Darle voz a las mujeres que sufren la violencia

 

CLARIDAD

ccotto@claridadpuertorico.com

 

“Yo fui una persona que lamentablemente tuve que estar ahí para entender el daño profundo que puede hacerte una pareja”.

Ser víctima de violencia de género motivó a Michelle RO, junto a más sobrevivientes, a ver en la poesía y la música un vehículo para expresar, denunciar y educar respecto a lo que es la violencia de género, en una iniciativa llamada El voceteo feminista. Por cuarto año consecutivo, Voceteo feminista  se une a la campaña internacional de 16 Días de activismo contra la violencia de género, que impulsa la Organización de las Naciones Unidas y que en  Puerto Rico lidera el Colegio de Profesionales del Trabajo Social junto a otra  veintena de organizaciones. La campaña tiene como punto de partida el 25 de noviembre, Día Internacional  de No Más Violencia contra la Mujer, y concluye el día 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.

La idea del Voceteo feminista, cuenta la  escritora y gestora cultural independiente, es que la literatura tenga un espacio de  discusión tan amplio como lo es el voceteo, lo cual es conocido por un sonido alto, que se escucha en toda la calle. “Lo que queríamos es que la gente supiera que lo que están trabajando es perspectiva de género, así que nuestra modalidad siempre ha sido hacer básicamente una convocatoria e invitar artistas, poetas y escritores a que nos traigan sus experiencias, sus denuncias de cómo han experimentado este tipo de violencia tan  lamentable en Puerto Rico”.

Al recibir los textos, estos se  seleccionan y se musicalizan. Todas las personas que son parte de la iniciativa son voluntarias y voluntarios que han  logrado en estos cuatro años trabajar con más de 30 artistas, algunos de ellos se repiten.

Este año, los textos seleccionados se presentarán el domingo, 4 de diciembre, a partir de la 1:30 de la tarde, en la Corporación Piñones se Integra (COPI), en Loíza. La presentación será con  una agrupación en vivo, la cual musicalizó todos los textos a cargo de los escritores y músicos Rachel Smith Sepúlveda, Roy Guzmán, Marisely Coronado, Christian Tonos, Melisa Nieves, Pedro Franco Fraticelli, David Rosado,  Michelle y Raquel Cordero, moderadora.  De hecho, como en el 2020 no se pudo presentar la actividad, los poemas de ese año están grabados en un álbum.

“Llevan ya unos meses teniendo ensayos, primero se discuten y escogen los textos. No es improvisación, la música se diseña para el poema. Es bien importante para nosotros traer el elemento de la literatura porque no hay muchos espacios en Puerto Rico  donde se pueda escuchar poesía y mucho menos con esa conciencia de denunciar, buscar la sanación y también de expresar nuestra rabia hacia cómo se atiende el tema de la violencia de género en el país”.

Añadió que en el Voceteo se admiten hombres, mujeres y personas binarias. “Para nosotras, lo importante es amplificar la voz de quienes necesitan dialogar sobre este tema, ya sea porque son sobrevivientes, etc.  Tenemos en el contenido de los poemas experiencias que resultan ser sumamente dolorosas, pero que nosotras entendemos que hay que mirar y hay que atajar de cerca y escuchar”.

En la actividad incluso se hace una lectura de los nombres y circunstancias de las personas que fueron asesinadas por violencia de género en el año. La razón es que les interesa que el tema no se siga tratando como una cuestión de cifras, sino que “esto nos pasó a nosotras, que estamos aquí al frente tuyo, que  hablamos sobre esto. Siempre se habla de la violencia de género en primera persona”, resalta.

Abrir espacio a otras personas

 La mayoría de las personas que participan en  Voceteo Feminista son sobrevivientes de violencia de género, incluso la misma Michelle, quien contó  que tiene una segunda orden de protección activa, ambas contra la misma persona. “Para que tengas una idea de la gravedad del asunto, a mí me surge mucho esa necesidad de dialogar sobre el tema con este proyecto porque, lamentablemente, entiendo que para mí no hubo tantos recursos y apertura como para yo poder internalizar y analizar lo que me estaba ocurriendo. Así que yo lo que hago es tratar de abrir ese espacio también a otras personas”.

Michelle reconoce que ahora puede hablar sobre su experiencia con las autoridades en el proceso de radicar una querella por violencia de género con un poco más de tranquilidad. Esta puede decir que el sistema le falló en un principio, pero luego le ha ayudado, o mejor dicho, atendido. La joven fue golpeada por una expareja por primera vez y a plena luz del día  a los seis meses de estar juntos.

“Lo primero es que, básicamente, la denuncia no te la cogen en el cuartel, sino que te obligan a ir al tribunal”. En esta primera ocasión, el juez que atendió la situación fue amable con ella  y extendió una orden de protección tanto para ella como para su familia, ya que  la persona, al no tener acceso a su teléfono ni a sus redes, se volvió  agresivo contra sus familiares cercanos.

Esta tuvo que salir del país para poner tierra de por medio entre esa persona y ella. No obstante, cuando regresó, se vio en la misma situación de acoso y se tuvo que mudar del pueblo en que vivía. Michelle  tuvo que grabar las agresiones verbales para poder tener algo tangible para presentar al tribunal.

Contó que cuando fue a hacer la segunda denuncia fue ridiculizada por los policías y la retén del cuartel de Dorado y que  incluso se burlaron de ella. El primer comentario de los policías, fue: “Otra más buscando orden de protección. Si con quién  tú estabas era un médico, un abogado…”

“Les  dije, fíjate, nos conocimos en un área de trabajo, así que no estamos hablando de ningún vagabundo. Pero la situación dentro del cuartel siguió escalando. Entonces tuve que decirles: “Vine a este cuartel y no fui al cuartel del al lado porque mi papá trabaja ahí». Cuando les dije que mi papá era teniente de la Policía Municipal, la situación cambió completamente. Incluso como que trataron de retractarse. Aparte de la situación desagradable en el cuartel, la Policía nunca le dio el peso de la gravedad del asunto y nunca vieron que mi vida estaba en riesgo  cuando sí lo estaba”, reclamó.

La joven logró mover el caso con la ayuda de una compañera del Colegio de Trabajadores Sociales que le sirvió de  intercesora en el tribunal. A pesar de que el agresor no asistió a la primera vista, el  juez que vio el caso no  le puso desacato ni ninguna multa. Sencillamente, lo dejó pasar y suspendió la vista. La segunda vista  fue atendida por una jueza especialista en temas de género. Durante la vista el hombre fue agresivo hasta con la misma jueza y esta emitió una orden de protección a su favor por tres años, la cual vence el próximo mes de febrero.

“O sea, que ya yo entro a partir de enero en un periodo de ansiedad, para lo que requiero ayuda psicológica para manejarlo. Esa es mi realidad, yo fui una persona que lamentablemente tuve que estar ahí para entender el daño profundo que puede hacerte una pareja”, concluyó.

El cierre de la campaña de 16 días Contra la Violencia de Género será el 10 de diciembre, con la celebración del 6.0 Festival de Derechos Humanos, a efectuarse en la Casa Ruth, ubicada en la plaza de Río Piedras a partir de las 9:00 de la mañana. En esta celebración se ofrecerá información sobre los derechos humanos y los servicios legales para defenderlos. También habrá actividades culturales y artísticas. Quienes interesen pueden consultar sobre el calendario de actividades en la página de la organización Diálogo Social de Puerto Rico.

 

 

Artículo anteriorLUMA gasta más que la AEE
Artículo siguienteDe chinas, botellas y Diego Salcedo