Una campaña desenfocada

 

CLARIDAD

[email protected]

 

Ni es una campaña de prevención, ni atiende el asunto de la desigualdad por sexo, la campaña estrenada por la Oficina de la Procuradora de la Mujer (OMP), “El maltrato se castiga”, dirigida a los hombres agresores, es más una campaña como la de “la mano dura contra el crimen”, cuyos resultados fueron y aun son cuestionables.

En entrevista con este medio sobre su parecer respecto a la campaña, la licenciada Amárilis Pagán, experta en temas feministas, apuntó a que la campaña está del todo desenfocada de lo que son las prácticas basadas en evidencia que han recomendado organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha dicho cómo atajar la violencia hacia las mujeres. Expuso que la campaña no es una de prevención, tampoco atiende el asunto de la desigualdad por sexo, ni el machismo como la raíz de la violencia que sufren las mujeres, lo que hace es despolitizar el acercamiento hacia el problema y lo convierte en un asunto superficial como decir que es uno de salud mental y un mal manejo de emociones. “Eso es lo que se está diciendo en esa campaña”.

Apuntó a que eso no es lo que es violencia hacia las mujeres y expuso que la violencia hacia las mujeres se desprende de una situación de desigualdad estructural, y de machismo. Más aún, la campaña está pasando por alto que se ha demostrado que la amenaza de castigo no es suficiente para detener a una persona agresora precisamente por las razones que están detrás de ese tipo de violencia. La persona agresora no está pendiente ni le importan las consecuencias de sus acciones.

En esa dirección señaló, que se ha visto un aumento en los feminicidios, en donde el feminicida se suicida, lo que quiere decir que esa campaña para el agresor no dice en absoluto nada. Por otra parte hizo la observación de que la Procuradora está también enviando un mensaje que es confuso y distorsionado debido a que la OPM no da servicios, no controla la Policía, no controla, los fiscales, no controla los tribunales, a lo que cuestionó, “cómo está prometiendo que va a ir detrás de los agresores. Si no tiene control sobre el sistema de justicia, es una campaña que por donde quiera que se mira pareciera ser que quien único sale ganando es la compañía de publicidad que se ha hecho cargo y que está cobrando por ella”.

¿Entonces qué medidas se deberían tomar para atajar la violencia contra la mujer?.

La experta en el tema de feminismo indicó que lo primero que hay que hacer para atajar la violencia en contra de las mujeres es reconocer sus raíces, que surge del pensamiento machista que considera a las mujeres un objeto de cuya vida puede disponer la persona como quiera y cuando quiera. Lo segundo que habría que hacer es un esfuerzo comunitario y a nivel gubernamental para generar una conciencia sobre esa desigualdad y permitir que todos los pensamientos machistas que generan la violencia comiencen a erradicarse. Reclamó que la mejor solución para eso está planteada en Puerto Rico desde el 2006 cuando se propuso la educación con perspectiva de género en nuestro sistema de educación pública, cosa que no se ha logrado, pero -reiteró- es lo que se debería de hacer.

Pagán comentó el hecho de que la Procuradora ha dicho que se darán talleres en las escuelas públicas pero objetó que esos talleres no se van a dar desde una perspectiva de género, sino del mal manejo de emociones, por lo que adelantó que esos talleres no van a ser para nada efectivos.

Lo otro que dijo debería de hacer el gobierno es mejorar las condiciones de vida de las mujeres en Puerto Rico, es decir garantizar el acceso a vivienda, educación, desarrollo económico y salud. “En la medida en que las mujeres vivan en pobreza y desigualdad no solo por su situación de mujer, sino por un asunto de clase no va haber campaña publicitaria educativa  que valga, las mujeres van a seguir en una situación de violencia en las que van a estar solas frente a una estructura que son sus raíces. Y claro hay que dejar de lado la politiquería”, manifestó.

Un aspecto importante en la prevención indicó es la restricción en el acceso a las armas. En el informe de las organizaciones  Matria y Kilómetro 0 del 2019, se hizo una recomendación al gobierno para que se restringiera el acceso a las armas, porque la mayor parte de los feminicidios ocurren con armas de fuego. De acuerdo a los datos del Observatorio de Equidad de Género (OEG) muchos de los feminicidios se producen con armas de fuego con licencia.

