivencia respetuosa e intercultural, en una sociedad fundamentada en la memoria ancestral y basada en el diálogo, solidaridad y justicia ecosocial.

Cuando el Papa Francisco visitó Perú en 2018, dijo que nunca antes los pueblos indígenas habían estado tan amenazados como están hoy. En el continente latinoamericano, a cada día, ocurren situaciones de violencia contra pueblos indígenas y su derecho a sus tierras ancestrales y a vivir sus propias culturas. En estos días, Davi Kopenawa, Chamán Yanomami, fue recibido en Roma, por el Papa Francisco, que expresó su solidaridad con el sufrimiento de los pueblos de la Amazonia.

Aún en medio a tanta violencia y continua falta de respeto a los derechos de los pueblos originarios, gracias a Dios, podemos ver signos de esperanza. En la sociedad civil y en las Iglesias, crecen sectores solidarios con la causa indígena que, como decía el querido obispo y profeta Pedro Casaldáliga: «es una causa que parece perdida, pero para el mundo entero es necesaria e invencible, es decir, nadie podrá vencerla».

El autor es monje benedictino y ha escrito más de 40 libros.

 

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