De tormentas tropicales, y las distorciones de la geografía política

 

Emma Rodas Mulero

 

La tormenta que no fué no me preocupó tanto. Eso de preocuparme poco no se debe a que sé más que otros, si no porqie hice todo lo que pude para estar lista -cosa que con LUMA y sin independencia energética personal es muy poco.  El resto, o sea mantener la salud mental  la busco bajándole 2 a la ansiedad. Lo hago como pueda hacerlo porque estando y sabiéndome sola y como sucede con la salvación, la paz, la calma y la enajenación si prefieres, es individual.

Confieso que desde los primeros reportajes noté algo no pude evitar reconocer y admito que me sacó un poco de tiempo. Desde que comenzaron los a visos sobre la tormenta Elsa  escuché el sonsonete que me tuvo rabiando hasta hoy.  La descripción de la tormenta, con muy pocas e infrecuentes excepciones se hizo del mismo modo en todos los noticieros del tiempo que leí. Todos decían que la tormenta entraba al Caribe por las Antillas pasando a más o menos 200 millas al sur de PR y que  luego,  subiendo en la ruta al noroeste, cruzaría por una esquina de Haití y llegaría eventualmente a Florida.

Corrí a buscar los mapas del pronóstico del  tiempo porque en algo si estoy clara y eso es, que entre Haití y Florida, en el Caribe y en curva ascendente en dirección noroeste hay algo más. Ahí esta Cuba.

Casi todos los pronósticos optaron, si eso, libremente escogieron repetir la ruta ya dicha y en consecuencia y a sabiendas de que esa descripción omitía la mayor de las Antillas optaron por someterse a la pauta dictada por la agencia del imperio.  Si, digo y reafirmo que eso no es casual, eso se hizo intencionalmente al decidir no incluir lo que mis ojos y los de todos veíamos. Todos los lectores de los partes noticiosos escogieron ignorar en sus narraciones el hecho de que todos los modelos ilustraron las rutas (menos uno) pasando por Cuba.  Algunos modelos la  mostraban cubriendo la totalidad de la mayor de las Antillas y otros cruzandola al norooeste.  Las descripciones que leí y escuché ignoraron totalmente la primera o más grande Antilla de las mayores. Eso lo hicieron uniéndose una vez màs al coro que hace mas de 60 años escoge ignorarla y entorpecer o bloquear su vida independiente y sin doblegarse ante el imperio que insiste en arruinarla y maltratarla con el hambre,  hasta lograr que se doblegue como lo hace siempre con el resto de las Antillas y con  el sur del continente Americano.

Si señores y señoras, hasta con los huracanes, con las amenazas y peligros naturales,  la relación colonial de Puerto Rico con EUA aparece como elemento dominante cuando de ver y bregar con la realidad se trata. La realidad o sus narraciones hay que recibirlas, leerlas y escucharlas con cuidado porque en todas y en todos sus cuentos se envuelve y disfrazan las cosas realmente existentes para convertirla en lo que ellos siempre quieren que veamos. En la colonia solo se puede mirar en una dirección, al Imperio. El imperio siempre trabaja para que eso se mantenga de ese modo.  ¿Nuestra tarea?  Insistir en revisar cada cuento y cada historia que nos pasan, levantarnos cada día a  agujerear los telones y romper las mamparas.  E insistir en organizar los que miran y ven. Porque en esos que miran y ven es donde radica la única posibilidad de cambio.

 

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