“Ahí se pueden ver las consecuencias de tener en la gobernación a una mujer que es republicana y como parte de la política republicana está el derecho a las armas, por eso lo que parece ser la política pública en este gobierno en cuanto a las mujeres es hablar del derecho a las armas”, denunció en referencia a sectores que promulgan la idea de que las mujeres posean armas de fuego como defensa.

Pagán objetó al respecto a que no se ha demostrado que poseer un arma de fuego sea una estrategia eficaz para prevenir la violencia machista.

En tanto la directora ejecutiva del OEG, Estafani Figueroa, en entrevista por separado, subrayó que en el Observatorio recogen una serie de variables que ayuden a comprender el fenómeno del feminicidio y poder proponer soluciones basadas en evidencia. “Basada en datos entendemos que la campaña no es efectiva porque el agresor de violencia de género, en la gran mayoría de los casos no le tiene miedo a las consecuencias, no le tiene miedo al supuesto castigo”.

Los datos revelan que en el 2024 el 57% de los feminicidas íntimos tenían expediente criminal. De estos 6 perpetradores tenían antecedentes de violencia de género y otros crímenes como drogas, agresiones, restricción de la libertad, intento de asesinato, incendio, carjaking, robo, ley de armas, cuatro tenían expediente criminal solo por violencia de género, y dos por otros crímenes.

“Lo que nos están diciendo los datos es que el feminicida íntimo, el que le quita la vida a una pareja o ex pareja, la mayor parte de ellos son personas que han entrado y salido del sistema así que han experimentado estar dentro del sistema y las supuestas consecuencias que hay detrás de un evento de violencia. Mas sin embargo eso no les ha ayudado a comprender las consecuencias, ni a medir sus actos, y hacer un cambio real que les permita romper con esos patrones de poder y control de machismo y poder aspirar a tener una vida diferente”, expuso la directora ejecutiva del OEG.

Otro dato que puntualizó fue que en el 2024 el 53% de los feminicidas íntimos se suicidaron luego de cometer el crimen, eso es más de la mitad, por lo que fueron personas que no enfrentaron las consecuencias. Figueroa señaló que en efecto cuando se identifican esos patrones es importante desarrollar programas de prevención y crear campañas y políticas públicas formadas en evidencia, por lo que la evidencia nos está diciendo que el castigo no funciona para detener la violencia de género.

Figueroa hizo la anotación a que en el OEG entienden que el castigo es una consecuencia necesaria, ya que cada acto tiene su consecuencia y avalan a que cualquier persona que incumpla la ley en términos de ley 54 debe enfrentar las consecuencias por ley, pero el que eso vaya a detener o eliminar el problema para nada lo va a hacer.

Otro elemento que dijo les preocupa de la campaña es la revictimización, al mostrar imágenes violentas que pueden ser perjudiciales para una sobreviviente de violencia de género, al verse reflejada en ellas y revivir otra vez la experiencia del trauma que puede estar fresca o parcialmente trabajada, por lo que la campaña en su origen preocupa, por los elementos que puede generar a la salud emocional de la víctima sobreviviente que la vea.

La directora ejecutiva del OEG señaló y cuestionó la inversión económica en la campaña de cientos de miles de dólares, los cuales dijo se pudieran utilizar para muchas otras cosas. “Yo estoy a favor de las campañas de prevención e inclusive ha sido uno de los planteamientos del Observatorio de que en Puerto Rico no se ha dado una campaña de prevención de país, la recomendación es que una campaña debe ser gestionada desde las organizaciones de base”.

Ambas entrevistadas coincidieron en que la campaña se asemeja a la campaña de miedo de “Mano dura contra el crimen”, del ex gobernador de Pedro Rosselló, que en lugar de prevenir sus resultados lo que hizo fue exacerbar la criminalidad.

 

 

 

Artículo anteriorDe un salto mortal a otro
Artículo siguienteSin tregua las redadas migratorias