Quique Ayoroa Santaliz: vivir la vida con el corazón en la mano

Por Carmen Ortiz Abreu/Especial para En Rojo

 

Escribir un libro sobre la vida de José Enrique “Quique” Ayoroa Santaliz es una tarea inmensa que podría resultar intimidante para una persona de corazón débil. Y es que la esencia del isabelino-ponceño, protagonista del libro que presentamos hoy, no puede ser capturada por quienes no entiendan que existen seres humanos para quienes vivir solo vale la pena si se hace con el corazón en la mano. Quique Ayoroa es una figura singular. De esas que nacen con una estrella en la frente. Esa estrella lo ha conducido, sano y salvo, a través de todos los caminos: los de la luz y los de las sombras. Su vida ha sido intensa como un bólido. Su insistencia frenética en hacer todo lo que humanamente pueda para adelantar la lucha por la independencia de Puerto Rico y la justicia para su pueblo, le ha ganado adeptos y también detractores. Le ha llevado a escalar altas cumbres y también a rodar pendiente abajo. Le ha hecho vivir al filo del peligro y sentir de cerca la incomprensión. Le ha hecho también disfrutar a manos llenas del amor, la solidaridad y el agradecimiento de quienes le aman desinteresadamente porque ha tocado sus vidas de manera especial. Ha sentido todas las emociones y combatido todas las tentaciones. Hasta ahora, nada lo ha llevado a claudicar. Sus incólumes principios han sido y son su mejor protección. Es lo que le acerca a sus amigos y le protege de sus enemigos. Quien ha tratado con Quique Ayoroa Santaliz sabe a lo que se atiene. Con Quique “hay que hilar fino” porque su fuerza está en la certeza de sus convicciones, y esa es una coraza difícil de quebrar. 

El libro que se presenta hoy-Quique Ayoroa Santaliz, Patriota, Quijote y Amigo– es de la autoría de José Enrique Laboy Gómez, un historiador joven y de excelente oficio, quien ha sabido captar, con meridiana claridad y precisión, la compleja personalidad y la amplia dimensión humana de su protagonista. Investigador riguroso, Laboy logra desentrañar la historia de su sujeto hurgando más allá de lo aparente y descifrando con objetividad, pero también con ternura y cariño, las claves que conectan los distintos puntos en la vida de uno de los patriotas más consecuentes y prolíficos del Puerto Rico contemporáneo. 

Familia y comunidad

Las claves de su vida parten de su origen y de su entorno familiar en su natal pueblo de Isabela. Exploran la relación de Quique con su familia, los personajes de su pueblo, sus amigos, condiscípulos y vecinos, y el Colegio San Antonio de Padua, influencia seminal en su vida. En su caso, el patriotismo es herencia familiar. Viene del vínculo de sus ancestros con la lucha emancipadora desde los tiempos del Grito de Lares; del retrato de Eugenio María de Hostos que colgaba de la pared del cuarto en que nació; de su padre y de su casa, por décadas sede del Partido Independentista Puertorriqueño y hospedaje de honor para Don Pedro Albizu Campos y Don Gilberto Concepción de Gracia en sus visitas a Isabela. Su tío favorito, Enrique Ayoroa Abréu, un nacionalista “de clavo pasao”, fue encarcelado tras la Insurrección del 1950, víctima de la Ley de la Mordaza. La vivencia de esos sucesos- y la cercanía a su tío Enrique – le marcó para siempre, llevándole a adoptar un compromiso vital con la libertad de su Patria, y la justicia para sus semejantes.

Deportes y confraternidad 

 El entorno isabelino fue también la fuente de su pasión por el deporte, donde jugó en el equipo de baloncesto del Colegio San Antonio y nutrió su admiración por los héroes deportivos de su pueblo y de su país. Vivió sus años de juventud volcado con intensidad en el baloncesto, que le sirvió para quebrar el caparazón de la timidez y demostrar sus dotes de liderazgo dentro y fuera de la cancha. Se convirtió en creador y facilitador de múltiples iniciativas deportivas. Se destacó como un incisivo y poético periodista deportivo, plataforma que utilizó para resaltar todo lo bueno y denunciar todo lo que consideró malo en el deporte en Puerto Rico. El logro deportivo cumbre de Quique Ayoroa Santaliz fue conseguir que en Ponce se construyera el Coliseo Pachín Vicens, proyecto al que se dedicó en cuerpo y alma, y que fue uno de sus principales desafíos.

