Asombro ante venta del lago de Levittown

Juan Camacho portavoz de Toabajeños en defensa del ambiente. Foto Alina Luciano

 

Con sorpresa e indignación reaccionó la comunidad de Levittown en Toa Baja por el anuncio en una página en la web de  la “venta de 55 cuerdas de lago privado en Levittown, Toa Baja, ideal para marina privada, parque acuático y con tierras adyacentes disponibles para fábrica que necesite agua para generar producto o producir electricidad”.

En conferencia de prensa, Juan Camacho, portavoz de Toabajeños en Defensa del Ambiente,  señaló que la comunidad se ha sorprendido ante el anuncio que sigue la ruta de la venta de dos parcelas en pleno Bosque Seco de Guánica-Yauco, de las apropiaciones en Las Mareas (Salinas) y de otras transacciones que se están realizando en el país en menoscabo de nuestros activos de dominio público.  “No es correcto que sea un realtor quien determine qué se puede hacer en un terreno o cuerpo de agua”.

Camacho señaló que los toabajeños se oponen a esa transacción porque aunque pueda catalogarse como privada, tiene repercusiones nefastas para la vida y la seguridad de la comunidad. “Si el lago se diseñó con un propósito definido (de retención), no sería correcto cambiar su propósito seis décadas después”.

La construcción de El lago de Levittown, en1963, no solo tenía el propósito de presentar un lugar agradable y de gran belleza a los compradores, sino que tenía la finalidad de prevenir y resolver los problemas de inundaciones que sin duda se producirían con la construcción de miles de casas en una ciénaga costera impactada durante décadas por el drenaje para uso agrícola y pastaje.

Dada esa situación, explicó, fue necesario construir un sistema de drenaje que viabilizara el desarrollo de estos terrenos inundables, que consistió de canales de recolección de escorrentías pluviales y un lago de contención.  Añadió que el lago fue construido como un lago cerrado, de aguas frescas, alimentado de manantiales de la región. Más tarde se construyó un canal de conexión entre el lago y el mar a través de la desembocadura del Rio Cocal, que cumpliría una función vital para la seguridad y la vida de los vecinos al recoger las aguas provenientes de 4 de las 8 secciones de Levittown, así como de un gran sector del barrio de Sabana Seca.

“Promover la construcción de una marina en ese lugar sería una locura, ya que abrir una salida hacia el mar aumenta de manera considerable los niveles de riesgo para nuestra comunidad, tal y como sucedió con el huracán María”.

Camacho cuestionó el que mientras en los opúsculos y los “ganchos” de ventas de la época se destacaba el lago como un activo atractivo de la comunidad, ahora resulta que es privado. Entendemos que tanto el agua como el terreno donde está depositada es propiedad de dominio público.

Así también, el portavoz  destacó que los efectos del cambio climático, específicamente las inundaciones,  exigen  conservar los lugares de mitigación existentes. De esa manera, alterar sus condiciones y funciones originales coloca en riesgo a los vecinos inmediatos y los expone a ser impactados por inundaciones más frecuentes y de mayor intensidad.

“Tenemos que aprender de las experiencias del huracán María y trabajar para ser más resilientes y menos vulnerables”, alertó.

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