Filmes flotantes 5: Wicked Little Letters, Scoop y Truth

 

En Rojo

 

Como me encantan las asociaciones que hace Juan Ramón Recondo con filmes del pasado reciente y remoto con estrenos del año en curso, intento en esta serie de ‘filmes flotantes’ comentar lo visto y experimentado en las salas de cine, el streaming continuo al que tengo acceso y un segundo vistazo a algo escrito en el pasado. Wicked Little Letters estuvo en Fine Arts por muy poco tiempo y se consigue ahora en Prime, Scoop pertenece al ofrecimiento de Netflix y el rescate del pasado de Truth complementa el tema periodístico de Scoop.

 

Wicked Little Letters
Directora: Thea Sharrock; autor: Jonny Sweet; cinematógrafo: Ben Davis; elenco: Olivia Colman, Jessie Buckley, Timothy Spall, Gemma Jones, Malachi Kirby, Alisha Weir, Anjana Vasan, Hugh Skinner.

No lo llamamos “cine minimalista” como los proyectos latinoamericanos que logran contar una historia en un mínimo de espacio, tiempo y diálogo, pero en el caso del Reino Unido, es un cine que enfoca en lo pequeño de un pueblo, una situación familiar o comunal con historias muy domésticas. Es algo que se rige por el espacio creado en un escenario teatral. Todo esto lo presento para situar esta comedia muy seria de cartas ofensivas a miembrxs “decentes” de la comunidad por alguien que todxs sospechan. Con actores tan versátiles como Olivia Colman en el personaje de Edith Swan, la solterona religiosa convertida en la eterna hija ejemplar de Edward (Timothy Spall) y Victoria (Gemma Jones), y Jessie Buckley como Rose Gooding, la joven irlandesa como madre soltera que no se queda callada y enfrenta cualquier desagravio con una retahíla de insultos, el filme se engrandece a pesar de su pequeñez. Es 1920 en Littlehampton y el escándalo recurrente es que Edith ha recibido 19 cartas ofensivas a su moralidad de mujer casta. Al recibirlas, Edith las lee en voz alta a su padre y madre con gran énfasis en cada palabra que alude a su sexualidad y a lo que debe hacer con ella.

Como Rose habla precisamente como las cartas recibidas por Edith, es arrestada, aunque no haya ninguna prueba, ni siquiera de que es su letra. Los veladores de la justicia y la moral arrestan a Rose y poco les importa que su hija, Nancy, quede a la deriva mientras está en la cárcel por no poder pagar fianza. Aquí entra en juego una mujer policía, Gladys Moss (Anjana Vasan), recién nombrada a un puesto que se han visto obligados a aceptar por ley (todavía la mujer no ejercía el voto-será ley en 1928, pero algunas leyes le abrían puertas después de su gran trabajo durante la 1era guerra mundial, 1914-18). Será ella, desafiando las órdenes de sus superiores, la que investigará y exonerará a Rose. Es una comedia pícara que, como nos dice Manuel Martínez Maldonado en 80 Grados, no debemos perder.

Scoop
Director: Philip Martin; guionistas: Peter Moffat y Geoff Bussetil; autora: Samantha McAlister; cinematógrafa Nanu Segal; elenco Rufus Sewell, Gillian Anderson, Keeley Hawes, Billie Piper, Romola Garai

Porque tengo un interés muy particular en cómo el periodismo se presenta en el cine, y aunque Scoop es muy británica en la importancia que le da a todo lo concerniente a la realeza, es un excelente episodio de cómo se logra encontrar evidencia suficiente para confrontar a alguien para revelar la verdad. El caso central es el historial y el arresto en julio 2019 en Nueva York de Jeffrey Epstein, seguido por su aparente suicidio un mes después. La conexión que busca la BBC es con el segundo hijo de la Reina Isabel, el príncipe Andrew. Y aunque la prensa amarilla de Gran Bretaña vive de los chismes de palacio, ellos mismos se ponen sus límites para evitar el rechazo oficial de la realeza. Como sabemos, esto no aplica a Meghan Markel, ya que ella es considerada una intrusa (estadounidense, divorciada, actora, “plebeya”, negra) y no hay barreras para sus ataques. La BBC tiene todavía mas que perder porque es una corporación que depende de sus subscriptores en su producción de noticiarios y programas, aunque siga siendo muy prestigiosa por la calidad de sus producciones y su equipo creativo e investigativo. Así que el desafío no es solamente encontrar un vínculo directo entre Epstein y Andrew, sino conseguir una entrevista con él donde admita ese enlace.