El abogado de Ponce

Había llegado a Ponce unos años antes, tras las huellas de Don Pedro Albizu Campos y como estudiante de la entonces incipiente Universidad Católica. En Ponce se asentó, se enamoró, se casó y formó familia, y convirtió la Ciudad Señorial en su sede y centro de acción para la obra patriótica que habría de irradiar hacia todo Puerto Rico. En la Universidad Católica hizo su bachillerato y estudió Derecho, y este libro contiene una sección extraordinaria con muchos detalles sobre el gran abogado penalista que fue Quique Ayoroa Santaliz. Se destacan particularmente los casos donde defendió a independentistas y otros perseguidos políticos, y que le valieron la persecución continua del Estado. Entre estos, sobresalen el de varios líderes de la Unión de Canteros, acusados durante la combativa huelga de dicho sindicato contra la Puerto Rican Cement; el de Miguel Hudo Ricci, acusado por la muerte de un policía en la Universidad de Puerto Rico durante una refriega en el campus de Río Piedras, y su oportuna intervención legal a favor de Don Julio Ortiz Molina, el humilde chofer de carro público que derrumbó con su testimonio la versión del Gobierno y de la Policía sobre el asesinato de dos jóvenes independentistas en el Cerro Maravilla el 25 de julio de 1978.

Liderazgo patriótico y cívico

Como líder independentista, a Quique Ayoroa Santaliz se le recuerda como “el hombre que dio a conocer a Don Pedro” en Puerto Rico. La gran tarea de recuperación histórica de la figura de Pedro Albizu Campos que Ayoroa presidió en ocasión del centenario del natalicio del prócer, fue una de las jornadas patrióticas de mayor impacto que se han realizado en Puerto Rico. La misma tuvo un extraordinario y tangible resultado en las decenas de escuelas, carreteras, edificios, puentes y monumentos levantados o nombrados en honor de Albizu a través de todo nuestro país. Desenterrar nuestra historia escondida, promover y defender nuestra cultura y arte, elevar la autoestima colectiva, resaltar la importancia del trabajo y la autogestión económica y promover la unidad y reconciliación entre las distintas organizaciones y tendencias independentistas, fueron solo algunas de las iniciativas patrióticas y cívicas en las que nuestro protagonista marcó el paso y sentó el ejemplo. 

El ser humano 

El libro que nos ocupa consigna también un cuadro amplio de Quique Ayoroa Santaliz como ser humano; como el esposo y el padre; el hijo y el hermano; el vecino y el amigo, acercándonos a él mediante los testimonios de las personas que han estado a su lado por largos años. Otro insigne isabelino, el destacado economista y profesor de la Universidad de Puerto Rico ya fallecido, Don Aristalco Calero, nos ofrece una hermosa descripción de los seres como Quique en el prólogo que escribió para el libro De Guajataca a Los Cedros, donde se recopiló una parte de las crónicas periodísticas de Ayoroa Santaliz. Nos dice Don Aristalco: “Es prácticamente imposible ser bueno si no se tiene fe en los demás. Fe ésta que se sostiene con el ejemplo de esas personas que han sentido una vocación en su espíritu y la cumplen con fidelidad”. Estas sabias y profundas palabras resumen la esencia de fidelidad y constancia en la persona de Quique Ayoroa Santaliz, recogida también con gran acierto en el libro del amigo historiador José Enrique Laboy Gómez. 

Palabras finales 

Este libro es lectura obligada para todos los que quieran conocer con profundidad a ese gran puertorriqueño que es José Enrique “Quique” Ayoroa Santaliz. También lo es para quien quiera adentrarse en cruciales momentos de la historia contemporánea de nuestro país. Algunos de esos momentos se revelan por primera vez, en toda su dimensión, en las páginas de este libro. La información que se ofrece es tan rica y variada como la vida de su protagonista. José Enrique Laboy Gómez merece reconocimiento por ofrecernos en este libro no sólo una biografía singular, sino un trozo importante de la historia de Puerto Rico que por más de un siglo nos han escamoteado. 

(Presentación del Libro, Quique Ayoroa Santaliz, Patriota, Quijote y Amigo, de José Enrique Laboy Gómez, Anfiteatro Municipal Justo Méndez Cabrero, Isabela, Puerto Rico. Viernes, 17 de mayo de 2019) 

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