Por Rafael Cancel Miranda
Gracias por haber honrado con tu vida a nuestra Patria y nuestro Pueblo. Siempre mantuviste nuestra bandera en alto y así la mantendremos.
En 1977, cuando la muerte de mi padre, el pueblo –entre ellos tú–, logró traerme desde la prisión de Marion, Illinois, a Puerto Rico (por supuesto, custodiado por varios alguaciles) por siete horas. Le dije a la prensa que yo no venía a llorar la muerte de mi padre, y sí a celebrar su vida de patriota. Lo mismo digo hoy de ti. Tú seguirás siendo parte importante de nuestra lucha por la independencia patria.
Al igual que decimos que Albizu vive, Mari Bras vive, Blanca Canales vive, Lolita vive, Concepción de Gracia vive, Corretjer y Filiberto viven, así decimos de ti. ¡Carlos Gallisá Bisbal vive!
8 de diciembre de 2018