El equipo lo componen Sam McAlister (Billie Piper) como la joven investigadora que quiere acelerar todo, no importa el riesgo; Emily Maitlis (Gillian Anderson), la veterana periodista que estará a cargo de la entrevista a base de la evidencia que McAlister ha suministrado y Esme Wren (Romola Garai), quien intenta mantener el balance y a la misma vez llegar a una confesión pública de Andrew. Amanda Thirsk (Keeley Hawes), como la secretaria personal de Andrew es clave para que la entrevista se logre sin manchar demasiado la imagen del príncipe. Todxs lxs actorxs son maravillosos y se lucen en este escenario público y tras bastidores. Rufus Sewell, como Andrew, es irreconocible por lo bien que se transforma en este papel creado para el público y la realeza.

Rescate del pasado (2016)

Truth
Director y guionista: James Vanderbilt; autora: Mary Mapes; cinematógrafo: Mandy Walker; elenco: Cate Blanchett, Robert Redford, Topher Grace, Dennis Quaid, Elisabeth Moss, Bruce Greenwood, Stacy Keach, Dermot Mulroney, Noni Hazlehurst, John Benjamin Hickey.

Sin duda el caso que investiga 60 Minutes II en Truth es más directamente político porque es 2004, año de elecciones, y su tema es el récord militar del entonces presidente, George Bush, durante los años en que estuvo en la Guardia Nacional de Texas. Lo que se rumoraba y se convirtió en chiste es que Bush consiguió, por la influencia de su padre, no tener que ir a Vietnam al ser aceptado en la Guardia Nacional Aérea. Una vez ahí, iba y venía según le parecía, sin cumplir con los pocos requisitos que le exigían. Mary Mapes propone hacer un segmento de este programa, que se transmitía los miércoles (los domingos estaba reservado para 60 Minutes original), para exponer la verdad detrás de la retórica ‘patriótica’ de un presidente que llevó a los Estados Unidos a guerras interminables en Irak y Afganistán. Ya la agresiva campaña para reelegir a Bush revelaba, sin datos, la supuesta no heroicidad en Vietnam de John Kerry, el candidato demócrata. Hay que recordar que Mapes tenía a su haber una investigación de las detenciones y torturas en la prisión de Abu Ghraib por la que había ganado un premio Peabody y había trabajado con CBS desde 1989 en Texas y luego con 60 Minutes y el periodista y ancla de noticias, Dan Rather.

Su grupo de trabajo incluía a Mike Smith (Topher Grace), el teniente coronel Roger Charles (Dennis Quaid) y la ex reportera y profesora de comunicaciones Lucy Scott (Elisabeth Moss). Son ellos los que consiguen los documentos, testigos dispuestos a dar sus nombres y aparecer frente a las cámaras. Es Mapes la encargada de verificar todas las fuentes para asegurarse que la información que usan no puede ser atacada como falsa. Dan Rather recibe el producto final para revisarlo, aclarar dudas y poner las partes juntas. Somos testigos de todo ese procedimiento, pero también de las llamadas no contestadas, de conversaciones a medio decir y de versiones diferentes del mismo tema por la misma persona. Aún más importante, el apuro por tener el segmento listo para llevarlo al aire en fechas adelantadas, porque otros miércoles ya estaban llenos o porque tendrían entonces que esperar hasta después de las elecciones. Las noticias en la televisión nunca pueden ser como en el periódico, porque no hay espacio ni tiempo para ello. En un segmento de 10, 15 o 30 minutos 60 Minutes tiene que incluir todo el material de manera que amenice al televidente. No tiene la ventaja de la palabra escrita.

Los que inmediatamente responden al programa sobre Bush son los manejadores y blogueros del Internet donde se puede hacer cualquier acusación sin pruebas: decir que los documentos usados son falsos porque un signo que aparece en una carta no era parte del teclado de esa época solamente se puede refutar después de haber hecho nuevamente otra investigación y responder… ¿dónde?. Tanto aquí como en Spotlight, las presiones políticas o de grupos o instituciones poderosas se hace sentir y, en el caso de CBS, todavía más seriamente.

Nuevamente, las actuaciones son excelentes (Cate Blanchett convertida en Mary Mapes) y la ambientación de la presión para producir algo de impacto para la TV reflejan ese mundo de noticias que intentan revelar información importante, pero usando estrategias que atraigan a un grupo amplio poco interesado en el contenido.

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